viernes, 2 de abril de 2021

NO FUE UN SIMPLE PASTOR DE OVEJAS.......FUE UN INSTRUMENTO CÓMPLICE DE DESTRUCCION MASIVA : Abraham, el patriarca guerrero

 9 Vio Sara al hijo que Agar la egipcia había dado a Abraham jugando con su hijo Isaac,

10 dijo a Abraham: «Despide a esa criada y a su hijo, pues no va a heredar el hijo de esa criada juntamente con mi hijo, con Isaac.»

11 Sintiólo muy mucho Abraham, por tratarse de su hijo,

12 pero Dios dijo a Abraham: «No lo sientas ni por el chico ni por tu criada. En todo lo que te dice Sara, hazle caso; pues aunque por Isaac llevará tu nombre una descendencia,

13 también del hijo de la criada haré una gran nación, por ser descendiente tuyo.»

Génesis 21

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ABRAHAM EL PATRIARCA GUERRERO.

El Abraham bíblico

Son muchos los estudios que se han hecho de Abraham, a partir de la biblia y así tenemos que en Génesis que va del 11 al 25 se habla de la historia de Abraham y sus dos hijos.

Abraham fue criado en un ambiente de superstición y paganismo, hasta que su dios le dijo "Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré." Abrahám tuvo que separarse de los compañeros de su niñez, de sus parientes y amigos. Debío haber sido un líder peculiar, diferente a los demás, para poder explicar la manera de obrar y disponer, de un dios que no se veía y que solo le hablaba a el.

"Por su fe Abraham, habiendo sido llamado, obedeció para salir sin saber dónde iba." La obediencia incondicional de Abraham es una de las más notables evidencias de fe en toda la biblia.

Abraham era hijo de Téraj, eran ciudadanos caldeos de Ur, por entonces su nombre era Abram y se caso con Saray, quién no podía concebir. Obedeciendo a Yahveh salió a Canaán y cuando hubo hambre en esas tierras marcho a Egipto, donde el faraón prendado por la belleza de Saray la tomo como su mujer, pero Yahveh hirió la casa del faraón con plagas y este dijo: ¿Por qué dijiste: "Es mi hermana", de manera que yo la tomé por mujer? Ahora, pues, he ahí a tu mujer: toma y vete.

Abram se separo de su sobrino Lot quien se ubico en las ciudades de la vega hasta Sodoma y Abram se quedo a vivir en Canaán. Todas esas tierras donde se instalaron eran fértiles.

La biblia narra batallas de una guerra entre los reyes de esa zona, habiendo sido Lot tomado prisionero. Abram rescata a Lot junto a sus mujeres y su gente. Al retornar le sale al encuentro el Rey de Sodoma en compañía del Rey de Salem Melquisedec, que era sacerdote del dios altísimo, y este bendijo a Abram diciendo: ¡Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de cielos y tierra, y bendito sea el Dios Altísimo, que entrego a tus enemigos en tus manos! Y Abram le dio el diezmo de su botin de guerra.

Como parte de una alianza que hizo con Yahveh, cuando tenía 99 años Abram cambió de nombre: No te llamaras más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre muchedumbre de pueblos te he constituído. Luego Yahveh dijo: A Saray, tu mujer, no le llamaras mas Saray, sino que su nombre será Sara. Yo la bendeciré y de ella también te daré un hijo. Sara tenía noventa años. Abraham tenía fe en su dios, pero Sara no creía en la promesa de Yahveh.

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Abraham y Melquisedec.

Como señal de alianza con su dios, Abraham se circuncido el prepucio a la edad de 99 años junto a su hijo Ismael de 13 años (Ismael era el hijo que tuvo Abram con la esclava egipcia Agar).

Yahveh dispuso la destrucción de Sodoma y Gomorra, salvándose solo Lot. Toda la tierra en esa zona luego de la destrucción fué estéril, las aguas se contaminaron y las tribus del sector tuvieron que ubicarse en las partes altas donde no llegue los efectos de la ira de su dios.

Cuando su segundo hijo Isaac ya había crecido, Yahveh le pidió nuevamente otra prueba de fe a Abraham, que sacrificara a su hijo. Este accedió y en el momento que iba a degollar a Isaac, le detuvo.

Su Dios dijo:

Génesis 22.

10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 

11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 

12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. 

13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 

14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto. 

15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, 

16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; 

17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 

18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. 

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Yahveh pidió una prueba de fe a Abraham, que le ofreciera en sacrifico a su hijo

Cuando murió Sara, Abraham tomo como esposa a Quetura, y su descendencia prospero hasta que murió a los 175 años.

No solo la Biblia refiere a Abraham

Los judíos se consideran los descendientes de Abraham, que es considerado su ancestro y reconocido como el padre del judaísmo, se refiren a él como "Nuestro Padre Abraham", quien se consagró al servicio del Dios único, creador de los cielos y de la tierra. La creencia de Abraham era de un monoteísmo ético. Sus descendientes tenían que difundir aquella creencia y permanecer fieles a la alianza con Dios. Dios velaría en su favor y les daría como posesión la Tierra Sagrada. Todas las familias de la tierra podían participar en esta Alianza.

Su libro sagrado, La Torá, consta de los cinco libros de Moisés (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) que son la piedra fundamental de la religión y de la ley judía. Los rollos son considerados lo más sagrado y amado por los piadosos; cada sinagoga guarda varios rollos, cada uno de los cuales puede estar cubierto por una rica tela y decorado con ornamentos de plata.

 Aunque el Islam nació como religión en el año 611 d.C., convendría remontarse mucho más al pasado para comprender algunas de sus tradiciones. Los árabes se consideran a sí mismos descendientes de Isaac, el único hijo legítimo de Abraham que, a punto de ser sacrificado en un holocausto fue salvado en el último momento por la mano de Dios.  Más adelante, Isaac fue expulsado por Abraham y tras numerosas vicisitudes y quedar en la miseria, sus descendientes tuvieron que emigrar a Egipto donde fueron esclavizados hasta su rescate por Moisés. 

En el islam, Ibrahim es considerada una de la línea de profetas comenzando con Adán (Génesis 20:7). Estos ancestros son la genealogía de Mahoma, así como el "primer musulmán" (Surah 3), el primer monoteísta en un mundo donde el monoteísmo estaba perdido.

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El islam sostiene que fue Ishmael (Isma'il) el ancestro de Mahoma y no Isaac a quien Ibrahim debía sacrificar. Asi, las tribus árabes Adnanís del norte trazan su linaje genealógico hasta Isma'il (y por tanto Abraham), además de su linaje espiritual.

El libro sagrado, lo constituyen la recopilación de las frases y sentencias pronunciadas por Mahoma cuando estaba en comunicación con Alá. De esta recopilación, ordenada y publicada por él mismo, salió el Corán, el libro sagrado de los musulmanes.

En el año 605 d.C., un incendio quemó las cortinas del pabellón donde se guardaba la Kaaba, en La Meca. La Kaaba era una roca meteórica que, según la tradición, había sido erigida por Adán y, siglos más tarde, restaurada por Abraham e Ismael para consagrarla como Casa de Dios. Mahoma participó en su reconstrucción.

   Para los cristianos, Abraham es el padre de los creyentes, un modelo de fe (Hebreos 11:8-10), y su obediencia a Dios en el sacrificio de Isaac son vistos como un avance del ofrecimiento de Dios de su hijo, Jesús.

Jesús nació en Palestina y, tras largos años de aprendizaje y anonimato, comenzó a predicar a los judíos. Sus ideas chocaron radicalmente con las de los sacerdotes judíos de la época que conspiraron para acabar con Jesús. Usando a los romanos para ejecutar una sentencia de muerte que los judíos no podían llevar a cabo, Jesús fue crucificado, muerto y sepultado. 

Sus discípulos, siguieron predicando las enseñanzas de Jesús. El cristianismo fue bien recibido por las clases más bajas del imperio romano, esclavos, artesanos y comerciantes que veían en Jesús un símbolo de la opresión y el sufrimiento que ellos mismos experimentaban. Con el tiempo también llegó a las más altas jerarquías del imperio, hasta el punto en que durante siglos la iglesia sirvió de apoyo a muchos reinos e imperios de la civilización occidental. 

Durante mil años los cristianos formaron un frente común, aunque en su seno surgieron teólogos que discrepaban en algunos dogmas como la virginidad de María, la Trinidad, etc. estos teólogos fueron silenciados o excomulgados por el papado. 

Sin embargo, a partir del siglo XI, las discrepancias ocasionadas por la duda de si se podían usar imágenes en las iglesias (en contra del segundo mandamiento) provocaron la separación de la iglesia de Roma y la de Constantinopla, haciendo que ambas se excomulgaran entre sí. 

Aunque la iglesia de oriente conservaba mejor las tradiciones del cristianismo primitivo, fue la iglesia de occidente, asentada en Roma, la que demostró mayor dinamismo a la hora de evangelizar a los diversos pueblos que integraba en su seno, sin embargo no pudo evitar varios cismas en los siguientes siglos durante los cuales hubo varios papas y antipapas luchando por el control de la iglesia.

El libro sagrado, el libro fundamental de los cristianos es La Biblia, una recopilación de libros escritos supuestamente por Moisés, David, Salomón, Esdras, y otros escritores que narraron la historia de las relaciones de Dios con el pueblo Judío. A estos libros se les añaden los Evangelios y varias Epístolas escritas por apóstoles y discípulos de Jesús.

Al coincidir los primeros libros de la Biblia con la Torá judía, muchas costumbres y creencias judías son compartidas por los cristianos, pero mientras los judíos pensaban en Dios como algo exclusivo de ellos mismos, los cristianos predicaban un Dios de toda la humanidad, tanto de ellos como de aquellos que no creían en Dios, o creían en otros dioses. 

Los drusos creen en profetas como Adán, Noé, Abraham, Sara, Jacob, Moisés, Salomón, Juan el Bautista, Jesucristo, y Mahoma. Pero a diferencia de otras fes monoteístas consideran a Jethro, el suegro de Moisés, un profeta como los anteriores. También creen en la sabiduría del filósofo griego Platón. Además tienen un conjunto de "sabios" que fundaron la religión en el siglo XI. 

Uno de los libros sagrados de los drusos es el Libro de Hikma o libro de la sabiduría, que fue compilado en gran medida por una figura misteriosa llamada al-Muqtana. Están divididos en varios capítulos cada uno de los cuales cubre un tema específico. El materialismo está condenado, especialmente el materialismo relacionado con la religión. Los lugares de oración drusos suelen ser muy modestos y sus figuras religiosas (ajawid) suelen llevar modos de vida humildes. La oración se suele realizar de forma discreta, entre amigos y familiares. Hay poca jerarquía oficial en la comunidad, excepto los Jeque al-'Aqel, que son una figura más política y social que religiosa. Las figuras religiosas son admiradas por su sabiduría y su modo de vida. 

Los drusos reconocen tanto la liturgia musulmana como la cristiana y pueden practicar cualquiera de ellas si la situación lo requiere (esta práctica la tomaron del islam chií). Es decir, se permite la disimulación de la fe (taqiyya). 

El bahahismo (Bahá'í) lo ve como una Manifestación de Dios, una de muchas personas en la historia (Abraham, Krishna, Moises, Zoroastro, Buda, Jesús, Mahoma y otros), que da la profecía más certera sobre los planes de Dios para la humanidad en ese momento.

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Símbolos de las tres principales religiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islam

Por otra parte diferentes estudiosos de la cabala dicen que Abraham habría recibido la enseñanza original de la cabala, de Melquesediec, rey de Salem, o sea, rey de paz, "sin padre, sin madre, sin genealogía, que no tuvo principio de días, ni fin de existencia, y hecho a semejanza de dios" (Epistola a los Hebreos 7:1-3), de quién recibió el pan y el vino después de la batalla contra los reyes del valle de Edom. Y este conocimiento fue trasmitido de boca a oído de generación en generación hasta llegar a nuestros días.

Los cabalistas también refieren que la Biblia traen en su contexto diferentes símbolos de la cabala como el árbol, serpiente, peces, etc. Simbolos que fueron recogidos del Oriente medio (Mesopotamia), Asia Central, Persia y la India, asi como Egipto y China. Para ellos lo más resaltante, es el cambio de nombre de Abram y Sarai por el Abraham y Sara, que tiene una connotación importante en el destino posterior del patriarca, que es explicado por la gematría de la cabala.

Esto y más se dice sobre Abraham; las tablillas sumerias y los jeroglificos egipcios, tienen versiones muy antiguas de los acontecimientos y la participación de Abraham en ella.

Tablillas y Biblia

Los sumerios cuya historia y civilización es más antigua que la de los egipcios, que prospero mucho antes que existiera el pueblo de Israel, la religión cristiana y la biblia, tienen su propia versión del diluvio universal, Ziusudra es el personaje equivalente al Noé bíblico, también narran que el hombre es una creación de "los que del cielo bajaron". Enki con Istar, son los encargados de tal logro y por manejo del ADN, crea al hombre y los reproduce en siete parejas (siete hombres y siete mujeres) por cada vez, para realizar trabajos de explotación minera, y asi evitar el descontento de los anunnakis mineros.

Estas mismas fuentes, dicen que Enlil, es quién ordeno eliminar al hombre aprovechando el diluvio, ya que el no estaba contento con la creación de esta nueva criatura, su inteligencia y menos aún con su capacidad de reproducirse. Estas criaturas se habían hecho apetecibles para los deseos sexuales de los anunnaki, quienes descendieron y se ayuntaron con las hijas de los hombres (esta es otra de las varias coincidencias que narra también la biblia).

Enki/Ea, que había creado al hombre, instruye a Ziusudra en secreto para que construya una embarcación que pueda flotar y asi sobrevivir (otra coincidencia mas), mientras Mami/Istar se rebela contra Enlil al ver como perecen sus criaturas. En la biblia es Yhavhe quién salva al hombre a través de Noé, pero este es conocido por los sumerios como Enlil.

Pasado el diluvio y repoblado con los sobrevivientes del arca, los líderes anunnaki se reparten el territorio y las ciudades entre ellas Ur, Nippur y otras.

La historia de Abraham es el relato de una migración, y de las consecuencias que se derivan de ella, en el seno de la humanidad nacida de Noe biblico, Yhavhe elige un pequeño clan, Abraham obedece la orden de partida y cree en la promesa que le hacen; lo que esta en juego a partir de ese momento es saber si Abraham lograra establecerse en Canaán y en que condiciones va obtener descendencia con su mujer, también importara saber cuál de los dos hijos, Ismael o Isaac, obtendra la herencia paterna prometida por su dios.

El Señor (Yahveh), se fijó en Abram[1]de un modo muy especial y lo eligió para realizar una misión importantísima. Todo empezó un día cuando le dijo estas palabras:

"Sal de tu tierra, de la casa de tu padre y de tus parientes, y ve a una tierra que yo te mostraré. Yo te haré padre de un gran pueblo, te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serán bendecidas en ti todas las familias de la tierra" (Génesis 12). Y así empieza la historia israelita.

La bíblia dicen que Abram salió de Ur, ciudad sumeria donde se adoraba a la luna bajo el nombre de la diosa Sim, pero no dice donde nació.

IB.RU.UM fue un príncipe, descendiente de Ziuzudra el Noé Biblico[2]fue elegido por Enlil, para conducir sus guerreros. A IB.RU.UM la biblia lo recuerda como Abram. En el Génesis 17:1-16, se narra el modo y el momento en que Abram se transformó, de noble sumerio, a potentado semita occidental; tras la alianza establecida con su Dios, a través de un ritual de circuncisión, su nombre sumerio AB.RAM ("Amado del Padre") se cambió por el acadio/semita Abraham ("Padre de una Multitud de Naciones") y el nombre de su esposa SARAI ("Princesa") se adaptó al semita Sarah. Fue, a los 99 años de edad, cuando Abraham se convirtió en "Semita" tras su circuncisión.

Este cambio de nombres para los cabalistas explica el cambio de sus destinos según la gematría cabalística.

Resultaria ingenuo pensar que para el nacimiento de una nación en Canaán, que gobernaría todas las tierras desde la frontera de Egipto hasta la frontera de Mesopotamia, Yahveh eligiera a alguien al azar. La joven con la que se casó Abraham llevaba el nombre de Princesa y era hermanastra de Abraham ("En verdad, es mi hermana, la hija de mi padre, pero no la hija de mi madre"), el padre de Abraham, era de ascendencia real, corroborado con el hecho de que la hija de Harán, el hermano de Abraham, llevara también un nombre real (Milkha – "Regia"). Así pues, la familia de Abraham pertenecía a uno de los más altos escalafones de las familias de Sumer; gente de noble proceder y elegante porte.

¿Abraham nació en Ur?, la biblia no precisa y por ello genera especulación.

En el lenguaje bíblico, el sufijo "i", cuando se aplica a una persona, significa "nativo de"; ejemplo: Gileadi significaba nativo de Gilead. Del mismo modo, Ibri significaba nativo de un lugar llamado "Cruce"; y precisamente ese era el nombre sumerio de Nippur: NI.IB.RU el Lugar del Cruce, el lugar donde la rejilla antediluviana se cruzaba, el Ombligo de la Tierra original, el antiguo Centro de Control de Misiones construida por los anunnaki antes del diluvio y reconstruida luego del diluvio.

La caída de la n al pasar del sumerio al acadio/hebreo era frecuente. Al decir que Abram era un Ibri, la Biblia simplemente nos quiere decir que Abram era un Ni-ib-ri, ¡Un hombre de origen nippuriano!

La familia de Abram emigro de Ur a Jarán[3]y ello hizo suponer que Ur era el lugar de nacimiento de Abraham; pero esto no dice la Biblia en ninguna parte. Al contrario, cuando le ordenan a Abraham que vaya a Canaán y deje sus pasadas moradas, se ve la relación de tres cosas separadas: la casa de su padre (que estaba en Jarán); su país (la ciudad-estado de Ur); y su lugar de nacimiento (que la Biblia no identifica). Zecharia Setchin plantea la hipótesis de que Ibri identifica a un nativo de Nippur con lo que se resuelve el problema del lugar de nacimiento de Abraham.

Nippur no era una capital real; era una ciudad sagrada, el centro religioso de Sumer. Alli se enseñaban los conocimientos astronómicos a los sumos sacerdotes, allí se origino el calendario, como la relación entre el Sol, la Tierra y la Luna y sus órbitas. Los calendarios actuales se derivan del calendario original nippuriano que tuvo sus inicios 4,000 a.C., en la era de Tauro. Esta es otra afirmación que vincula a los hebreos con Nippur. El calendario judío cuenta los años a partir de un enigmático inicio en el 3,760 a.C. (Por ejemplo para los judíos, el año 2,014 sería el 5,774). Se supone que la cuenta se establece "desde el principio del mundo"; pero los sabios judíos, realmente querían decir, que éste es el número de años que pasaron "desde que comenzó la cuenta de los años". Y supone que se refiere a la introducción del calendario en Nippur.

Los ancestros de Abraham eran de una familia sacerdotal de sangre real, ya que eran descendientes de Ziuzudra el Noé Biblico, una familia encabezada por un sumo sacerdote nippuriano, que era el único que podía entrar a la cámara más profunda del templo, para recibir las órdenes de la deidad local y trasmitírsela al rey y al pueblo.

Teraj es el nombre del padre de Abraham. Los eruditos de la bíblia, buscan pistas sólo en el entorno semita, consideran que los nombres Harán y Na-jor, son topónimos (nombres que personifican lugares), y creen que existío ciudades con estos nombres en el centro y norte de Mesopotamia, por su parte los asiriólogos, investigando la terminología acadia (la primera lengua semita), descubrieron que Tirhu significaba "un objeto o vasija para propósitos mágicos". Pero los estudiosos de la lengua sumeria, hallaron que el signo cuneiforme de Tirhu procedía directamente del nombre sumerio de DUG.NAMTAR –literalmente-, "El Que Dice el Destino"- ¡el que anunciaba los oráculos!

Por tanto, Téraj, era un Sacerdote de Oráculos, designado para acercarse a la "Piedra que Susurra", que escuchaba a la deidad y comunicaba (con o sin interpretación) a la jerarquía laica. Esta función de sacerdote sumerio, también lo hará posteriormente el Sumo Sacerdote israelita, que era el único, permitído entrar al Santo de los Santos y aproximarse al Dvir ("Hablador"), y "escuchar la voz (del Señor) que le habla desde fuera del revestimiento que hay sobre el Arca de la Alianza, de entre los dos Querubines".

Durante el Éxodo israelita, en el Monte Sinaí, Yahveh proclamó su alianza con los descendientes de Abraham: "seréis para mí un reino de sacerdotes". Afirmación que refleja el estatus de los ascendientes de Abraham: el sacerdocio real.

Aún cuando muchos consideran inverosímil estas afirmaciones, era práctica sumeria, que los reyes nombraran a sus hijas e hijos, y a sí mismos, sumo sacerdote, mezclando el linaje real y sacerdotal.

La Universidad de Pennsylvania, confirmarían que los reyes de Ur tenían en mucha estima el título de "Piadoso Pastor de Nippur", para realizar funciones sacerdotales; el gobernador de Nippur (PA.TE.SI NI.IB.RU) era también el Principal UR.ENLIL ("Principal Servidor de Enlil").

Algunos nombres de estas autoridades-sacerdotales se parecían al nombre sumerio de Abram (AB.RAM), comenzando con el componente AB ("Padre" o "Progenitor"); como ocurre con AB.BA.MU, que fue el nombre de un gobernador de Nippur durante el reinado de Shulgi.

Por tanto no resulta exagerado, suponer que una familia tan estrechamente relacionada con Nippur, se les llamase "nippurianos" (es decir, "hebreos"), y que tuvieran una elevada posición en Ur, concordante plenamente con las circunstancias que imperaban en Sumer, en la época de Abram; en los tiempos de la III Dinastía de Ur, cuando, por primera vez los asuntos divinos y la administración de Nippur, se confió a Nannar rey de Ur, combinando así las funciones religiosas y seculares.

Cuando Ur-Nammu subió al trono de Ur, Téraj se traslado con su familia desde Nippur a Ur, quizás para servir de enlace entre el templo de Nippur y el palacio real de Ur. La estancia de Teraj en Ur se prolongó hasta el fin del reinado de Ur-Nammu, y fue su muerte lo que marco, que la familia deja Ur para ir a Jarán.

La Biblia tampoco en ninguna parte se dice, qué es lo que la familia hizo en Jarán; pero, considerando el linaje real y el estatus sacerdotal de Teraj, debieron pertenecer a la jerarquía de Jarán. La familiaridad con la que, más tarde, Abraham trata con algunos reyes, sugiere que tuvo que ver con las relaciones exteriores de Jarán; su amistad con los hititas que vivían en Canaán, poseedores de experiencia militar, evidencia dónde adquirió Abram competencia militar, que con tanto éxito empleó en la guerra.

La tradicion pinta a Abram como versado en astronomía, un valioso conocimiento de los sacerdotes sumerios, para hacer largos viajes, orientándose por las estrellas. Según Flavio Josefo, Beroso se refiere a Abram, sin mencionarlo, cuando habla del ascenso "entre los caldeos, de cierto hombre grande y justo que estaba muy versado en astronomía".

Durante el reinado de Shulgi, la familia de Téraj (Padre de Abram), permaneció en Jarán. Después, a la muerte de Shulgi, llegó la orden divina de partir hacia Canaán, Téraj era ya bastante viejo y su hijo Najor tambien, por esta razón se quedaría con él en Jarán cuando parte Abraham.

Abraham sale de Ur

Abram, un hombre maduro de 75 años, parte en el año 2,048 a.C., y da inicio a 24 años dificultosos. 18 años que comprende los reinados, de los dos sucesores inmediatos de Shulgi (Amar-Sin y Shu-Sin) llenos de conflictos y 6 años de Ibbi-Sin, el último rey de Ur. Esta información esta escrita en las tablillas sumerias, que expertos y diversas universidades descifraron.

La muerte de Shulgi, es más que una coincidencia, no sólo porque fue la señal de partida para Abraham, sino también, daba inicio al reacomodo de los "dioses gobernantes" de Oriente Próximo. Asi pues en el momento en que Abram, parte de Jaran acompañado por un cuerpo militar de élite, en ese mismo momento -a las puertas de los dominios hititas- el exilado Marduk aparece en "la tierra de Hatti". Es muy notable que Marduk permaneciera allí durante 24 Años Fatídicos, los mismos que vivió Abram ¿Coincidencia?

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Abram sale de Ur.

En una tablilla encontrada en la biblioteca de Assurbanipal, Marduk cuenta sus andanzas y posterior retorno a Babilonia.

Oh, grandes dioses, sabed mis secretos.

Mientras me ciño la cintura, me asaltan los recuerdos:

Yo soy el divino Marduk, un gran dios.

Fui rechazado por mis pecados,

a las montañas fui.

En muchas tierras, he sido un vagabundo;

desde donde el sol nace hasta donde se pone fui.

A las alturas de la tierra de Hatti fui.

En la tierra de Hatti pedí un oráculo

[acerca] de mi trono y mi Señorío;

Allí en medio [pregunté]: «¿Hasta cuándo?»

24 años, allí en medio, anidé.

Por este texto, sabemos que Marduk permaneció 24 años en la zona y envió, desde su nuevo lugar de exilio, emisarios y suministros, vía Jarán, a sus seguidores en Babilonia y a sus representantes comerciales en Mari, abriéndose paso de ese modo por ambas entradas, la de Nannar/Sin y la de Inanna/Ishtar. La aparición de Marduk en Oriente Proximo, implica una inesperada alianza con Adad, que fué la otra cara de la moneda, que apresuro la salida de Abram hacia Canaán.

Como si hubiera esperando la muerte de Shulgi el mundo antiguo, repentinamente se puso en movimientoLa Casa de Nannar estaba desacreditada, y la Casa de Marduk veía aproximarse por fin la hora de su supremacía. Todavia exilado en Mesopotamia, Marduk a través de su primogénito Nabu, ganaba conversos para su causa, su base de operaciones era su propio "centro de culto", la ciudad de Borsippa; pero sus esfuerzos alcanzaban a todas las ciudades-estado, incluido Canaán.

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Su dios le ordena a Abram que vaya a Canaán.

El Antiguo Testamento biblico, nada dice de la misión de Abram, pero es claro en cuanto a su destino: Abram y su esposa, su sobrino Lot, y su séquito, se encaminan sin detenerse hacia el sur, hacia Canaán. Hubo una parada en Siquem, donde el Señor le habla a Abram. Desde allí se fue al Monte, y acampó al este de Betel; y construyó un altar a Yahveh e invocó su nombre. Betel, significa "Casa de Dios"[4] -lugar al que Abraham volvería de nuevo- estaba en las cercanías de Jerusalén y del santo Monte, el Monte Moria ("Monte de la Dirección"), sobre cuya Roca Sagrada se depositara posteriormente el Arca de la Alianza cuando el Rey Salomón construye el Templo de Yahveh en Jerusalén.

Luego de estas paradas, Abram fue al Negev, región árida en donde se funden Canaán y el Sinaí. ¿Qué tenía que hacer Abram en el Negev (La Sequedad), cuyo nombre habla de su aridez? ¿Qué sucedía en el Negev para precipitar la llegada de Abram, que vendría tras largo viaje de Jarán, para instalarse en medio de la tierra estéril?

Según las tablillas, el Monte Moria -primer punto de interés de Abram- era importante en aquéllos días porque servía, junto con sus montes hermanos, el Monte Sofim ("Monte de los Observadores") y el Monte Sión ("Monte de la Señal"), como emplazamiento del Centro de Control de Misiones de los anunnaki. Y el Negev era importante, simplemente, porque era la puerta de entrada al Espaciopuerto del Sinaí. Es decir Abram había recibido la orden de Yavhe (Enlil para los sumerios) para proteger estas instalaciones y asegurar el centro de comunicaciones y el aeropuerto donde descendían las naves de los anunnaki, estrategia eminentemente militar ejecutada a la perfección por Abram.

La biblia dice que Abram tenía aliados en la región, y entre su séquito había varios centenares de soldados de un cuerpo de élite. A este cuerpo de elite la biblia los denomina Naar, término que los eruditos de la biblia lo han traducido como "criado" o, simplemente, como "hombre joven"; pero los estudios de las tablillas, demostraron que en hurrita, se designa con esta palabra a los jinetes u hombres a caballo. Profundizando el estudio en hurrita, los textos mesopotámicos que tratan de movimientos militares, habla, entre los hombres de los carros y la caballería, de los LU.NAR ("hombres-Nar"), que hacían las veces de caballería ligera. En la biblia se encuentra un término idéntico en I Samuel 30:17, tras el ataque del rey David sobre un campamento amalecita, los únicos que escaparon fueron "cuatrocientos Ish-Naar" -literalmente, "hombres-Nar" o LU.NAR- "que cabalgaban camellos".

El texto de la bíblia dice: y no escapo de ellos hombre alguno salvo cuatrocientos jóvenes que montaron en camellos y se pusieron en fuga.

Al decir que los soldados de Abram eran hombres Naar, el Antiguo Testamento permite ver que llevaba con él, un cuerpo de caballería, probablemente jinetes de camellos más que de caballos. Posiblemente tomo la idea de esta fuerza de combate rápido de los hititas, en cuya frontera estaba ubicada Jarán, porque para las áridas regiones del Negev y del Sinaí, resulta más adecuado el uso de camellos que los caballos.

La imagen de Abram, de pronto, ya no es la de un pastor nómada, sino la de un comandante militar de ascendencia real. No encaja con la habitual imagen de patriarca, pero refleja mejor el recuerdo. Flavio Josefo (siglo I d.C.) dijo de él: "Abraham reinó en Damasco, donde era un extranjero, tras llegar con un ejército de las tierras que hay por encima de Babilonia", desde donde, "tras un tiempo prolongado, el Señor lo había levantado y lo había sacado del país junto con sus hombres, para llevarlo a la tierra que entonces llamaban Canaán, pero que ahora llaman Judea".

La misión de Abram era una misión estrictamente militar: ¡Proteger las instalaciones del Centro de Control de Misiones y el Espaciopuerto! Por orden de Enlil, Afirma Zecharia Sechin. Asi Abram ya no tenía solo el papel de patriarca, sino también el de jefe militar, un guerrero.

Tras su estancia en el Negev, atravesó la península del Sinaí y llegó a Egipto. Evidentemente, no eran vulgares nómadas, la biblia nos da luces y dice que Abram y Sara fueron llevados al palacio real del Faraón (Génesis 12:10-20)[5], hecho que según cálculos, debió ser hacia el 2,047 a.C, cuando los faraones que gobernaban entonces el Bajo Egipto (al norte) -que no eran seguidores de Amén ("El Dios Oculto" Ra/Marduk)-, se enfrentaban al fuerte desafío que representaba el príncipe de Tebas, en el sur, en donde se consideraba a Amén el dios supremo.

Solo es posible suponer los asuntos de estado -alianzas, defensas conjuntas, órdenes divinas- que debieron tratar el asediado faraón y el Ibri, el jefe militar nippuriano. El Libro de los Jubileos afirma que estuvieron en Egipto cinco años. Cuando llegó el momento de regresar al Negev, Abram fue acompañado por un gran séquito de hombres del faraón.

Y Abraham se fue de Egipto, él y su mujer y Lot con él, hasta el Negev. Él era rico en rebaños de ovejas y ganado (Génesis 13:2) vacuno para comer y vestir, así como de asnos y camellos para sus rápidos jinetes. Una vez más, fue a Betel, a invocar el nombre de Yahveh, a la espera de instrucciones. Después, Lot y él se separaron; Lot decidió quedarse a vivir, con sus rebaños en la Llanura del Jordán, que era de regadío, como el Jardín del Señor, antes de que Yahveh destruyera Sodoma y Gomorra (Génesis 13:10). Abram siguió hasta las montañas, instalándose en la cumbre más alta, cerca de Hebrón, desde donde podía observar en todas las direcciones; y el Señor le dijo: Ve, recorre el país a lo largo y a lo ancho, pues a ti te lo he de dar (Génesis 13:14-15). Y, poco después, en los días de Amrafel, rey de Senaar, fue cuando tuvo lugar la expedición militar de la alianza oriental.

«Doce años sirvieron [los reyes cananeos] a Codorlaomor, en el año décimo tercero se rebelaron; y en el décimo cuarto vinieron Codorlaomor y los reyes que estaban con él» (Génesis 14: 4,5).

Los eruditos de la biblia buscan confirmación arqueológica de los acontecimientos que habla la Biblia; pero el esfuerzo es vano debido a que buscan a Abram en una época equivocada.

En 1,875, comparando la lectura tradicional del nombre con su deletreo en las antiguas traducciones bíblicas, F. Lenormant (La Langue Primitive de la Chaldée) propuso que la lectura correcta debía ser "Amar-pal", tal como se plasmó fonéticamente en la Septuaquinta traducción que se hizo del Antiguo Testamento, del hebreo al griego. Dos años más tarde, D. H. Haigh (Zeitschrift für Ágyptische Sprache und Altertumskun.de), adoptó también la lectura de "Amar-pal", afirmando que el segundo elemento (del nombre del rey) es uno de los nombres del dios Luna (Sin), y declaró: Hace tiempo que estoy convencido de que Amar-pal fue uno de los reyes de Ur.

La identificación del Amarphal del Génesis 14, con Amar-Sin, tercer rey de la III Dinastía de Ur, encaja la cronología bíblica y sumeria. El relato bíblico de la Guerra de los Reyes sitúa el acontecimiento poco después del regreso de Abram al Negev proveniente de Egipto, pero antes del décimo aniversario de su llegada a Canaán; es decir, entre 2,042 y 2,039 a.C. El reinado de Amar-Sin/Amar-Pal fue de 2,047 a 2,039 a.C.; así pues, la guerra debió tener lugar en la última parte de su reinado.

El analisis del reinado de Amar-Sin, indica que su séptimo año -2,041 a.C.- fue el de su principal expedición militar a las provincias occidentales. Los datos bíblicos (Génesis 14:4,5) confirman este suceso catorce años después de que los elamitas a las órdenes de Codorlaomor sometieran a los reyes cananeos; el año 2,041 fue el décimo cuarto después de que Shulgi, tras recibir los oráculos de Nannar, lanza una expedición militar elamita sobre Canaán (2,055 a.C.).

Zecharia Sitchin, sincronizando fechas, acontecimientos bíblicos y sumerios, obtiene una secuencia que apoya cada factor de tiempo relatado en la Biblia:

  • 2123 a.C. Abraham nace en Nippur, hijo de Téraj.

  • 2113 a.C. Ur-Nammu entronizado en Ur, se le da la custodia de Nippur. Téraj y su familia se trasladan a Ur.

  • 2095 a.C. Shulgi asciende al trono tras la muerte de Ur-Nammu. Téraj y su familia se van de Ur a Jarán.

  • 2055 a.C. Shulgi recibe los oráculos de Nannar, envía tropas elamitas a Canaán.

  • 2048 a.C. Muerte de Shulgi, ordenada por Anu y Enlil. A Abraham, con 75 años de edad, se le ordena partir hacia Canaán.

  • 2047 a.C. Amar-Sin («Amarpal») asciende al trono de Ur. Abraham sale del Negev hacia Egipto. 2042 a.C. «Los reyes cananeos derivan su fidelidad a «otros dioses». Abraham vuelve de Egipto con un cuerpo de élite.

  • 2041 a.C. Amar-Sin lanza la Guerra de los Reyes.

El guerrero Abram

¿Quiénes eran los otros dioses o reyes que se estaban ganando la fidelidad de las ciudades cananeas? Según las tablillas, era Marduk, intrigando desde su cercano exilio, y su hijo Nabu, que recorría la zona oriental de Canaán buscando adeptos. Toda la tierra de Moab quedó bajo la influencia de Nabu: a esta tierra también se le conoció como Tierra de Nabu, y muchos de sus lugares recibieron su nombre en su honor; el pico más alto conservó su denominación -Monte Nebo- durante los milenios que siguieron.

¿Quién era Marduck? Era un dios sumerio, hijo de Enki, al que Abram combatía por orden de su dios Yahveh (Enlil).

Enlil y Enki eran hermanos pero rivales. Enki había salvado a Ziuzudra -el Noe de la biblia- del diluvio y fue el creador del hombre a través de sus trabajos con ADN, en el jardín del Eden, que logro que los primigenios hibridos humanos logren reproducirse en forma directa.

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Marduk

En este marco histórico, el Antiguo Testamento narra los relatos mesopotámicos de los dioses sumerios, con óptica monoteísta, donde Abraham participa en una guerra poco habitual: el propósito aparente –evitar una rebelión general- es un tema secundario en la guerra; el verdadero objetivo, era el control de un cruce de caminos en un oasis del desierto, que nunca se alcanzó.

Tomaron la ruta meridional de Mesopotamia a Canaán, los invasores fueron hacia el sur por Trans Jordania, siguiendo la Calzada del Rey, atacaron puestos avanzados de vigilancia de los puntos de cruce del Jordán: Ashterot-Carnáyim, en el norte; Cam, en el centro; y Shaveh-Quiryatáyim, en el sur.

En la bíblia, el objetivo de los invasores era un lugar llamado El Paran, pero no consiguieron llegar a él. Bajaron por Trans Jordania y circundando el Mar Muerto, los invasores pasaron junto al Monte Seír y avanzaron hacia El Paran, que está frente al desierto. Pero se vieron obligados a virar hacia En Mishpat, que es Kadesh. Nunca llegaron a El Paran (¿Lugar Glorificado de Dios?); de algún modo, los invasores se vieron obligados a retroceder hasta En Mishpat, también conocido como Kadesh o Kadesh-Barnea.

Sólo entonces, cuando volvían a Canaán, es cuando el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Admá, el rey de Seboyim y el rey de Belá, que es Soar, presentaron batalla en el Valle de Siddim.


La batalla con estos reyes cananeos se dio, en una fase tardía de la guerra, y no fue su primer objetivo. Hace casi un siglo, H. C. Trumbull en un minucioso estudio de titulo Kadesh-Barnea, llegó a la conclusión de que el verdadero objetivo de los invasores era El Paran, identificandolo correctamente como el oasis de Nakhl, en la llanura central del Sinaí. Pero él y ningún otro han podido explicar, por qué una gran alianza enviaba un ejército hacia un objetivo situado a miles de kilómetros, un aislado oasis en una inmensa y desolada llanura.

¿Para qué iban allí, y quién les bloqueó el camino hacia Kadesh-Barnea forzandolos a dar la vuelta? No hay respuestas; y ninguna respuesta tiene sentido en la narración biblica. Zecharia Sitchin afirma que: lo único importante del destino era el Espaciopuerto, y el que bloqueó el camino hacia Kadesh-Barnea fue Abram, afirmación atendible que se basa en tablillas sumerias.

Kadesh-Barnea era el punto más cercano a la región del Espacio puerto, hasta donde podían llegar humanos sin permiso especial de los dioses. Shulgi había ido a rezar alli y a realizar ofrendas al Dios Que Juzga y, mil años antes que él, el rey sumerio Gilgamesh, se detuvo en Kadesh-Barnea para obtener permiso. Los sumerios le llamaban BAD.GAL.DINGIR y Sargón de Acad denominaba Dur-Mah-Ilani, que aparece claramente en las inscripciones como un lugar de Tilmun (la península del Sinaí).

Este era el lugar que la Biblia llamó Kadesh-Barnea; y allí permaneció Abram con sus tropas de élite, impidiendo el avance de los invasores hasta el mismo Espacio puerto de los anunnaki.

El Antiguo Testamento, se convierten en información detallada en los Textos de Codorlaomor, que aclara que la guerra pretendía evitar el regreso de Marduk y frustrar los esfuerzos de Nabu por alcanzar el Espacio puerto. Estos textos no sólo nombran a los mismos reyes menciona la Biblia, tambien repiten los detalles bíblicos del cambio de fidelidades "en el año décimo tercero". Antes de recurrir a los Textos de Codorlaomor para obtener detalles sobre el marco bíblico, debemos recordar que fueron escritos por un historiador babilonio que apoyaba el deseo de Marduk de convertir a Babilonia en "el ombligo celeste de las cuatro regiones". Y para frustrar esto, los dioses que se oponían a Marduk, ordenaron a Codorlaomor que invadiera Babilonia y la profanara:

Los dioses...

a Kudur-Laghamar, rey de la tierra de Elam,

ordenaron: «¡Invádeles!»

Llevó a cabo aquello que para la ciudad era malo;

en Babilonia, la preciosa ciudad de Marduk, '

se hizo con la soberanía;

en Babilonia, la ciudad del rey de los dioses, Marduk,

derrocó la realeza;

convirtió su templo en una guarida de perros;

los cuervos de sonoro graznido dejaron caer sus excrementos allí.

El saqueo de Babilonia solo fue el comienzo. Tras las "malas acciones" que se cometieron allí, Utu/Shamash intentó enfrentarse a Nabu, que, según decía en su acusación, había subvertido la fidelidad de cierto rey a su padre, Nannar/Sin. Y esto sucedió, según los Textos de Codorlaomor, en el año décimo tercero:

Ante los dioses el hijo de su padre [vino];

aquel día, Shamash, el Brillante,

contra el señor de señores, Marduk [dijo]:

«La fidelidad de su corazón [del rey] traicionó,

en la epoca el año décimo tercero rompió las filas de mi padre;

el rey dejó de atender el cuidado de su fe; todo esto lo ha provocado Nabu».

Los dioses sumerios se reunieron, preocupados por el papel que Nabu desempeña en la rebelión. Reunieron una coalición de reyes leales y designaron al elamita Kudur-Laghamar como comandante en jefe.

Para llevar a cabo la orden, Kudur-Laghamar, que tenía gran odio a Marduk, destruyó el santuario de Borsippa con fuego, y a sus hijos los mato con la espada. Después, se ordenó la expedición militar contra los reyes rebeldes.

Los textos babilónicos hacen una relación de los objetivos que tenían que ser atacados y los nombres de los atacantes; fácil es reconocer los nombres bíblicos de: Eriaku (Aryok) fue a atacar Shebu (Beersheba) y Tud-Ghula (Tidal) fue a "golpear con la espada a los hijos de Gaza".

Actuando según el oráculo de Ishtar, el ejército reunido por los Reyes del Este llegó a Trans Jordania. El primer ataque se hizo sobre una fortaleza en las tierras altas, después Rabattum. La ruta es la misma que se describe en la Biblia: desde las tierras altas en el norte, a través de la región de Rabat-Amón en el centro, hacia el sur, hasta las cercanías del Mar Muerto.

Capturada Dur-Mah-Ilani, y varias ciudades cananeas, incluidas Gaza y Beersheba, en el Negev, serían castigadas. Pero en Dur-Mah-Ilani, según el texto babilónico, el hijo del sacerdote, a quien los dioses en su veraz consejo habían ungido, se puso en el camino de los invasores y evitó el saqueo.

Posiblemente el texto babilónico, se estan refiriendo a Abram, el hijo del sacerdote Téraj y de su papel en hacer dar la vuelta a los invasores, reforzada por los textos mesopotámicos y bíblicos que hablan del mismo acontecimiento, en la misma localidad y el mismo resultado.

También hay una pista intrigante, se trata del hecho inadvertido en los anales del reinado de Amar-Sin: se llama al séptimo año, el año crucial de 2041 a.C., el año de la expedición militar MU NE IB.RU.UM BA.HUL, año en que la pastoril morada de IB.RU.UM fue atacada. Es posible que se esten refiriendo, al año crucial exacto, a Abram y su pastoril morada.

Existe una posible conmemoración pictórica de la invasión. Es una escena grabada en un sello cilíndrico sumerio que representa el viaje de Etana, un antiguo rey de Kis, hasta la Puerta Alada, donde un Águila lo elevó a las alturas, hasta que la Tierra desapareció de la vista. En el sello se ve a un héroe coronado a caballo -demasiado pronto para la época de Etana- situado entre el lugar de la Puerta Alada y dos grupos distintos. Uno de cuatro Hombres Poderosos armados cuyo líder, también a caballo, se mueve hacia una región cultivada de la península del Sinaí (indicada por el símbolo del creciente de Sin del cual crece trigo). El otro grupo es de cinco reyes, que van en dirección opuesta. Esta imagen contiene, todos los elementos de una antigua ilustración de la Guerra de los Reyes y del papel del Hijo del Sacerdote en ésta. El héroe, que se representa en el centro, sobre el caballo sería Abram y no Etana.

Tras cumplir su misión, de proteger el Espacio puerto, Abram volvió a su base cerca de Hebrón. La biblia se refiere a los acontecimientos en el Génesis 14, manifestando que: Estimulados por su hazaña, los reyes cananeos marcharon con sus fuerzas para interceptar al ejército del Este en retirada. Pero los invasores los vencieron y tomaron todas las posesiones de Sodoma y Gomorra, así como a un valioso rehén: Se llevaron a Lot, el sobrino de Abraham, que vivía en Sodoma (Génesis 14:12).

Enterado de esto, Abram y sus mejores guerreros, persiguió a los invasores, alcanzándolos cerca de Damasco, donde consiguió liberar a Lot y recuperar todo el botín[6]A su retorno, fue recibido como vencedor en el Valle de Shalem (Jerusalén):

Génesis 14.

17 Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey. 

18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; 

19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; 

20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo. 

¿Quién era Melquisedec? La biblia dice, Rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, de Yhaveh ó Enlil; es decir Abram y Melquisedec eran aliados bajo las órdenes de un mismo dios.

¿Quién era ese Dios Altísimo, del que Melquisedec era sacerdote? Enlil, era el dios altísimo sumerio en esa región, al que Abram llamaba Yahveh y era enemigo de Marduk, hijo de Enki.

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Melquisedec, el rey de Shalem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del Dios Altísimo. Y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram.

Los reyes cananeos no tardaron en llegar para dar las gracias a Abram y ofrecerle todas las posesiones recuperadas como recompensa. Pero Abram, se negó a tomar siquiera la correa de un zapato para sí mismo o sus guerreros, pero dijo que sus aliados sí que debían tomar parte de ello. Abram, no había actuado ni por amistad con los reyes cananeos ni por enemistad con la Alianza Oriental. Fue por Yahveh, el Dios Altísimo, poseedor del Cielo y la Tierra, que he levantado mis manos, afirmó. Esto, es lo mismo a decir por Enlil, el Dios Altísimo.

Génesis 14.

21 Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes

22 Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, 

23 que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram; 

24 excepto solamente lo que comieron los jóvenes, y la parte de los varones que fueron conmigo, Aner, Escol y Mamre, los cuales tomarán su parte.

La fallida invasión no detuvo los acontecimientos que estaban sucediendo en el mundo antiguo. Un año más tarde, en el 2,040 a.C., Mentuhotep II, líder de los príncipes tebanos, derrotó a los faraones del norte y extendió los dominios de Tebas (y de su dios) hasta los límites occidentales de la península del Sinaí. Al año siguiente, Amar-Sin intentó alcanzar la península del Sinaí por mar, para terminar muriendo por una picadura venenosa.

Los ataques sobre el Espacio puerto se frustraban, pero el peligro no había pasado; y los esfuerzos de Marduk por conseguir la supremacía se intensificaron aún más. Quince años después, Sodoma y Gomorra saltarían en llamas, cuando Ninurta y Nergal liberaron las Armas del Día del Juicio Final.

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Ninurta y Nergal liberaron las Armas del Día del Juicio Final.

Explosión de armas nucleares

Abram que no tenía descendientes acepto la propuesta de su esposa Sarai, tener un hijo con Agar una esclava egipcia, quién le dio un hijo que llamaron Ismael, Abraham tenía 86 años cuando esto ocurrió.

El Antiguo Testamento narra en Génesis 17, el momento en que Abraham se transformó, de noble sumerio, en un potentado semita, esto ocurre tras la alianza establecida con su Dios, con un ritual: la circuncisión. Su nombre sumerio AB.RAM ("Amado del Padre") se cambió por el acadio/semita Abraham ("Padre de una Multitud de Naciones") y el de su esposa SARAI ("Princesa") se adaptó al semita Sarah. Nada hacia presagiar lo que ocurriría después.

Génesis 17.

1 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. 

2 Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. 

3 Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: 

4 He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. 

5 Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. 

6 Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. 

7 Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. 

8 Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos. 

9 Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. 

10 Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. 

11 Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. 

12 Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. 

13 Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. 

14 Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto. 

15 Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre. 

16 Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella. 

17 Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? 

18 Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti. 

19 Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. 

20 Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él una gran nación.

21 Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene. 

22 Y acabó de hablar con él, y subió Dios de estar con Abraham. 

23 Entonces tomó Abraham a Ismael su hijo, y a todos los siervos nacidos en su casa, y a todos los comprados por su dinero, a todo varón entre los domésticos de la casa de Abraham, y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día, como Dios le había dicho. 

24 Era Abraham de edad de noventa y nueve años cuando circuncidó la carne de su prepucio.

25 E Ismael su hijo era de trece años, cuando fue circuncidada la carne de su prepucio. 

26 En el mismo día fueron circuncidados Abraham e Ismael su hijo. 

27 Y todos los varones de su casa, el siervo nacido en casa, y el comprado del extranjero por dinero, fueron circuncidados con él.

El uso de armas de destrucción masiva en el Oriente Próximo, en la antigüedad, es causa del miedo que se hagan realidad las profecías del Armagedón biblico. La escalada del conflicto entre dioses, y no entre hombres, llevó a la utilización de armas nucleares, precisamente allí, hace cuatro mil años. Si alguna vez huvo un acto de guerra, del todo lamentable, y con consecuencias inesperadas, ese acto se produjo allí.

No es una ficción, la primera vez que se utilizó armas nucleares, no fue en 1,945 d.C., sino en el 2,024 a.C. Este fatídico acontecimiento es descrito en diversos textos de la antigüedad. Entre esas fuentes antiguas se encuentra la biblia, pues el primer patriarca hebreo, Abram, fue testigo presencial del terrorífico desastre.

El Día del Juicio Final llegó, cuando Abraham, estaba acampado cerca de Hebrón y tenía 99 años de edad. La historia comienza según el Génesis 18, cuando Abraham estaba sentado a la entrada su tienda, al calor del día. Y alzó sus ojos y vio, tres hombres parados ante él; y, en cuanto los vio, corrió desde la entrada de la tienda hacia ellos, y se postró en tierra.

Génesis 18.

1 Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. 

2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, 

3 y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. 

4 Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, 

5 y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.

6 Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo. 

7 Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo. 

8 Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron. 

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No paséis de largo cerca de vuestro servidor sin darle la ocasión de prepararles una suntuosa comida

La biblia describe una escena que muestra a un hombre importante del Medio Oriente, descansanso, cuando aparecen tres hombres, que reconoció inmediatamente su verdadera identidad y se postró ante ellos, llamándole Señor pidió que no pase de largo cerca de tu servidor, que yo ire a traer un bocado de pan, para que repongan fuerza. Muestra a Abraham atendiendo a sus invitados, también muestra a Jehova y sus acompañantes, complacido con el ofrecimiento: Haz así como has dicho y consumieron los alimentos que se preparó. Anochecía cuando los visitantes terminaron de comer y descansar, y el jefe de los tres, pregunto por Sara y le dijo a Abraham: Volveré a ti por estas fechas el próximo año; para entonces, Sara, tu mujer, tendrá un hijo.

Génesis 18.

9 Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda. 

10 Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. 

Es poco creible que los que visitaron y compartieron la meza con Abraham, fueran angeles y dios, ya que consumieron alimentos y bebida que les prepara exprofesamente Abraham. Eso probablemente sea la causa, por el que dudo de la promesa de que Sara pudiera tener un hijo a esa edad.

Pero la promesa de un Heredero Legítimoen su vejez, para Abraham, no era la única razón para que haga lo que hacia, en el lugar donde se encontraba. Había otra razón:

Los visitantes se levantaron para ir a inspeccionar Sodoma, uno de ellos identificado como Jehova expreso:

Génesis 18

17 Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, 

18 habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? 

El Señor, tras recordar los servicios prestados por Abram y el futuro prometido, le reveló el verdadero objetivo del viaje: verificar las acusaciones contra Sodoma y Gomorra.

Génesis 18.

20 Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, 

21 descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré. 

La destrucción de Sodoma y Gomorra es uno de los episodios bíblicos más citados y controversiales cuando de castigo, por ira divina se trata. Nunca dudaron que el Señor Dios vertiera literalmente fuego y azufre desde los cielos para borrar de la faz de la Tierra las ciudades pecadoras. Los eruditos de la biblia, buscan explicaciones al relato: un terremoto, una erupción volcánica, impacto de asteroides u otro fenómeno natural que se pueda interpretar, como castigo al pecado, por decisión de dios.

Sin embargo, la biblia no narra una calamidad natural. Es un evento premeditado, que se revela a Abraham con antelación lo que sucedera.

Era un acontecimiento evitable, no el producto de fuerzas naturales irreversibles: la destrucción ocurrirá, sólo si las protestas contra Sodoma y Gomorra se confirman. Era un evento posponible, que podía darse o no, a voluntad y sujeto a la decisión del Señor. Y como la calamidad era evitable, Abraham empleó todos sus argumentos:

Génesis 18.

22 Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová. 

23 Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío? 

24 Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? 

25 Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? 

26 Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos.

27 Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza. 

28 Quizá faltarán de cincuenta justos cinco; ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco. 

29 Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta. 

30 Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. 

31 Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte. 

32 Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. 

33 Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar.

Abraham suplicó para evitar la destrucción, premeditada y evitable, hasta que el Señor dijo: Tampoco haría destrucción si hubiera diez; y partió.

Al atardecer, los dos compañeros del Señor, que la biblia llama Mal'akhim, traducido "ángeles", pero significa "emisarios", llegaron a Sodoma con la intención de comprobar las acusaciones contra la ciudad y dar cuenta de ello. Lot, que estaba sentado a las puertas de la ciudad, reconoció al instante, igual que hiciera Abraham antes, a los dos visitantes, quizás por su atuendo, por sus armas, o por el modo en que llegaron.

Génesis 19

1 Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo

2 y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la calle nos quedaremos esta noche. 

3 Mas él porfió con ellos mucho, y fueron con él, y entraron en su casa; y les hizo banquete, y coció panes sin levadura, y comieron. 

Lot, igual que Abraham, insistió en su hospitalidad, a los dos emisarios que aceptaron la invitación de pasar la noche en su casa. De nuevo y por segunda vez, la biblia narra que los visitantes tomaron alimento, descartando la posibilidad que fueran angeles quienes estaban presentes en esta ocasión. Mas acertivo son las narraciones sumerias, donde no llaman dioses o angeles, simplemente "los que del cielo bajaron" es decir extraterrestres, lo cual explica mejor, la existencia de armas nucleares en esa época. Pero no iba a ser una noche tranquila, la noticia de la llegada de los extraños agitó a toda la ciudad.

Génesis 19

4 Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. 

La gente de Sodoma rodeó la casa: toda la población, llamaron a Lot y le dijeron: ¿Dónde están los hombres que vinieron? Tráelos para que los conozcamos. Y cuando Lot se negó a complacerles, la turba intentó entrar por la fuerza; pero los dos Mal'akhim cegaron a la gente, tanto a jóvenes como a viejos que se cansaban intentando encontrar la entrada.

Génesis 19.

5 Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos. 

6 Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí, 

7 y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. 

8 He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado. 

9 Y ellos respondieron: Quita allá; y añadieron: Vino este extraño para habitar entre nosotros, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta. 

10 Entonces los varones alargaron la mano, y metieron a Lot en casa con ellos, y cerraron la puerta. 

11 Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor, de manera que se fatigaban buscando la puerta. 

12 Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar; 

13 porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo.

Los dos emisarios ya no precisaron de más indagaciones, sólo Lot era "justo"[7]. El destino de la ciudad estaba decidido. Y le dijeron a Lot: ¿A quién más tienes aquí? Saca de este lugar a tu yerno, a tus hijos e hijas, y a cualquier otro pariente que tengas en la ciudad, pues la vamos a destruir. Lot se apresuró para llevar la noticia a sus yernos, pero se encontró tan solo con la incredulidad y la risa. De modo que, al alba, los emisarios apremiaron a Lot para que escapara sin demora, sólo su mujer y sus dos hijas solteras.

Génesis 19

14 Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad. Mas pareció a sus yernos como que se burlaba. 

15 Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. 

16 Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. 

17 Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. 

18 Pero Lot les dijo: No, yo os ruego, señores míos. 

19 He aquí ahora ha hallado vuestro siervo gracia en vuestros ojos, y habéis engrandecido vuestra misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal, y muera. 

20 He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; dejadme escapar ahora allá (¿no es ella pequeña?), y salvaré mi vida. 

21 Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado. 

22 Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar. 

Pero Lot remoloneaba; de manera que los hombres lo tomaron de la mano lo mismo que a su mujer y a sus dos hijas pues la misericordia de Yahveh estaba sobre él y los sacaron fuera de la ciudad.

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Los emisarios insistieron a Lot para que huyera a las montañas: ¡Escapa, por vida tuyaNo mires atrás, ni te pares en ningún sitio en la llanura, fueron las instrucciones; escapa a las montañas, o perecerás.

Lot, temiendo no llegar a tiempo a las montañas y ser alcanzado por el Mal y morir, les hizo una pregunta: ¿Se podría retrasar la destrucción de Sodoma hasta llegar a la ciudad de Soar, que era la ciudad más alejada de Sodoma? Tras aceptar, uno de los emisarios le urgió que se apresure en llegar allá: Escápate allá, porque no puedo hacer nada hasta que no llegues a esa ciudad.

Nuevamente, queda demostrada que el evento era predecible, evitable y se podía posponer. Ninguna catástrofe natural posee estas características.

Génesis 19

23 El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar. 

24 Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; 

25 y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. 

26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. 

Las ciudades, la gente, la vegetación, todo resultó arrasado por el arma de los dioses. El calor y el fuego lo chamusco todo a su paso; la radiación afectó a las personas incluso a distancia: la esposa de Lot, ignorando las advertencias de no detenerse y mirar atrás en su huida de Sodoma, se convirtió en una estatua de sal. El Mal que Lot temía había caído sobre ella.

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El Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra, desde los cielos, azufre y fuego

La traducción literal del término hebreo Netsiv melah es pilar de sal y no estatua de sal. Sin embargo, en la lengua madre de Abraham y Lot que era el sumerio, el acontecimiento se registra no en lengua semita, sino en sumerio, y por tanto la posibilidad de una explicación diferente de lo que le ocurrió a la mujer de Lot es posible, ella se convirtió en un pilar de vapor.

En 1,918 Paul Haupt, demostró concluyentemente ante la American Oriental Society, que el término sumerio NIMUR significaba tanto sal como vapor, debido al hecho de que las primitivas salinas de Sumer eran ciénagas cercanas al Golfo Pérsico.

El narrador bíblico hebreo, probablemente confundió el término sumerio vapor por el de sal, debido a que el Mar Muerto recibe el nombre en hebreo de El Mar de Sal, y escribió "pilar de sal" cuando, de hecho, la mujer de Lot se convirtió en un "pilar de vapor". En los textos ugaríticos, como por ejemplo en el relato cananeo de Aqhat (con sus muchas similitudes con el relato de Abraham), se describe la muerte de un ser humano a manos de un dios como el "escape de su alma como vapor, como humo por las ventanas de la nariz".

El Dr. John S. Lewisprofesor emérito de Ciencias Planetarias de la Universidad de Arizona y co-director del Centro Espacial de la NASA de Investigación de Ingeniería de la Universidad de Arizona, es un científico que dice que la destrucción de Sodoma y Gomorra fue causada por un bombardeo en su libroRain of Fire and Ice: The Very Real Threat of Comet and Asteroid Bombardment:

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La mujer de Lot se convirtió en un pilar de vapor.

"La lluvia de fuego desde el cielo, podría ser una descripción de la ruptura y la desintegración de un cometa en la atmósfera de la Tierra por encima de estas ciudades antiguas, ya que grandes trozos de material rocoso y de hielo cayeron desde el cielo, esto sería visto como lluvia de fuego desde el cielo. Además, el material cometario es rico en azufre. Incluso una caída de meteoritos pequeños puede producir un olor a azufre que es tan fuerte que casi lo ahoga a uno".

"Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno". El "humo de un horno", habla de la nube que sale ardiendo que apareció después del impacto de un cometa explosivo.

El impacto de incluso un pequeño fragmento cometario sobre Sodoma y Gomorra, podría liberar la energía equivalente a la explosión de bombas de hidrógeno y levantar una nube de hongo como el de las explosiones nucleares. Tenga en cuenta que la Biblia también usa la expresión "el humo de un horno" en Apocalipsis 9:1-2, al contar cómo una estrella (un cuerpo luminoso celestial, un cometa) del cielo cae a la tierra, y abre un gran hoyo (cráter de impacto).

Apocalipsis 9

1 El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. 

2 Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. 

Se dice que el humo surge del pozo como el humo de un gran horno y el aire se oscurecera y el sol se oscurecerá por el humo. Sin duda todo esto describe un impacto de un cometa explosivo, concluye el Dr. John S. Lewis.

Respecto a lo que le ocurrió a la mujer de Lot que se convirtió en estatua de sal, inminente la destrucción era lo suficientemente cerca como para ser "consumido", Génesis 19:26 dice: "Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal". La palabra hebrea traducida como "sal" es la palabra "Malach" que significa "polvo", algo pulverizado como la sal en polvo, es decir la esposa de Lot, miró atrás, a sus espaldas, y ella se convirtió en una "columna de polvo".

En la Epopeya de Erra, se registra en sumerio una destrucción nuclear, y en ella se describe la muerte de las personas por obra de dios así:

Haré desvanecerse a las personas,

sus almas se convertirán en vapor.

La mujer de Lot se convirtio en vapor. Y luego, Lot fue a vivir a la montaña... y moró en una cueva, él y sus dos hijas con él.

Al oeste de la costa sur y en la dirección de la bíblica "Tierra del Sur", Negev, se extiende una cresta de colinas de unos 150 metros de alto y 10 km de norte a sur. Sus laderas destellan y brillan en el sol como diamantes. Es un extraño fenómeno de la naturaleza. En su mayor parte esta pequeña cadena de colinas consiste de rocas de sal pura. Los árabes lo llaman Jebel Usdum, un nombre antiguo, que conserva en él la palabra "Sodoma".

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Pilares llamados "La esposa de lot", Monte Sodoma, Israel.

Muchos bloques de sal han sido desgastados por la lluvia y han caído. Tienen formas extrañas y algunos ponen los pelos de punta, mirando como estatuas. Es fácil imaginarlos que ellos repentinamente parecen cobrar vida.

Estas extrañas estatuas de sal recuerdan vívidamente a la bíblica descripción de la mujer de Lot, que fue convertida en un pilar de sal...

Y todo en los alrededores del Mar Salado es incluso hasta el día de hoy cubierto rápidamente con una costra de sal.

Después de presenciar la destrucción de toda forma de vida en la llanura del Jordán, y la invisible mano de la muerte vaporizó cuerpos, ¿Qué pensaban Lot y sus hijas? Según la Biblia, pensaron que ellos tres, eran los únicos supervivientes de la especie humana; y que la única forma de preservar a la humanidad, era el incesto. Las hijas de Lot concibieron hijos de su propio padre.

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Las hijas de Lot concibieron hijos de su propio padre.

Génesis 19.

29 Así, cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba. 

30 Pero Lot subió de Zoar y moró en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedarse en Zoar, y habitó en una cueva él y sus dos hijas. 

31 Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra que entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la tierra.

32 Ven, demos a beber vino a nuestro padre, y durmamos con él, y conservaremos de nuestro padre descendencia. 

33 Y dieron a beber vino a su padre aquella noche, y entró la mayor, y durmió con su padre; mas él no sintió cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó. 

34 El día siguiente, dijo la mayor a la menor: He aquí, yo dormí la noche pasada con mi padre; démosle a beber vino también esta noche, y entra y duerme con él, para que conservemos de nuestro padre descendencia. 

35 Y dieron a beber vino a su padre también aquella noche, y se levantó la menor, y durmió con él; pero él no echó de ver cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó. 

36 Y las dos hijas de Lot concibieron de su padre. 

37 Y dio a luz la mayor un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de los moabitas hasta hoy.

38 La menor también dio a luz un hijo, y llamó su nombre Ben- ammi, el cual es padre de los amonitas hasta hoy.

Abraham no podía dormir la noche previa al holocausto, le preocupaba si encontrarían suficientes Justos en Sodoma, para que la ciudad fuera perdonada, así como la seguridad de Lot y su familia.

Génesis 19.

27 Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante de Jehová. 

28 Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno.

Era el año 2024 a.C. cuando Abraham tenía 99 años y presencio una explosión gigantesca como la Hiroshima o la de Nagasaki, era la destrucción de una llanura poblada y fértil con bombas atomicas.

La coincidencia entre los textos mesopotámicos y el relato bíblico del Génesis sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra, es la confirmacion más significativa del papel que cumplio Abraham. Sin embargo este es un pasaje que los teólogos evitan ahondar, por el relato que narra la biblia del día anterior, el día en que tres seres divinos (ángeles con apariencia de hombres) fueron a visitar a Abraham, que encaja con la hipótesis de la presencia de seres venidos de otros planetas que cuestiona la Biblia.

Para quienes los textos mesopotámicos son mitos, que narran la destrucción de Sodoma y Gomorra como un evento premeditado y cancelable, insistentemente evidenciado hasta en dos ocasiones: Cuando lo pide Abraham y cuando lo pide Lot, les resulta difícil, explicar estos aspectos del mito, y cada vez, es más creible la presencia de seres venidos del espacio exterior, a quienes el hombre les llamo dioses o angeles, que seguir insistiendo, en que la biblia y las tradiciones mesopotámicas son solo materia religiosa o simples mitos.

La destrucción de Sodoma y Gomorra es sorprendente, no sólo por el hecho, también por las personalidades y circunstancias involucradas: ángeles que advierten de antemano a Lot para salir de las ciudades condenadas que iban a ser bombardeadas con armas de alta tecnología. Lot fue advertido para sacar a su familia, pero su esposa miró hacia atrás y su cuerpo fue evaporado por la explosión atómica.

En el extremo sur del Mar Muerto, hoy en día esta una planta química moderna llamada Dead Sea Chemical Works. Se dice que esta gran planta química tiene una fuente inagotable de minerales valiosos, incluyendo sales radiactivas, con la que trabaja. ¿Son algunos de estos productos químicos resultado de una antigua explosión atómica?

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Los elementos básicos de la historia de la destrucción con "fuego y azufre" no pudieron ser entendidos en toda su expresión hasta la era moderna, Lot tuvo que alejarse de la explosión lo más lejos posible, detrás de una montaña, la explosión --o las explosiones-- causo la destrucción de al menos dos ciudades, un área bastante grande, la esposa de Lot miró hacia atrás en la explosión, mientras estaba huyendo de todas sus posesiones y, algo la mató y cambió su cuerpo para aparecer como una estatua de sal. Pero los angeles que advirtieron a Lot sobre la inminente destrucción, no hicieron explotar nada hasta que Lot llego a un lugar seguro.

Abraham miró en dirección de la explosión por la mañana, mientras el humo subía como el "humo de un horno", en términos modernos lo llamariamos un hongo nuclear.

¿Cómo puede alguien, hace miles de años haber escrito una descripción precisa y detallada de una explosión nuclear?

Las aguas de los manantiales de los alrededores del Mar Muerto están contaminadas con radiactividad hasta hoy, "suficiente para producir esterilidad y otras afecciones, tanto en animales como en personas que las absorban durante unos cuantos años" (I. M. Blake, "Joshua's Curse and Elisha's Miracle" en The Palestine Exploration Quarterly).

Sobre la esterilidad producida por contaminación radioactiva existe también evidencia en la biblia y esto ocurre cuando Abimelec rey de Gerar pretende tomar a Sara como concubina cuando Abraham retorno al Negev y acampó entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar (Génesis 20: 1) donde decía que su mujer era su hermana, por lo que Abimalec tomo a Sara y toda su familia, pero la ira de dios los castigo con la esterilidad a Abimelec y su familia.

Génesis 20

14 Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer. 

15 Y dijo Abimelec: He aquí mi tierra está delante de ti; habita donde bien te parezca. 

16 Y a Sara dijo: He aquí he dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él te es como un velo para los ojos de todos los que están contigo, y para con todos; así fue vindicada. 

17 Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su mujer, y a sus siervas, y tuvieron hijos. 

18 Porque Jehová había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimelec, a causa de Sara mujer de Abraham.

¿Casualidad? ¿Ira de Dios? Saque su conclusión.

Los textos bíblicos como los mesopotámicos narran la destrucción de Sodoma y Gomorra, pero ¿Dónde estan sus ruinas? Geógrafos griegos y romanos decían que el fértil valle de las cinco ciudades se inundó luego de la catástrofe.

Flavio Josefo[8]describe en su obra los alrededores del Mar Muerto y la ciudad pérdida en las cenizas en su libro "La guerra de los judíos", del cual extraemos del Libro Quinto, un extracto del Capítulo V, "De la Laguna de Asfalte".

Vecina es de este lago la tierra de Sodoma, fértil en otro tiempo, tanto en sus frutos como en la riqueza; ahora toda está quemada, y tiénese por cierto haber sucedido, y haber sido destruida por la impiedad e injusticia grande de los que allí habitaban, con rayos y con fuego del cielo, pues aun hoy hay señales y reliquias de este fuego enviado por Dios, y puédense ver aún las señales de los cinco lugares o ciudades; y los frutos que nacen en aquellas cenizas son de los colores de ellas, no menos aparentes que si fuesen muy buenos para comer.; pero en las manos del que los toma se resuelven en ceniza y en humo: por lo que parece ahora en la tierra de Sodoma, se cree fácilmente ser así lo que fué y pasó en ella.

Josefo escribe sobre cinco ciudades que están familiarizados con los rastros de fuego de Dios, los restos de ceniza. Las cinco ciudades que Josefo describe, se encuentran aún hoy en día. Todas estas ciudades tienen bolas de azufre. Bolas de azufre cristalino que contiene 90-98% de pureza, algo inusual ya que en la naturaleza tienen una pureza entre 40 y 60 % máximo y son polvo de azufre.

Estudiosos modernos estiman que la devastación biblica, provocó una brecha en la costa meridional del Mar Muerto y las aguas sumergieron las regiones bajas del sur. El territorio restante de la costa sur se convirtió en un accidente geográfico, que los lugareños llamaron el-Lissan (La Lengua), y el valle de las cinco ciudades se convirtió en la nueva zona sur del Mar Muerto, que lleva el apodo local de Mar de Lot. Mientras en el norte, el desplazamiento de las aguas hacia el sur hizo que la línea costera retrocediera.

Para ubicar Sodoma y Gomorra, en 1,920, patrocinada por el Instituto Bíblico Pontificio del Vaticano (A. Mallon, Voy age d'Exploration au sud-est de la Mer Morte), importantes arqueólogos, como W. F. Albright y P. Harland, descubrieron que las poblaciones de las montañas y alrededores de la región, abandonaron repentinamente la zona, en el siglo XXI a.C., y esta zona no volvió a ser poblado hasta varios siglos más tarde.

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Posible ubicación de Sodoma (Bad edh-Dhra) y Gomorra (Numeria).

Evidencias arqueológicas indican que el sitio podría estar en la orilla oriental del Mar Muerto, en Jordania, Bab edh-Dha (Sodoma) y Numeria (Gomorra). En Bab edh-Dhra, hay varios monumentos cristianos.

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Para Steven Collins Sodoma sería Tall Kafrein y Gomorra Tall el-Hammam.

Para el arqueólogo Steven Collins, Sodoma y Gomorra se encontrarían en los enclaves de Tall Kafrein y Tall el-Hammam, al Noreste del Mar Muerto. Numerosos artículos del Dr. Collins sobre excavaciones de Tall el-Hammam del año 2,009 han sido escritos en el Boletin de Investigación Bíblica.

La nube de muerte u hongo nuclear, que se elevó, aterrorizó a Lot y a sus hijas. Abraham, no se sintió seguro en las montañas de Hebrón, que se halla a ochenta kilómetros de distancia de Sodoma. La Biblia dice que levantó su campamento y se trasladó bastante más al oeste, para residir en Guerar.

Abraham no se aventuro nunca más a entrar en el Sinaí. Cuando su hijo Isaac, quiso ir a Egipto debido a una hambruna en Canaán, Yahveh apareció y le dijo a Abram: No bajes a Egipto; vive en la tierra que te mostraré (Génesis 26:2)

¿Por qué? Al mismo tiempo que fue arrasado Sodoma y Gomorra con armas nucleares, también ocurria lo mismo en el Espacio puerto de la península del Sinaí, dejando una radiación mortal que persistió durante muchos años. El principal objetivo nuclear estaba en la península del Sinaí; y la víctima real de esta devastación, a la larga, sería el mismo Sumer.

A finales de 1,999, una nueva teoría fue propuesta por el erudito de la Biblia, el británico Michael Sanders y un equipo internacional de investigadores, que después de varias semanas tensas de buceo en un mini submarino, descubrieron lo que parece ser sal incrustada en restos de antiguos asentamientos en el lecho marino del Mar Muerto, mientras buscaban la posible ubicación de Sodoma y Gomorra.

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Mapa de Canaan de 1,650 afirmando la localización de las ciudades.

Sanders había descubierto un mapa que data de 1,650, que reforzaba su creencia de que los sitios de las dos ciudades podrían estar bajo la cuenca norte, en lugar de en el extremo sur del Mar Muerto. Él reclutó a Richard Slater, un geólogo estadounidense y experto en buceo en aguas profundas, para llevarlo a las profundidades del Mar Muerto en el mini submarino Delta con capacidad de dos hombres, que participó en el descubrimiento del trasatlántico hundido, el Lusitania. La ubicación de Sodoma y Gomorra por parte de Sanders, en la parte Norte del Mar Muerto, es más contradictoria con la historia y la geología de la teoría de Keller que dice que las ciudades estan en el extremo sur superficial.

Por tanto volvemos a la teoría popular de que estas ciudades no fueron destruidas en un cataclismo geológico, sino un apocalipsis hecho por una entidad divina como dice la biblia, o por qué no decirlo, hecha por extraterrestres o anunnakis como dicen las tablillas, y que fue de naturaleza tecnológica, postergable y evitable, con lo que gana fuerza la teoría de que Sodoma y Gomorra fueron destruidos con armas atómicas, como lo fue Hiroshima y Nagasaki.

Asi el investigador LM Lewis, en su libro Footprints on the Sands of Time: The Truth About the Super Race from the Stars (Huellas en la Playa del Tiempo: La Verdad Sobre la Carrera de las Super Estrellas), sostiene que tanto Sodoma y Gomorra fueron destruidas por armas atómicas y que los pilares de sal y el contenido de sal alrededor del Mar Muerto, son evidencia de una explosión nuclear, afirma Lewis.

Cuando reconstruyeron Hiroshima, encontraron tramos de tierra arenosa que fueron cambiados atómicamente en una sustancia semejante a un cristal de silicio impregnado por un cristaloide salino. Pequeños bloques de esto fueron cortados y se venden a los turistas como recuerdo de la acción atómica.

Una explosión mayor habrá pulverizado cada piedra de cada edificio y la ciudad habría desaparecido completa en el aire, pero todavía habría quedado indicios reveladores de lo que ocurrio en las afueras de la zona de la devastación. En algunos puntos seguramente habría una diferencia marcada en el suelo o un cambio atómico en algún objeto destacado.

Lewis sostiene que si las estatuas de sal al final del Mar Muerto fueran sal común, habrían desaparecido con las lluvias periódicas. En su lugar, estos pilares son de una sal especial más dura, que sólo se crea en una reacción nuclear, como la explosión atómica.

Estas estatuas de sal de hecho han durado mucho tiempo. No sólo han estado presente en los tiempos antiguos, incluso todavía están de pie hoy en día. Lewis cita al historiador Josefo, quien dice en su Historia de los Judios:

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Estatuas de sal con una dureza unica encontradas en el extremo del Mar Muerto. Posiblemente resultado debido a una reacción nuclear.

Ébut, la esposa de Lot, continuamente se daba vuelta para ver la ciudad mientras se alejaba de ella, aunque Dios le había prohibido no hacerlo, fue transformada en una estatua de sal, porque ha visto eso, y sigue estando hasta nuestros días.

Lewis comenta y dice:

Cabe destacar que Flavio Josefo vivió desde el 37 hasta alrededor del 100 d.C. Como se dijo anteriormente, Sodoma se desintegró en el 1,898 a.C. !Qué increíble, entonces, Josefo realmente debería haber visto la "estatua de sal" humana después de haber permanecido por casi 2,000 años! Si hubiera sido de sal común, habría desaparecido con las primeras lluvias.

Puede que haya habido muchas estatuas de sal a lo largo de la historia, pero Lewis cree que la evidencia apoya una explosión atómica.

¡El cambio atómico del suelo sobre la cual la esposa de Lot fue mantenida y el de la orilla de Hiroshima tiene una semejanza que no se puede negar! Ambos habían sido objeto de una conversión atómica repentina, que sólo podría haber sido causado por el instante de la acción de la fisión nuclear. Como las cosas que son iguales a lo mismo deben ser iguales entre sí, es difícil escapar a la convicción de que a medida que se destruyó Hiroshima, por, medidas similares, Sodoma se desintegró y la esposa de Lot, en el mismo instante cambió atómicamente. Basándose en la veracidad de Josefo, la única conclusión que se puede llegar es que Sodoma fue destruida por la fisión nuclear.

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En los costados de algunas estructuras encontradas en la vecindad del Mar Muerto se ven formas retorcidas, distintas a cualquier tipo de roca o suelo erocionado conocido, los cuales normalmente contendrían capas distribuidas horizontalmente parejas. Estos diseños retorcidos evidencian el calor extremo de 3000 grados centigrados o más cuando la ionización termal ocurre. Cuando los electrones se atraen y se repelen forman estos retorcidos diseños inusuales. En los tiempos de Lot esas zonas fueron una caldera de muerte y destrucción.

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Debido al intenso calor varios objetos fueron derretidos. Aquí tenemos un material que fue hervido por arriba mientras que el resto de la sustancia estaba frio por debajo creando una base sólida, algo similar ocurrio en Mohenjo Daro.

El destino de Ur y su fin comenzó a vislumbrarse a partir de la Guerra de los Reyes. El Año del Juicio Final -2024 a.C- fue el sexto año del reinado de Ibbi-Sin, el último rey de Ur.

Los reyes invasores que fracasaron en su misión y humillados dos veces por Abram -una en Kadesh-Barnea y la otra cerca de Damasco-, no tardaron en ser destronados. En Ur, Amar-Sin fue sustituido por su hermano Shu-Sin, que ascendió al trono pero la gran alianza estaba hecha añicos, y los aliados de Ur, desmembraban el imperio que se desmoronaba.

En un texto de Shu-Sin catalogado como "Colección B", sugiere que Shu-Sin hizo esfuerzos por restablecer antiguos lazos con Nippur, intento reconciliarse con los nippuritas (con familias como la de Téraj) que habían dejado Ur tras la muerte de Ur-Nammu. El texto dice que después de hacer que la región donde estaba situada Jarán, temblara de pánico ante sus armas, hizo un gesto de paz: Shu-Sin envió allí a su hija como prometida (para el jefe de la región o para su hijo). Ella retornaría a Sumer con un séquito de ciudadanos de la región, estableciendo una ciudad para Enlil y Ninlil en las fronteras de Nippur. Era la primera vez, que un rey estableciera una ciudad para Enlil y Ninlil, afirmaba Shu-Sin, esperando alabanzas. Con la ayuda de los repatriados nippuritas, Shu-Sin reinstauró también los altos servicios del templo en Nippur, concediéndose a sí mismo el papel y el título de Sumo Sacerdote.

Todo esto en vano. Había peligros mayores, y la inquietud por la lealtad de las provincias distantes dio paso a la preocupación por el propio territorio de Sumer. El poderoso rey, el Rey de Ur, dicen las inscripciones de Shu-Sin, se encontró con que el pastoreo de la tierra -de la misma Sumer- se había convertido en la principal carga real.

En febrero de 2,031 a.C., todo Oriente Próximo se sobrecogió con un eclipse total de Luna, que veló al satélite durante la noche a lo largo de todo su curso, de horizonte a horizonte.

Los sacerdotes del oráculo de Nippur, dijeron que era un mensaje escrito, un augurio para el rey que gobierna las cuatro regiones: su muralla será destruida, Ur quedará desolada. Había sido decretado desde lo alto el fin del reinado de Shu-Sin.

El nuevo soberano de Ur, Ibbi-Sin, no pudo detener la decadencia y la ruina. Aceleró la construcción de murallas y fortificaciones en Sumer, alrededor de Ur y de Nippur, pero el resto del país quedó desprotegido.

Ibbi-Sin, ignoro a Nippur, cuyos dioses le habían abandonado. Ibbi-Sin puso su confianza en Nannar e Inanna, proclamándose en su segundo año como Sumo Sacerdote del templo de Inanna en Uruk. Una y otra vez, Ibbi-Sin pidió guía y palabras tranquilizadoras a sus dioses, pero lo que escuchaba de los oráculos era destrucción y desolación. En el cuarto año de su reinado, se le dijo que El Hijo en el oeste se elevará... es un augurio para Ibbi-Sin: Ur será juzgada.

En el quinto año, Ibbi-Sin intentó ganar fuerzas convirtiéndose en Sumo Sacerdote de Inanna en su santuario de Ur. Pero no sirvió de ayuda, ese año, el resto de ciudades de Sumer dejó de enviar mensajes de fidelidad. Fue el último año en que las ciudades entregaban animales para los sacrificios tradicionales del templo de Nannar en Ur. Dejaron de reconocerse la autoridad de Ur, sus dioses y su gran templo-zigurat.

Al sexto año, los augurios se hicieron más graves. La calamidad profetizada llegará, decía otro augurio, cuando, por segunda vez, el que se llama a sí mismo Supremo, como uno cuyo pecho ha sido ungido, llegue del oeste. Aquel mismo año, como revelan los mensajes de las fronteras, los hostiles de occidente entraron en la llanura de Mesopotamia, sin encontrar resistencia. Penetraron el interior del país, tomando una a una todas las grandes fortalezas.

Lo único que pudo aferrar Ibbi-Sin fue a los enclaves de Ur y de Nippur, y antes que terminara aquel fatídico sexto año, se detuvieron en Nippur todas las inscripciones que honraban al rey de Ur. El enemigo de Ur y de sus dioses, el que se llama a sí mismo Supremo, había llegado al corazón de Sumer.

Los augurios habían predicho, Marduk volvía a Babilonia por segunda vez. Los 24 años fatídicos, desde que Abraham dejara Jarán, desde que Shulgi fuera sustituido en el trono, desde que comenzara el exilio de Marduk entre los hititas, habían venido a converger en el Año del Juicio Final, 2,024 a.C.

La tablilla de la autobiografía de Marduk, relata su regreso a Babilonia después de 24 años de estancia en la Tierra de Hatti:

En la tierra de Hatti pedí un oráculo [acerca] de mi trono y mi Señorío; Allí en medio [pregunté]: «¿Hasta cuándo?» 24 años, allí en medio, anidé.

Después, en aquel vigésimo cuarto año, recibió un oráculo favorable:

Mis días [de exilio] terminaron;

a mi ciudad [me encaminé];

para mi templo Esagila como un monte [elevar/reconstruir],

para [restablecer] mi imperecedera morada.

Levanté mis talones [hacia Babilonia]

a través... tierras [fui] a mi ciudad

su [¿futuro? ¿bienestar?] establecer,

para [instalar] un rey en Babilonia

en la casa de mi alianza...

en el montañoso Esagil...

creado por Anu...

en el Esagil...

elevar una plataforma...

en mi ciudad...

alegría...

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Marduk regresa a Babilonia.

La deteriorada tablilla menciona una relación de ciudades a través de las cuales pasó Marduk en su camino hacia Babilonia. Los pocos legibles nombres de las ciudades, indican la ruta de Marduk desde Asia Menor hasta Mesopotamia, ruta que en principio le llevo hacia el sur, hasta la ciudad de Hama (la bíblica Hamat); después, hacia el este, a través de Mari. Y llegó a Mesopotamia -tal como habían predicho los augurios- desde el oeste, acompañado por partidarios occidentales.

Su deseo, prosigue Marduk, era llevar la paz y prosperidad al país, pero todo se malogró: Contra su ciudad Babilonia, un dios adversario su ira ha traído. El nombre de este dios enemigo se cita al comienzo de una nueva columna del texto; pero todo lo que ha quedado de él, es la primera sílaba: Divino NIN. Sólo podía referirse a Ninurta.

En la tercera tablilla de los Textos de Codorlaomor. A pesar de su aspecto enigmático, describe un cuadro de confusión total, donde los dioses enemigos marchan unos contra otros a la cabeza de sus ejércitos humanos: los partidarios amoritas de Marduk se abalanzaban por el valle del Eufrates hacia Nippur, y Ninurta organizó las tropas elamitas para combatirles.

La lectura de las crónicas de aquellos años, narran la acusación al enemigo de atrocidades, demostrando que aquella táctica no es moderna. El texto babilónico escrito por un adorador de Marduk, atribuye a las tropas elamitas, y sólo a ellas, la profanación de templos, incluidos los santuarios de Shamash e Ishtar. Acusa a Ninurta de culpar falsamente a los seguidores de Marduk, por la profanación del Santo de los Santos de Enlil en Nippur, que provoca a Enlil tomar partido contra Marduk y su hijo Nabu.

Esto sucedió, cuando los dos ejércitos enemigos se enfrentaron en Nippur. Cuando la ciudad santa fue saqueada y su santuario, el Ekur, fue profanado. Ninurta acusaba a los seguidores de Marduk de esta mala acción; pero no era así: ¡Fue Erra, su aliado, el que lo hizo!

La repentina aparición de Nergal/Erra en la crónica babilónica seguirá siendo un enigma; pero de lo que no hay duda, es lo que se cita de este dios en los Textos de Codorlaomor, donde le acusan de profanar el Ekur:

Erra, el inmisericorde,

entró en el recinto sagrado.

Se estableció en el sagrado recinto,

contempló el Ekur.

Abrió la boca, y dijo a sus jóvenes hombres:

«¡Llevaos el botín del Ekur,

llevaos las cosas valiosas,

destruid sus cimientos,

echad abajo el recinto del santuario!»

Cuando Enlil, noblemente entronizado, supo que su templo había sido destruido, que su santuario había sido profanado, que, en el santo de los santos, el velo había sido rasgado, se apresuró a volver a Nippur. Importante es recordar que Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo y aliado de Abraham, que aludimos a partir de una cita bíblica, solo podía ser tal, de Enlil el dios sumerio que ellos llamaban Yahveh.

Los versículos de los textos babilónicos muestran paralelismo directo con el relato bíblico de la destrucción de Sodoma y Gomorra:

Pero cuando el hijo de Marduk

en el país de la costa estaba,

El-de-el-Viento-Maligno [Erra]

con calor la tierra de la llanura hizo arder.

Estos versículos seguro que tienen una fuente común con la descripción bíblica de la lluvia de azufre y fuego que arrasó aquellas ciudades y toda la llanura.

La bíblia (Deuteronomio 29:22-27)[9], habla que la maldad de las ciudades de la Llanura del Jordán, consistía en que habían abandonado la alianza del Señor... e iban y servían a otros dioses. Como sabemos ahora por el texto babilónico, las protestas (acusaciones) contra ellas, se basaban en que se habían pasado al bando de Marduk y de Nabu en aquel último choque entre los dioses enfrentados. Mientras el texto bíblico lo deja ahí, el texto babilónico añade otro importante detalle: el ataque sobre las ciudades cananeas no sólo pretendía destruir los centros de apoyo a Marduk, sino que también pretendía destruir al propio Nabu, que había ido allí en busca de asilo. Sin embargo, este segundo objetivo no se alcanzó, pues Nabu se las ingenió para escapar a tiempo a una isla del Mediterráneo, donde la gente le aceptó, aunque no era su dios:

Él [Nabu] entró en el gran mar,

se sentó en un trono que no era suyo

[porque] el Ezida, su legítima morada, había sido arrasada.

El cataclismo que asoló al Oriente Próximo, en época de Abraham, está más detallado en La Epopeya de Erra. Texto asirio, recompuesto en un principio a partir de los fragmentos encontrados en la biblioteca de Assurbanipal en Nínive.

La Epopeya de Erra no sólo explica la naturaleza y las causas del conflicto que llevó a la liberación del Arma Definitiva contra unas ciudades habitadas y al intento de aniquilar a un dios (Nabu) que se creía que se ocultaba allí. También deja claro que las extremas medidas no se tomaron a la ligera.

"¿Por qué permaneces en la ciudad como un débil anciano?

¿Cómo puedes estar en casa como un crío que cecea?

¿Vamos a comer el pan de las mujeres, como quien nunca ha ido al campo de batalla?

¡Ir a la batalla es tan bueno como lo es para los jóvenes una fiesta!"

Se quejan de que pronto no servirán para ir a la guerra:

"¡Y nosotros, que conocemos los pasos de montaña, ya casi hemos olvidado el camino!

Los vientres de las arañas han tejido sobre nuestra panoplia militar,

nuestros fieles arcos se han rebelado y vuelto demasiado duros para nuestra fuerza.

Las puntas afiladas de nuestras flechas se han vuelto romas.

Nuestras espadas están corroídas por el cardenillo por falta de carne."

Los grandes dioses, de aquel tiempo de aguda crisis, estaban reunidos en continua Asamblea de Guerra, en comunicación constante con Anu (El dios supremo de los sumerios): Anu a la Tierra las palabras hablaba, la Tierra a Anu las palabras pronunciaba.

La Epopeya de Erra aporta información, antes de que se utilizaran tan terribles armas, dice que huvo un enfrentamiento más entre Nergal/Erra y Marduk, donde Nergal utilizó diversas amenazas para persuadir a su hermano de que dejara Babilonia y cediera sus pretensiones de Supremacía.

Erra el guerrero se envanece, cuando lo halagan llamándole "el mejor óleo". Le dice a su visir Ishum que encabece la marche. Ishum hace un gesto de disconformidad, pero Erra está decidido, y se propone enfrentarse a Marduk.

Al entrar en Esagila, el templo de Marduk en Babilonia, le espeta a éste que sus adornos están sucios y su corona deslucida. Era un ardid para irritar a Marduk.

Marduk explica que los artesanos que necesita para que le den a sus insignias su primitivo lustre están ahora en el reino de las aguas dulces bajo la tierra y que no podrán regresar.

Erra convence a Marduk, de que baje junto de ellos, prometiendo que en el ínterin gobernará y tendrá bajo su control la tierra y el cielo. Marduk, entonces, parte.

En ausencia de Marduk, Erra devasta Babilonia, haciendo de sus ciudades un desierto, profanando sus santuarios sagrados, dejando en ruinas sus palacios reales, y sembrando conflictos entre familias.

Ishum interviene y en dos ocasiones intenta, en vano, hacer que Erra cambie de idea. En su tercer intento describe apasionadamente el efecto perverso de la asolación de Babilonia.

"El que desconoce las armas desenvaina su espada,

el que desconoce la batalla hace la guerra,

el que desconoce las alas vuela como un pájaro, el débil protege al que tiene fuerza, el gordo sobrepasa al corredor."

Ishum informa de que el propio Marduk ha gritado "¡oh!", sobrecogiéndosele el corazón. Por toda Babilonia, en Sippar, Uruk y Der, la gente está en guerra y el país asolado.

"Oh, guerrero Erra, has puesto al justo ante la muerte,

has puesto al injusto ante la muerte.

Has puesto ante la muerte al hombre que te había ofendido,

has puesto ante la muerte al hombre que no te había ofendido,

has puesto ante la muerte al en que hacía ofrendas taklimu puntualmente,

has puesto ante la muerte al cortesano que servía al rey,

has puesto ante la muerte a los ancianos del pórtico,

has puesto ante la muerte a las muchachas en sus habitaciones,

sin embargo, no descansas..."

Erra está desafiante y se dirige a todos los dioses:

"¡Callaos todos y escuchad lo que tengo que decir!

¿Qué si pretendía el daño que acabo de hacer?

¡Cuando estoy furioso devasto al pueblo!"

Ishum lo tranquiliza:

"¡Guerrero, cálmate y escucha mis palabras!

¿Qué tal si fueras ahora a descansar y nos ocupáramos de ti?

¡Todos sabemos que no hay quien pueda hacerte frente en un día de ira!"

Apaciguado, Erra se retira a su templo en Kutha.

Ishum reúne a la gente dispersa de Acad, profetizándoles la victoria y la prosperidad y un momento en el que mirarán hacia atrás y recordarán la destrucción que se abatió sobre ellos.

"Durante innumerables años se cantarán las alabanzas del gran señor Nergal y del guerrero Ishum; cómo Erra se enfadó y se enfrentó con los países victoriosos y destruyó a los pueblos, pero su consejero Ishum lo apaciguó de forma que dejó un remanente"

Y Erra concluye:

"¡Que este canto se mantenga por siempre, que dure por la eternidad!

¡Que todas las naciones lo escuchen y alaben mi valor!

¡Que los pueblos vean y magnifiquen mi nombre!"

Al no conseguir persuadir; y, de regreso a la Asamblea de los Dioses, Nergal recomendó el uso de la fuerza para expulsar a Marduk. Sabemos por los textos que las discusiones fueron acaloradas y ásperas; durante un día y una noche, sin cesar prosiguieron. Una discusión violenta se desató entre Enki y su hijo Nergal, en la cual, Enki se puso de parte de su hijo primogénito: Ahora que el Príncipe Marduk se ha elevado, ahora que el pueblo por segunda vez ha elevado su imagen, ¿por qué Erra sigue oponiéndose?, preguntó Enki. Al final, tras perder la paciencia, Enki le gritó a Nergal que se apartara de su presencia.

Enojado, Nergal volvió a sus dominios. Consultando consigo mismo, se decidió a soltar las terroríficas armas: Las tierras destruiré, las convertiré en un montón de polvo; arrasaré las ciudades, las convertiré en desolación; aplanaré las montañas, haré desaparecer a los animales; agitaré los mares, lo que se mueve en ellos diezmaré; haré que se desvanezca la gente, sus almas se convertirán en vapor; nadie será perdonado...

El texto conocido como CT-XVI-44/46, dice que Gibil alerto a Marduk, cuyos dominios en África eran adyacentes a los de Nergal. Era de noche, y los grandes dioses se habían retirado para descansar, fue entonces cuando Gibil dijo a Marduk respecto a las siete terroríficas armas que por Anu fueron creadas;... La maldad de estas siete contra ti se están poniendo.

Marduk le preguntó a Gibil dónde se guardaban las terribles armas. Oh, Gibil, le dijo, esas siete, ¿dónde nacieron, dónde se crearon? Y Gibil reveló que estaban ocultas bajo el suelo:

Esas siete, en la montaña moran,

en una cavidad dentro de la tierra habitan.

Desde este lugar, con resplandor saldrán,

de la Tierra al Cielo, vestirán de terror.

Pero, ¿Dónde exactamente estaban? Marduk preguntó una y otra vez; y todo lo que Gibil le pudo decir fue que hasta a los dioses sabios les es desconocido.

Marduk acudió a su padre, Enki, con la temible noticia. En la casa de su padre Enki entró. Enki yacía sobre el diván, en la cámara a la cual se retiraba por la noche. Padre mío, le dijo Marduk, Gibil me ha dicho esto: la llegada de las siete [armas] ha descubierto. Tras contarle a su sapientísimo padre las malas noticias, le urgió: ¡Hay que buscar su lugar, date prisa!

Los dioses volvieron a reunir, ni siquiera Enki conocía el emplazamiento exacto donde se ocultaban las Armas Definitivas. Pero, para su sorpresa, no todos los demás dioses quedaron impactados como él. Enki se pronunció fuerte contra la idea, pidio que se tomaran medidas para detener a Nergal, pues la utilización de las armas, señaló, "desolaría las tierras, a la gente haría perecer". Nannar y Utu vacilaron ante las palabras de Enki; pero Enlil y Ninurta estaban convencidos por la decisión. Y así, la Asamblea de los Dioses, le dejó la decisión a Anu.

Cuando Ninurta llegó al Mundo Inferior con el mensaje de la decisión de Anu, Nergal ya había ordenado cebar "las siete terroríficas armas" con sus "venenos" -las cabezas nucleares-. La Epopeya de Erra se refiere a Ninurta por el epíteto lshum ("El Abrasador"), también cuenta con gran detalle que Ninurta le aclaró a Nergal/Erra que las armas sólo se podían utilizar contra objetivos específicamente aprobados; antes de utilizarlos, había que avisar a los dioses anunnaki que hubiera en los lugares seleccionados y a los dioses igigi que tripulaban la plataforma espacial y la lanzadera; por último, pero no menos importante, la humanidad tenía que ser perdonada, pues "Anu, señor de los dioses, se compadece del país".

Inicialmente, Nergal se resiste a la idea de advertir previamente a nadie, el antiguo texto relata las duras palabras que cruzaron ambos dioses. Al final, Nergal accedió a advertir con antelación a los anunnaki y a los igigi que tripulaban las instalaciones espaciales, pero no a Marduk ni a su hijo Nabu, ni a los seguidores humanos de Marduk. Entonces, Ninurta, intento disuadir a Nergal de una aniquilación indiscriminada, utiliza argumentos idénticos a la de la Biblia, donde se le atribuye a Abraham, cuando intentó que se perdonara a Sodoma:

"Oh, guerrero Erra, has puesto al justo ante la muerte,

has puesto al injusto ante la muerte.

Has puesto ante la muerte al hombre que te había ofendido,

has puesto ante la muerte al hombre que no te había ofendido,

A través de adulación y amenazas, los dos dioses argumentaban a favor y en contra sobre la destrucción. Más que Ninurta, Nergal era el que expresaba su odio personal"¡Aniquilaré al hijo, y dejaré que el padre lo entierre; después, mataré al padre, y no dejaré que nadie lo entierre!", gritó. Ninurta con fina diplomacia, indicaba la injusta destrucción indiscriminada -y los méritos estratégicos de una selección de objetivos-, consigue convencer a Nergal. "Escuchó las palabras pronunciadas por lshum [Ninurta]; sus palabras le atraían como aceite fino". Accediendo modificar sus planes de ataque a Mesopotamia: la destrucción sería selectiva; el objetivo táctico consistiría en destruir las ciudades donde pudiera ocultarse Nabu; el objetivo estratégico, sería denegar a Marduk -su mayor trofeo- el Espaciopuerto, "el lugar desde donde los Grandes ascienden":

Enviaré un emisario de ciudad en ciudad;

el hijo, semilla de su padre, no escapará;

su madre dejará de reír...

no habrá acceso al lugar de los dioses:

el lugar desde donde los Grandes ascienden

arrasaré.

Cuando Nergal acabó de exponer sus planes de destrucción del Espaciopuerto, Ninurta se quedo sin palabras. Otros textos afirman que Enlil aprobó el plan, cuando se le expuso que tomara una decisión; y, al parecer, también lo hizo Anu. Sin perdida de más tiempo, Nergal instó a Ninurta a ponerse en marcha:

Después, el héroe Erra se adelantó a lshum,

recordando sus palabras;

lshum también salió,

de acuerdo con la palabra dada,

con el corazón en un puño.

El primer objetivo era el Espaciopuerto, su complejo de mando oculto en el "Monte Más Supremo" y las pistas de aterrizaje que se extendían en la gran llanura adyacente:

lshum se dirigió al Monte Más Supremo;

las Siete Terroríficas, [armas] sin par,

le siguieron por detrás.

El héroe llegó al Monte Más Supremo;

levantó la manoel

monte fue aplastado;

la llanura junto al Monte Más Supremo

arrasó después;

en sus bosques, no quedó en pie ni el tallo de un árbol.

Y así, el ataque nuclear, arraso el Espaciopuerto, aplastando el monte en el cual se ocultaban sus controles y asolo la llanura en donde estaban las pistas... Según atestiguan las crónicas, que llevó a cabo Ninurta (lshum).

Entonces, llegó el turno de Nergal (Erra), que dio salida a sus ansias de venganza. Desde la península del Sinaí hasta las ciudades cananeas, Erra las arrasó. Las expresiones utilizadas en la Epopeya de Erra son idénticas a las usadas en el relato bíblico de la destrucción de Sodoma y Gomorra:

Entonces, imitando a lshum, Erra siguió la Calzada del Rey.

Acabó con las ciudades,

en desolación las convirtió.

A las montañas llevó el hambre,

hizo perecer a los animales.

Los versículos siguentes describen la formación de la nueva extensión del Mar Muerto, por la ruptura de la costa meridional, y la eliminación de la vida marina que había en él:

Él cavó a través del mar,

lo dividió en su totalidad.

Todo lo que vive en él,

hasta los cocodrilos

lo marchitó.

Como con fuego abrasó a los animales,

sus cereales convirtió en polvo.

La Epopeya de Erra narra tres aspectos del acontecimiento nuclear: la destrucción del Espacio puerto del Sinaí; la aniquilación (arrasamiento en la Biblia) de las ciudades de la llanura del Jordán; y la brecha del Mar Muerto que trajo como consecuencia su extensión por el sur.

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Las Siete Terroríficas, [armas] sin par.

Oxford Editions of Cuneiform Texts, vol. VI, publica el conocido K.5001, valioso, por que está en original sumerio y además, es texto bilingüe, donde el sumerio acompaña con traducción, línea por línea, en acadio. Es Indudable que constituye uno de los textos más antiguos sobre este tema; y por sus términos, da la impresión que sirvió como fuente para el relato bíblico, dirigido a un dios cuya identidad no queda clara.

Señor, portador del Abrasador

que quema al adversario;

que aniquiló al país desobediente;

que marchitó la vida de los seguidores de la Palabra Malvada;

que hizo llover piedras y fuego sobre los adversarios.

El Texto de Codorlaomor, que si identifica a los dos dioses por sus epítetos como Ninurta y Nergal, cuenta así:

Enlil, entronizado en la nobleza,

se consumía de furia.

Los devastadores sugirieron el mal de nuevo;

el que abrasa con fuego [Ishum/Ninurta]

y el del viento maligno [Erra/Nergal]

llevaron a cabo juntos su mal.

Los dos hicieron huir a los dioses,

les hicieron huir del abrasador.

El objetivo, de donde hicieron huir a los dioses guardianes, era el Lugar de Lanzamiento:

Lo que se elevó hacia Anu

para lanzar hicieron que se marchitara;

hicieron desvanecerse su superficie,

su lugar desolaron.

Y así, el Espacio puerto, el objetivo por el cual se había llevado a cabo la Guerras de los Dioses sumerios, quedó arrasado; el Monte en el que estaban alojadas las instalaciones de control fue aplastado; las plataformas de lanzamiento se desvanecieron de la faz de la Tierra; y la llanura cuyo duro suelo habían utilizado las lanzaderas como pista, fue arrasada, no quedo ni un solo árbol en pie. Ya no se volvería a ver aquel gran lugar nunca más. Pero la cicatriz sobre la faz de la Tierra que se origino aquel día ¡aun se puede ver hasta ahora!

La inmensa cicatriz, sólo es visible desde los cielos. Fué revelado hace pocos años, cuando los satélites comenzaron a fotografiar la Tierra. Es una cicatriz que los científicos aún no hallan una explicación. Esta gran llanura de la península del Sinaí, cuyo suelo duro, sirvió de escenario para algunas batallas de tanques en la historia reciente, se puede ver en la distancia, las montañas que la rodean en forma ovalada. Las montañas de caliza blanquecina sobre el horizonte, allá donde la gran llanura central se une con la inmensa cicatriz del Sinaí, el tono negro de la llanura, crea un fuerte contraste con la blancura de los alrededores.

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Pero la cicatriz sobre la faz de la Tierra ¡aun se puede ver en nuestros días!

El negro no es un tono natural de la península del Sinaí, donde la blancura de la caliza y el tono rojizo de la arenisca se combinan con tonos que van del amarillo brillante al gris claro y el marrón oscuro, pero no el negro.

En la llanura central, al nor-noreste de la enigmática y gigantesca cicatriz, el color del suelo es negro, a causa de millones de pedazos de roca ennegrecida, como si una mano gigante lo habría esparcido por toda la región.

No hay explicación para la colosal cicatriz sobre la superficie de la península del Sinaí, observada y fotografiada por los satélites de la NASA. No hay explicación para los pedazos de roca ennegrecida que se esparcen en la llanura central. Ninguna explicación, salvo los versículos de los textos antiguos y la conclusión que expone Zecharia: en tiempos de Abraham, Nergal y Ninurta barrieron el Espacio puerto que había allí con armas nucleares.

Después de las bombas

Por mucho tiempo pensaron que los invasores barbaros habían devastado Ur, la capital de Sumer, pero no hallaron evidencia de tal invasión, entonces se descubrió un texto titulado "Lamentaciones sobre la desolación de Ur", que desconcertó a todos. El texto no lamentaba una destrucción física de Ur, sino de su "abandono": Los dioses que vivieron allí, lo abandonaron, la gente que la habito desapareció, los templos, las casas, los establos estaban intactos, en pie, pero vacios.

Una tormenta, el Viento Maligno, recorrió los cielos.

La radiación se difundio en dirección oeste, con los vientos predominantes del Mediterráneo; poco después, los augurios que predecían el fin de Sumer se hicieron realidad, todo Sumer se convirtió en la postrera víctima nuclear de las bombas detonadas.

La catástrofe que cayo a Sumer a finales del sexto año de reinado de Ibbi-Sin se describe en varios Textos de Lamentación (Largos poemas que lloran el hundimiento de la majestuosa Ur y de los otros centros de la gran civilización sumeria). Estas lamentaciones sumerias, nos recuerdan el bíblico Libro de las Lamentaciones de Jeremías, donde se llora la destrucción de Jerusalén a manos de los babilonios, que llevaron a pensar que las tradujeron de la catástrofe sumeria, y que era el resultado de una invasión, en la cual se enfrentaron tropas elamitas y amoritas.

Cuando hallaron las primeras tablillas de lamentaciones, creyeron que sólo Ur sufrio la destrucción. Pero, con el descubrimiento de más de estos textos, se entendió que Ur no había sido la única ciudad afectada, ni el punto central de la catástrofe. Las lamentaciones, eran similares por el destino de Nippur, Uruk o Eridú, además, algunos textos ofrecían listas de las ciudades afectadas; el mal comenzaba por el sudoeste y se extendía en dirección noreste, abarcando todo el sur de Mesopotamia. Una catástrofe general y repentina había caído sobre todas las ciudades, no en lenta sucesión, como sucede en el caso de una invasión, esta era simultánea, de una vez. Th. Jacobsen (The Reign of Ibbi-Sin) concluyo que los invasores bárbaros no habían tenido nada que ver con tan estremecedora catástrofe.

La desolación de la catástrofe es descrita en versos como éste:

Llevando la desolación a las ciudades,

[llevando] la desolación a las casas;

llevando la desolación a los corrales,

el vacío a los rediles;

ya no hay bueyes en los corrales de Sumer,

las ovejas ya no holgan en sus rediles;

sus ríos corren con aguas amargas,

en sus campos de cultivo crecen las malas hierbas,

en sus estepas crecen plantas que se marchitan.

En ciudades y aldeas, la madre no cuida ya de sus hijos, el padre no dice ya 'Oh, esposa mía'... los pequeños ya no crecen con las rodillas fuertes, ni las niñeras cantan sus nanas... la realeza se ha arrebatado de la tierra.

Evidentemente sobre sumeria, cayó una calamidad, desconocida para el hombre, que nunca antes se había visto, y que no se podía resistir.

La muerte no llego de manos del enemigo; era una muerte invisible, que recorre la calle, que queda suelta en el camino; se yergue junto a un hombre, y sin embargo nadie puede verla; cuando entra en una casa, nadie se entera. No había defensa contra este mal que arrazo el país como un fantasma.

La muralla más alta y los muros más gruesos, son atravesados; no hay puerta ni cerrojo que impida el paso; a través de la puerta, como una serpiente se desliza; a través de las bisagras, como el viento entra, como una inundación

Quienes se ocultaron tras las puertas, fueron muertos dentro; los que se subieron a los tejados, murieron en los tejados; los que huyeron a las calles, murieron en las calles: La tos y la flema debilitaban el pecho, la boca se llenaba de saliva y espuma. Se quedaban mudos y aturdidos, con una maligna parálisis y un dolor de cabeza, sus espíritus abandonaban sus cuerpos. La muerte era espantosa.

La gente, aterrorizada, difícilmente podía respirar;

el Viento Maligno los atenazaba,

no les concedía otro día...

Las bocas se anegaban en sangre,

las cabezas se revolcaban en sangre...

El rostro palidecía con el Viento Maligno.

Esta muerte invisible se originaba en una nube que apareció en los cielos de Sumer y cubrió el país como con un manto extendido sobre él. Cubría al sol con tonos marrones, durante el día, por la noche, luminosa en sus bordes, tapaba la Luna. No era un fenómeno natural. Era una gran tormenta enviada por Anu... había llegado desde el corazón de Enlil. Era el producto de las siete terroríficas armas.

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Las siete terroríficas armas

Un estallido maligno anunciaba la siniestra tormenta,

un estallido maligno era el precursor ,

de la siniestra tormenta;

poderosa descendencia,

hijos valientes eran los heraldos de la peste.

Los dos hijos de Anu: Ninurta y Nergal, soltaron las siete armas mortales creadas por Anu, arrasándo todo en el lugar de la explosión. Las antiguas descripciones son tan precisas como las descripciones modernas de los testigos de una explosión atómica. Cuando las terroríficas armas fueron lanzadas desde los cielos, hubo un inmenso resplandor: esparcieron impresionantes rayos hacia los cuatro puntos de la tierra, abrasándolo todo como el fuego, dice un texto; en otro, una lamentación sobre Nippur, se recuerda la tormenta, en el destello de un relámpago creada. Después, se elevó en el cielo un hongo atómico, una nube densa que trae la oscuridad, seguido de fuertes ráfagas de viento... una tempestad que abrasa furiosamente los cielos. Más tarde, los vientos predominantes, soplando de oeste a este, se pusieron a difundir el mal en Mesopotamia: las densas nubes que traen la penumbra del cielo, que llevan la penumbra de ciudad en ciudad.

Los textos describen que el Viento Maligno, que llevaba la nube de la muerte, fue generado por gigantescas explosiones en un día para el recuerdo:

En aquel día

cuando el cielo fue aplastado

y la Tierra fue herida,

su faz asolada por el remolino,

cuando los cielos se oscurecieron

y cubrieron como con una sombra...

Nippur recuerda lamentos, como éste:

En aquel día, en aquel único día; en aquella noche, en aquella única noche... la tormenta, en un destello de relámpago creada, al pueblo de Nippur dejó postrado.

El Lamento de Uruk describe la confusión tanto entre los dioses como entre el pueblo.

Los grandes dioses empalidecieron ante su inmensidad» cuando presenciaron los rayos gigantes de la explosión alcanzar el cielo [y] la tierra temblar en su centro.

Cuando el Viento Maligno inició a esparcirse por las montañas como una red, los dioses de Sumer emprendieron la huida de sus amadas ciudades. En el texto conocido como Lamentación Sobre la Destrucción de Ur se hace una relación de todos los grandes dioses y de algunos de sus más importantes hijos e hijas que abandonaron al viento las ciudades y los grandes templos de Sumer. El texto llamado Lamentación Sobre la Destrucción de Sumer y Ur añade detalles dramáticos a esta huida precipitada:

Ninharsag lloraba con amargas lágrimas cuando huyó de Isin; Nanshe gritaba, Oh, mi devastada ciudad, cuando el lugar en donde moraba cayó en la desgracia. Inanna salió apresuradamente de Uruk, navegando en dirección a África en un barco sumergible, lamentándose de haber dejado atrás sus joyas y otras posesiones. En las lamentaciónes por Uruk, Inanna/Ishtar lloraba la desolación de su ciudad y su templo, debido al Viento Maligno que en un instante, en un abrir y cerrar de ojos se había creado en el medio de las montañas, y contra el cual no había defensa alguna.

La confusión reinaba, tanto entre dioses como entre hombres, por la inminente presencia del Viento Maligno. El Lamento de Uruk, escrito años después, las deidades que vivian en Uruk al ver que los leales ciudadanos de Uruk cayeron presa del terror, hicieron sonar la alarma para que la bandonen.

¡Levantaos!, llamaron a la gente en mitad de la noche; huid, ¡ocultaos en la estepa!, les dijeron. Inmediatamente, los dioses y las deidades huyeron por senderos desconocidos.

Así, todos sus dioses evacuaron Uruk;

se mantuvieron lejos de ella;

se ocultaron en las montañas,

escaparon a las distantes llanuras.

El pueblo de Uruk, abandonado al caos, sin dirección ni ayuda, acostumbrados a las decisiones de los dioses, fue presa del pánico, que se apoderó de la muchedumbre en Uruk, su sentido común se distorsionó. Entraron en los santuarios rompiéndo todo, mientras se preguntaban: ¿Donde esta el benévolo ojo de los dioses? ¿Quién provoco todo este pesar y lamento? Sus preguntas no tuvieron respuesta; y, cuando la Tormenta Maligna pasó, los cadáveres del pueblo fue amontonado en pilas... el manto del silencio cayó sobre Uruk.

Después que la tormenta de mal salio de la ciudad, barriendo los campos, Enki entró en Eridú; encontró una ciudad cubierta por el silencio... Sus habitantes yacían amontonados. Los que se salvaron le dirigieron un lamento: ¡Oh, Enki, lloraban, tu ciudad ha sido maldecida, ha sido convertida en un territorio extraño!, y sollozaban preguntándo adonde ir y qué hacer. Aunque el Viento Maligno había pasado, el lugar era inseguro, y Enki se quedó fuera, como si se tratara de una ciudad extraña.

Enki abandono Eridú y llevó a los que habían salido de Eridú al desierto, hacia una tierra hostil; allí, utilizó sus conocimientos científicos para hacer comestible el árbol desagradable.

Desde el extremo norte de la amplia extensión que cubría el Viento Maligno, desde Babilonia, Marduk preocupado le envió a su padre Enki un mensaje urgente, ante la inminente llegada de la nube de la muerte a su ciudad:

¿Qué debo hacer?, preguntaba. El consejo de Enki, que más tarde Marduk transmitiría a sus seguidores, fue que aquéllos que pudieran abandonar la ciudad, lo hicieran, que fueran sólo hacia el norte; similar consejo que le dieron los dos emisarios a Lot, a la gente que huía de Babilonia se le aconsejó no volver ni mirar atrás. También les dijo que no llevaran consigo alimentos ni bebida, pues estos podrían haber sido tocados por el fantasma. Si no era posible la huida, Enki aconsejaba ocultarse bajo tierra: Métete en una cámara bajo la tierra, en la oscuridad, hasta que el Viento Maligno haya pasado.

Mientras partían, vieron la muerte y la desolación. La gente, como fragmentos de cerámica, llenaba las calles de la ciudad; en sus nobles puertas, allí donde iban a pasear, había cadáveres por todas partes; donde se celebraban las fiestas, yacían esparcidos; en sus plazas, donde tenían lugar las festividades de la tierra, la gente yacía amontonada. Los muertos no eran enterrados: los cadáveres, como manteca bajo el sol, se derretían por sí mismos.

Ningal eleva su lamentación por Ur:

Oh, casa de Sin en Ur,

amarga es tu desolación...

¡Oh, Ningal, cuya tierra ha perecido,

haz tu corazón como agua!

La ciudad se ha convertido en una ciudad extraña,

¿cómo se puede existir ahora?

La casa se ha convertido en casa de lágrimas,

hace mi corazón como agua...

Ur y sus templos

han sido entregados al viento.

Todo el sur de Mesopotamia quedo postrado; el suelo y las aguas envenenados por el Viento Maligno.

En las riberas del Tigris y el Eufrates, sólo crecían plantas enfermizas. En los pantanos crecían juncos enfermos que se pudrían en el hedor... En los huertos y en los jardines no había brotes nuevos, y pronto quedaron yermos... Los campos cultivados ya no se araban, ni se plantaban semillas en el suelo, ni canciones resonaban en los campos. En el campo, los animales también se afectaron. En la estepa, quedó poco ganado grande y pequeño, todas las criaturas vivas llegaron a su fin, los animales domesticos, también, fueron aniquilados. Los rediles se han entregado al viento... El ronroneo del giro de la mantequera ya no resuena en el redil... Los corrales ya no dan manteca ni queso... Ninurta ha dejado a Sumer sin leche.

La tormenta aplastó la tierra, lo barrió todo; rugía como un gran viento sobre la tierra, nadie podía escapar; asolando las ciudades, asolando las casas... Nadie recorre las calzadas, nadie busca los caminos. La desolación de Sumer era completa.

Las ciudades sumerias, una tras otra, fueron "abandonadas", sin dioses, sin gente, sin animales. ¿Cuál era la causa? La respuesta al enigma ya lo hemos descrito tal conforme los textos sumerios: Se lo llevo el viento maligno.

Un grupo internacional de siete científicos de diferentes disciplinas publicaron un trabajo titulado "El cambio climático y el derrumbamiento del imperio acadio: evidencias desde el mar profundo", en la revista científica Geology, en su edición de Abril 2,000.

En esta investigación hicieron análisis radiológicos y químicos de antiguas capas de polvo de aquel periodo, tomadas en diversos emplazamientos de Oriente Próximo, principalmente del fondo del golfo de Omán. La conclusión fue, que un inusual cambo climático en las regiones adyacentes al mar muerto, levantó grandes tormentas de polvo, y este polvo (un inusual "polvo mineral atmosférico") fue transportado por los vientos predominantes hacia el sur de Mesopotamia, y más alla, hasta el golfo Persico. ¡El mismo desarrollo del Viento Maligno de Sumer! La datación por radiocarbono de la inusual "precipitación de polvo" llevo a la conclusión de que se debió a "un extraño y dramático evento que tuvo lugar en torno a 4,025 años antes del presente". Eso en otras palabras significa 2,025 a.C.", ¡El mismo 2,024 a.C., que había indicado Zecharia Sitchin!

Para Marduk, la llegada de la nueva era zodiacal, es el error corregido, una profecía cumplida. Pero la destrucción de las ciudades, que no eran parte de ninguna profecía, lo considero, el precio pagado por su encumbramiento. La desolación de Sumer, la huida de sus dioses, la población diezmada, no fue su responsabilidad, en todo caso, los responsables se castigaron por oponerse al destino. La imprevista tormenta nuclear, el Viento Maligno, y su rumbo parecían haber sido dirigido por una mano invisible que venía a confirmar lo que los dioses proclamaban: la era de Marduk, la era del Carnero ha llegado.

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Ingreso al Templo de Karnak.

¿Había ganador en esta guerra de los dioses?

Evidentemente si, gano Marduk, que se fue a Egipto para escapar de los efectos del viento maligno, donde quedo perennizado su presencia con el cambio de "Era", en el Templo de Dendera donde la lista de las constelaciones zodiacales empieza con Aries (Carnero), mientras que las de Sumer comienzan con Taurus (Toro). También se perennizo con largas hileras de esfinges con cabeza de carnero, que flanquean las avenidas procesionales que se dirigen al templo de Karnak, cuya construcción coincide con el ascenso de Ra/Marduk a la supremacía. También lo llamaron Amon ("El Invisible") por su ausencia cuando eligió a Babilonia en Mesopotamia que fuera su ciudad eterna.

Marduk se convertía en el "Señor", tanto en el cielo como en la tierra. Su destino en el cielo, era el más grande de todos los dioses celestes, y en paralelo con esto, destinado a ser el más grande de los dioses anunnaki en la tierra. El Patriarca Abraham que lucho a órdenes de Enlil, hizo desaparecer la adoración de todos los demás dioses de la familia divina, encumbrando solo a Enlil o Yahveh. Este hecho lo transformo en el progenitor ancestral del monoteísmo que practican judíos, cristianos e islámicos, todos ellos hijos de un mismo padre en su ideología religiosa, pero a la vez, enemigos irreconciliables a través de la historia de la humanidad, que ha costado millones de vidas por reclamarse cada cual como la "verdadera y única religión".

¿Pero que paso con Sumer? Siete años después de que el Viento Maligno asolara Sumer, la vida recomenzó de nuevo en la tierra. Sumer era un país ocupado, por tropas elamitas en el sur y soldados gutios en el norte.

Isin, que nunca había sido capital, fue elegida centro administrativo temporal, y se llevó a un antiguo gobernador de Mari para que dirigiera el país. En los documentos de la época se registra la queja de que a uno que no es de simiente sumeria se le hubieran dado las riendas de Sumer.

Por su nombre semita Ishbi-Erra, era un seguidor de Nergal, y su designación debió formar parte del acuerdo entre Nergal y Ninurta.

Los historiadores denominan a las décadas siguientes del hundimiento de Ur, como la Edad Oscura de la historia de Mesopotamia. Poco se sabe de aquel tiempo difícil. Ishbi-Erra, mejoro la seguridad y restauro por aquí y por allí, intentando solidificar su autoridad secular, despidió la guarnición extranjera que controlaba Ur y, extendió su reinado hasta ella, se proclamó sucesor de los reyes de Ur; pero sólo unas cuantas ciudades rehabitadas, reconocieron su autoridad; un poderoso jefe local de Larsa lo reto, desconociendo su autoridad.

Ishbi-Erra intentó agregar a su poder, la autoridad religiosa central, asumiendo la custodia de Nippur. Levanto los emblemas sagrados de Enlil y Ninurta. Solo Ninurta le dió permiso para esta acción, y los grandes dioses de Nippur siguieron mostrándose fríos y distantes. Busco otros apoyos, Ishbi-Erra nombró a un grupo de sacerdotes y sacerdotisas para restaurar el culto a Nannar, Ningal e Inanna. Pero, los corazones de los súbditos estaban en otra parte.

Los numerosos textos Shurpu (Purificación) encontrados, dicen que Enki y Marduk, utilizando el conocimiento científico de Enki (sus poderes mágicos, a los ojos del pueblo), curaron a los afectados, purificaron las aguas e hicieron que el suelo diera una vegetación comestible de nuevo.

En el medio siglo que siguió, que abarca el reinado de dos sucesores de Ishbi-Erra en Isin, la normalidad volvió al país, poco a poco; la agricultura y la industria se recobraron, y el comercio interno y externo se reanudó.

Cuando pasaron setenta años, el mismo intervalo que se aplicaría después al profanado templo de Jerusalén, no se reconstruyó el templo de Nippur, ello lo hizo el tercer sucesor en el trono de Isin: Ishme-Dagan.

En un extenso poema de doce estrofas dedicado a Nippur, Ishme-Dagan dice que la divina pareja respondió a sus súplicas para restaurar la ciudad y su gran templo, para que el enladrillado de Nippur sea restaurado y las tablillas divinas vuelvan a Nippur.

Hubo gran júbilo en el país cuando se volvió a consagrar el gran templo a Enlil y Ninlil, en el año 1,953 a.C.; y fue entonces cuando se declaro oficialmente habitables de nuevo las ciudades de Sumer y Acad.

El retorno oficial a la normalidad sólo sirvió para reanudar las viejas rivalidades entre los dioses. El sucesor de Ishme-Dagan llevó un nombre que indicaba su fidelidad a Ishtar. Ninurta dio rápido fin a eso, y el siguiente soberano de Isin, el último en llevar un nombre sumerio, sería uno de sus seguidores. Pero las pretensiones de Ninurta sobre el restaurado país no se podía sostener: Después de todo, él había provocado, aunque fuera de forma indirecta, la destrucción de Sumer. Se buscó a Sin para que reafirmara su autoridad; pero los días de su supremacía y de la de Ur habían pasado.

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Marduk en la Estela del Código de Hammurabi

Y así, por la autoridad con la que estaban investidos, Anu y Enlil aceptaron por fin la reivindicacion de la supremacía de Marduk en Babilonia. Para conmemorar aquella decisión en el preámbulo de su código legal, el rey babilonio Hammurabi dice:

El noble Anu, señor de los

dioses que del Cielo vinieron a la Tierra,

y Enlil, señor del Cielo y la Tierra

que determina los destinos del país,

determinaron a Marduk, el primogénito de Enki,

las funciones de Enlil sobre toda la humanidad;

le hicieron grande entre los dioses que vigilan y ven,

dieron el nombre de Babilonia para que fuera exaltada,

la hicieron suprema en el mundo;

y establecieron para Marduk, en su centro,

una realeza imperecedera.

Babilonia, y después Asiria, crecieron en grandeza. Desaparecio Sumer; pero en una tierra distante, Enlil, el testigo de su legado, pasó de las manos de Abraham e Isaac su hijo, a las de Jacob, aquél al que se le llamaría Isra-El.

Guerreros como Abraham que pelearon "en nombre de dios", tuvieron que continuar con sus vidas y muchos ya no estaban convencidos con sus dioses, que los abandonado, cuando el Viento Maligno llego, "su prioridad era sobrevivir" a cualquier costo y tubo que pasar más de un siglo para que Babilonia (La Ciudad) emergiera en el escenario de la historia como la primera dinastía, como Babilonia (El Estado), cuyo Dios Marduk tutelaba su desarrollo con presencia intermitente entre Babilonia y Egipto.

Abraham tuvo un primer hijo, con una esclava egipcia de nombre Agar, antes que naciera Isaac, Yahveh le prometió ser una gran nación a este hijo llamado Ismael.

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Agar e Ismael

Enlil /Yahveh cumplió con Abraham y le dio un hijo con Sara contra toda lógica, puesto que ambos ya eran ancianos.

Génesis 21

5 Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo. 

6 Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reir, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. 

7 Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez

8 Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac. 

9 Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. 

10 Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo. 

11 Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. 

12 Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.

13 Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente. 

14 Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba. 

15 Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, 

16 y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró.

17 Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. 

18 Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. 

19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho. 

20 Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco. 

21 Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto. 

22 Aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo cuanto haces. 

23 Ahora, pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás a mí, ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con la tierra en donde has morado. 

24 Y respondió Abraham: Yo juraré. 

25 Y Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo de agua, que los siervos de Abimelec le habían quitado. 

26 Y respondió Abimelec: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy. 

27 Y tomó Abraham ovejas y vacas, y dio a Abimelec; e hicieron ambos pacto. 

28 Entonces puso Abraham siete corderas del rebaño aparte. 

29 Y dijo Abimelec a Abraham: ¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte? 

30 Y él respondió: Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo. 

31 Por esto llamó a aquel lugar Beerseba; porque allí juraron ambos. 

32 Así hicieron pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, y volvieron a tierra de los filisteos. 

33 Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno. 

34 Y moró Abraham en tierra de los filisteos muchos días.

Pero su Dios le pidió a Abraham nuevamente otra prueba de fe:

Génesis 22.

1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 

2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. 

3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. 

4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. 

5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. 

6 Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. 

7 Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? 

8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. 

9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. 

10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 

11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 

12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. 

13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 

14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto. 

15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, 

16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; 

17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 

18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. 

19 Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba. 

Sara vivió 127 años y cuando murió, Abraham la enterró en Makpela en Canaán, Isaac heredo de Abraham todo, pero las tierras de sumeria y alrededores estaban estériles y las aguas contaminadas.

Génesis 26.

1 Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. 

2 Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. 

3 Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. 

4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, 

5 por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.

6 Habitó, pues, Isaac en Gerar. 

Enlil o Yahveh protegía a su fiel servidor Abraham y a su hijo Isaac, por esta razón no permitió que desciendan a Egipto donde reinaba Marduk y les dijo que habiten en Gerar.

Realmente la vida de Abraham fue muy apasionante y polémica, cuyos ecos hasta hoy genera controversia y odios enconados entre los fieles de las religiones monoteístas que instauro.

Los descendientes del patriarca Abraham

Abraham es referido como el arranque o fuente de la religión del Antiguo Testamento cristiano, porque desde los días de Abraham, los hombres se acostumbraron a hablar de Dios como el Dios de Abraham, y no encontramos referirse en la misma forma antes de él. Antes que Abram el sumerio salga de Ur, no existía el pueblo de Israel, tampoco la biblia.

Abraham es así el inicio de la religión de los hijos de Israel por su cercana relación con Yahveh, a causa de su fidelidad, fe y obediencia. Y Yahveh, le prometió hacer de su descendencia grande.

La fe en su Dios fue demostrada cuando dejó Sumeria y viajó con su familia al país desconocido de Canaán. Fue nuevamente probada, cuando estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac, en obediencia al mandato de su Dios.

Es a esta y otras promesas hechas tan a menudo por Dios a Israel, que los escritores del Antiguo Testamento se refieren una y otra vez en confirmación de sus privilegios como el pueblo escogido.

Estas promesas, que se registra haber sido hechas no menos de ocho veces, son que Dios dará la tierra de Canaán a Abraham y su descendencia (Génesis 12: 7); que su descendencia se acrecentará y multiplicará como las estrellas del cielo; que él mismo será bendito y que en él "serán benditas todas las naciones de la tierra" (Génesis 12:3).

Para el cristiano la importancia de Abraham es tal, que el árbol genealógico de Jesus es rastreado por San Mateo hasta Abraham. Aunque en la genealogía de Jesús, según San Lucas, él es señalado como descendiente según la carne no solo de Abraham, Noé y de Adán. No obstante, San Lucas resalta la importancia de los frutos del linaje de Abraham, atribuyéndole todas las bendiciones de Dios sobre Israel por las promesas hechas a Abraham.

Sin embargo quienes no comparten esta interpretación de la biblia, manifiestan que los Judíos no deben imaginarse que tienen derecho a poner su confianza en el hecho de su descendencia carnal de Abraham, sin nada más, para ser considerados el pueblo de dios o hijos de dios, ya que no es a la descendencia carnal de Abraham lo que le atribuye importancia; más bien, es a la práctica de las virtudes atribuidas a Abraham en el Génesis.

Así en Juan 8:39, los judíos, a quienes Nuestro Señor estaba hablando, alardean:

39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. 

San Pablo, también muestra que él es hijo de Abraham y se vanagloria en ese hecho en 2da. A los Corintios 11:22, cuando exclama:

22 ¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? También yo

Y siguiendo la enseñanza de Jesucristo, San Pablo no atribuye demasiada importancia a la descendencia carnal de Abraham; pues él dice

Gálatas 3.

29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.

Nuevamente en Romanos dice:

Romanos 9.

5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. 

6 No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, 

7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.

8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes. 

9 Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.

10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre. 

De manera tal que los cristianos marcan una línea divisoria entre los hijos de Abraham. No olvidemos que su hijo mayor, Ismael que nació de Agar la sirvienta egipcia, se circuncido junto a su padre Abraham en el pacto con su dios y el segundo fue Isaac que nació de Sara y que se salvo, de ser sacrificado a petición de su dios. De estos hijos los cristianos solo reconocen como el pueblo de dios a los descendientes de Isaac, y con ello se incendió la pradera en una guerra que ha cobrado miles de vidas entre los descendientes de Abraham el Patriarca que instauro el monoteísmo, el guerrero que participo en la Guerra de los Dioses conforme a las tablillas sumerias, junto a su dios Yahve (Enlil), quién recompenso su adhesión y fe, bendiciendo su descendencia. "Abraham creyó en el Señor, y el Señor lo tuvo en cuenta en su bendición".

Abraham luego de la muerte de su esposa Sara tomo otra mujer, cuyo nombre era Cetura, que también le dio hijos. Pero Abraham dio cuanto tenía a su hijo Isaac.

Génesis 25.

1 Abraham tomó otra mujer, cuyo nombre era Cetura, 

2 la cual le dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. 

3 Y Jocsán engendró a Seba y a Dedán; e hijos de Dedán fueron Asurim, Letusim y Leumim.

4 E hijos de Madián: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos estos fueron hijos de Cetura. 

5 Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac. 

6 Pero a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental. 

7 Y estos fueron los días que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años. 

8 Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo. 

9 Y lo sepultaron Isaac e Ismael sus hijos en la cueva de Macpela, en la heredad de Efrón hijo de Zohar heteo, que está enfrente de Mamre, 

10 heredad que compró Abraham de los hijos de Het; allí fue sepultado Abraham, y Sara su mujer. 

11 Y sucedió, después de muerto Abraham, que Dios bendijo a Isaac su hijo; y habitó Isaac junto al pozo del Viviente-que-me- ve. 

12 Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, a quien le dio a luz Agar egipcia, sierva de Sara; 

13 estos, pues, son los nombres de los hijos de Ismael, nombrados en el orden de su nacimiento: El primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, Adbeel, Mibsam, 

14 Misma, Duma, Massa, 

15 Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedema. 

16 Estos son los hijos de Ismael, y estos sus nombres, por sus villas y por sus campamentos; doce príncipes por sus familias. 

17 Y estos fueron los años de la vida de Ismael, ciento treinta y siete años; y exhaló el espíritu Ismael, y murió, y fue unido a su pueblo. 

18 Y habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto viniendo a Asiria; y murió en presencia de todos sus hermanos. 

19 Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, 

20 y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo. 

21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. 

22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; 

23 y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor. 

24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.

25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. 

26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz. 

27 Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. 

28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob. 

29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, 

30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. 

31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. 

32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? 

33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. 

34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

Por la fe de Abraham, su Dios todopoderoso selló una alianza con el género humano, dicen sus seguidores, y Jesucristo es el cumplimiento de esa alianza dicen los cristianos. El Hijo unigénito del Padre, de su misma naturaleza, se hizo hombre para introducirnos, mediante la humillación de la cruz y la gloria de la resurrección, en la tierra de salvación que Dios, rico en misericordia, prometió a la humanidad desde el inicio.

Y consideran a María como el modelo del pueblo redimido, en camino hacia el cumplimiento de esta promesa universal, porque María es, la que creyó que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor,

Lucas 1.

31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.

32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 

33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

María, hija de Abraham por la fe, además de serlo por la carne, compartió personalmente su experiencia.

Ella, como Abraham, aceptó la inmolación de su Hijo, pero a Abraham no se le pidió el sacrificio efectivo de Isaac, mientras que Cristo bebió el cáliz del sufrimiento hasta la última gota y murió en la cruz. Y María participó personalmente en la prueba de su Hijo, creyendo y esperando de pie junto a la cruz. Era el epílogo de una larga espera.

Las tablillas de arcilla sumerias y acadias, las bibliotecas de los templos babilónicos y asirios, los "mitos" sumerios, egipcios, hititas y cananeos, y las narraciones bíblicas forman el cuerpo principal de la memoria escrita de los asuntos de dioses y hombres. Y por primera vez en la historia, este material disperso y fragmentado ha sido reunido y utilizado, de la mano de estudiosos y eruditos, para recrear el relato presencial de Enki, los recuerdos autobiográficos y las penetrantes profecías de un dios extraterrestre.

Presentado como un texto que hubiera dictado Enki a un escriba escogido, un Libro Testimonial para ser desvelado en el momento apropiado, trae a la mente las instrucciones de Yahveh al profeta Isaías (Siglo VII a.C):

Isaias 30.

8 Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre. 

9 Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; 

10 que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; 

11 dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel. 

12 Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; 

13 por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente. 

14 Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo. 

Al tratar el pasado, Enki percibió el futuro. La idea de que los Anunnaki, ejercitando el libre albedrio, eran señores de su suerte -así como de la suerte de la humanidad-, que desembocó, en última instancia, en la constatación de que se trataba del destino, que después de todo lo dicho y hecho, determinaba el curso de los acontecimientos; y, por tanto, como dicen los profetas hebreos, lo Primero será lo Último.

El registro de los acontecimientos dictado por Enki se convierte, así Pues, en el fundamento de la Profecía, y el Pasado se convierte en Futuro.

En las Atestaciones del escriba Endubsar se narra lo siguiente:

Palabras de Endubsar, escriba maestro, hijo de la ciudad de Eridú, sirviente del señor Enki, el gran dios.

En el séptimo año después de la Gran Calamidad, en el segundo mes, en el decimoséptimo día, fui citado por mi maestro el Señor Enki, el gran dios, benévolo creador de la Humanidad, omnipotente y misericordioso.

Yo estaba entre los supervivientes de Eridú que habían escapado a la árida estepa cuando el Viento Maligno se estaba acercando a la ciudad.

Y vagué por el desierto, buscando ramas secas para hacer fuego. Y miré hacia arriba y he aquí que un Torbellino llegó desde el sur. Tenía un resplandor rojizo, y no hacía sonido alguno. Y cuando tocó el suelo, salieron de su vientre cuatro largos pies y el resplandor desapareció. Y me arrojé al suelo y me postré, pues sabía que era una visión divina.

Y cuando levanté mis ojos, había dos emisarios divinos cerca de mí.

Y tenían rostros de hombres, y sus vestidos brillaban como metal bruñido. Y me llamaron por mi nombre y me hablaron, diciendo: Has sido citado por el gran dios, el señor Enki. No temas, pues has sido bendecido. Y estamos aquí para llevarte a lo alto, y llevarte hasta su retiro en la Tierra de Magan, en la isla en medio del Río de Magan, donde están las compuertas.

Y mientras hablaban, el Torbellino se elevó como un carro de fuego y se fue. Y me tomaron de las manos, cada uno de ellos de una mano. Y me elevaron y me llevaron velozmente entre la Tierra y los cielos, igual que se remonta el águila. Y pude ver la tierra y las aguas, y las llanuras y las montañas. Y me dejaron en la isla, ante la puerta de la morada del gran dios. Y en el momento en que me soltaron de las manos, un resplandor como nunca había visto me envolvió y me abrumó, y caí al suelo como si hubiera quedado vacío del espíritu de vida.

Mis sentidos vitales volvieron a mí, como si despertara del más profundo de los sueños, por el sonido de mi nombre al llamarme. Estaba en una especie de recinto. Estaba oscuro, pero también había un aura. Entonces, la más profunda de las voces pronunció mi nombre otra vez.

Y, aunque pude escucharla, no hubiera sabido decir de dónde venía la voz, ni pude ver quién era el que hablaba. Y dije, aquí estoy.

Entonces, la voz me dijo: Endubsar, descendiente de Adapa, te he escogido para que seas mi escriba, para que pongas por escrito mis palabras en las tablillas.

Y de pronto apareció un resplandor en una parte del recinto. Y vi un lugar dispuesto como el lugar de trabajo de un escriba: una mesa de escriba y un taburete de escriba, y había piedras finamente labradas sobre la mesa. Pero no vi tablillas de arcilla ni recipientes de arcilla húmeda. Y sobre la mesa sólo había un estilo, y éste relucía en el resplandor como no lo hubiera podido hacer ningún estilo de caña.

Y la voz volvió a hablar, diciendo: Endubsar, hijo de la ciudad de Eridú, mi fiel sirviente. Soy tu señor Enki. Te he convocado para que escribas mis palabras, pues estoy muy turbado por la Gran Calamidad que ha caído sobre la Humanidad. Es mi deseo registrar el verdadero curso de los acontecimientos, para que tanto dioses como hombres sepan que mis manos están limpias. Desde el Gran Diluvio, no había caído una calamidad tal sobre la Tierra, los dioses y los terrestres. Pero el Gran Diluvio estaba destinado a suceder, no así la gran calamidad. Ésta, hace siete años, no tenía que haber ocurrido. Se podía haber evitado, y yo, Enki, hice todo lo que pude por impedirla; pero, ¡ay!, fracasé. ¿Y fue hado o fue destino? El futuro juzgará, pues al final de los días un Día del Juicio habrá. En ese día, la Tierra temblará y los ríos cambiarán su curso, y habrá oscuridad al mediodía y un fuego en los cielos por la noche, será el día del regreso del dios celestial. Y habrá quien sobreviva y quien perezca, quien sea recompensado y quien sea castigado, dioses y hombres por igual, en ese día se descubrirá; pues lo que venga a suceder, por lo que ha sucedido será determinado; y lo que estaba destinado, en un ciclo será repetido, y lo que fue fruto del hado y ocurrió sólo por la voluntad del corazón, para bien o para mal vendrá a ser juzgado.

La voz cayó en el silencio; después, el gran señor habló de nuevo, diciendo: Es por esta razón que contaré el relato veraz de los Principios y de los Tiempos Previos y de los Tiempos de Antaño; pues, en el pasado, el futuro se halla oculto. Durante cuarenta días y cuarenta noches, yo hablaré y tú escribirás; cuarenta será la cuenta de los días y las noches de tu trabajo aquí, pues cuarenta es mi número sagrado entre los dioses. Durante cuarenta días y cuarenta noches, no comerás ni beberás; sólo esta onza de pan y agua tomarás, y te mantendrá durante todo tu trabajo.

Y la voz se detuvo, y de pronto apareció un resplandor en otra parte del recinto. Y vi una mesa y, sobre ella, un plato y una copa. Y me levan te para ir allí, y había pan en el plato y agua en la copa.

Y la voz del gran señor Enki habló de nuevo, diciendo: Endubsar, come el pan y bebe el agua, y te mantendrás durante cuarenta días y cuarenta noches. E hice como me indicó. Y después, la voz me indicó que me sentara ante la mesa de escriba, y el resplandor se intensificó allí. No pude ver ninguna puerta ni abertura donde me encontraba, sin embargo el resplandor era tan fuerte como el del sol del mediodía.

Y la voz dijo: Endubsar el escriba, ¿qué ves?

Y miré y vi el resplandor que iluminaba la mesa, las piedras y el estilo, y dije: Veo unas tablillas de piedra, y su tono es de un azul tan puro como el cielo. Y veo un estilo como nunca antes había visto, su cuerpo no parece de caña, y su punta tiene la forma de una garra de águila.

Y la voz dijo: Son éstas las tablillas sobre las cuales inscribirás mis palabras. Por expreso deseo mío, se han tallado del más fino lapislázuli, cada una de ellas con dos caras lisas. Y el estilo que ves es la obra de un dios, el cuerpo está hecho de electro y la punta de cristal divino. Se adaptará firmemente a tu mano, y te será tan fácil grabar con él como marcar sobre arcilla húmeda. En dos columnas inscribirás la cara frontal, en dos columnas inscribirás el dorso de cada tablilla de piedra.

¡No te desvíes de mis palabras y mis declaraciones!

Y hubo una pausa, y yo toqué una de las piedras, y sentí su superficie como una piel lisa, suave al tacto. Y tomé el estilo sagrado, y lo sentí como una pluma en mi mano.

Y, después, el gran dios Enki comenzó a hablar, y yo empecé a escribir sus palabras, exactamente como las decía. A veces, su voz era fuerte; a veces, casi un susurro. A veces, había gozo u orgullo en su voz; a veces, dolor o angustia. Y cuando una tablilla quedaba inscrita en todas sus caras, tomaba otra para continuar.

Y cuando fueron dichas las últimas palabras, el gran dios se detuvo, y pude escuchar un gran suspiro. Y dijo: Endubsar, mi sirviente, durante cuarenta días y cuarenta noches has anotado fielmente mis palabras. Tu trabajo aquí ha terminado. Ahora, toma otra tablilla, y en ella escribirás tu propia atestación; y al final de ella, como testigo, márcala con tu sello; y toma la tablilla y ponla junto con las otras en el cofre divino; pues, en el momento designado, los escogidos vendrán hasta aquí y encontrarán el cofre y las tablillas, y sabrán todo lo que yo te he dictado a ti; y que el relato veraz de los Principios, los Tiempos Previos, los Tiempos de Antaño y la Gran Calamidad será conocido en lo sucesivo como Las Palabras del Señor Enki. Y habrá un Libro de Testimonios del pasado, y un Libro de dicciones del futuro, pues el futuro en el pasado se halla, y lo primero también será lo último.

Y hubo una pausa, y tomé las tablillas y las puse una a una en el orden correcto dentro del cofre. Y el cofre estaba hecho de madera de acacia con incrustaciones de oro en el exterior.

Y la voz de mi señor dijo: Ahora, cierra la tapa del cofre y fija el cierre. E hice como se me indicó.

Y hubo otra pausa, y mi señor Enki dijo: Y en cuanto a ti, Endubsar, con un gran dios has hablado y, aunque no me has visto, en mi presencia has estado. Por tanto, estás bendecido, y serás mi portavoz ante el pueblo. Los amonestarás para que sean justos, pues en ello estriba una buena y larga vida. Y los confortarás, pues en el plazo de setenta años se reconstruirán las ciudades y las cosechas volverán a crecer. Habrá paz, pero también habrá guerras. Nuevas naciones se harán poderosas, reinos se elevarán y caerán. Los dioses de antaño se apartarán, y nuevos dioses decretarán los hados. Pero al final de los días prevalecerá el destino, y ese futuro se predice en mis palabras acerca del pasado. De todo ello, Endubsar, a la gente le hablarás.

Y hubo una pausa y un silencio. Y yo, Endubsar, me postré en el suelo y dije: Pero, ¿cómo sabré qué decir?

Y la voz del señor Enki dijo: Habrá señales en los cielos, y las palabras que tengas que pronunciar vendrán a ti en sueños y en visiones. Y, después de ti, habrá otros profetas escogidos. Y al final, habrá una Nueva Tierra y un Nuevo Cielo, y ya no habrá más necesidad de profetas.

Y, entonces, se hizo el silencio, y las auras se extinguieron, y el espíritu me dejó. Y cuando recobré los sentidos, estaba en los campos de los alrededores de Eridú.

Sello de Endubsar, escriba maestro

La historia narrada por las Tablillas: la guerra de los dioses y Abraham

Los teólogos reconocen a regañadientes en la actualidad, que los relatos bíblicos sobre Adán y Eva, el Jardín del Edén, el Diluvio o de la Torre de Babel se basaron en textos escritos milenios antes en Mesopotamia, en especial por los escritos en sumeria. Y éstos, afirman con claridad que obtuvieron el conocimiento de lo acontecido en el pasado, de una época anterior al comienzo de las civilizaciones, incluso anterior al nacimiento de la humanidad: de los escritos de los Anunnaki (Aquellos Que del Cielo a la Tierra Vinieron), los "dioses" de la antigüedad.

Luego de siglo y medio de descubrimientos arqueológicos, en las ruinas de las civilizaciones de Oriente Próximo, se descubrió gran número de tablillas, que revelan la existencia de numerosos libros perdidos. Estos estan mencionados en las tablillas descubiertas, o se infieren a partir de ellos, o se conoce de su existencia por haber sido catalogado en las bibliotecas reales y en la de los templos.

Parte de los "secretos de los dioses" son revelados en los relatos épicos, como la Epopeya de Gilgamesh, que narra el debate entre los dioses, para tomar la decisión de eliminar la humanidad con el Diluvio. El texto titulado Atra Hasis, recuerda el motín de los Anunnaki que trabajaban en las minas de oro, que motivo una propuesta: la creación de los Trabajadores Primitivos, los humanos cuyo destino sería servir a los dioses. Las composiciones, dictadas a un escriba, titulado La Epopeya de Erra, en el que uno de los dos dioses, desencadena la catástrofe nuclear e intenta inculpar a su adversario. En otras escribe el mismo dios, como ocurre con el Libro de los Secretos de Thot (el dios egipcio del conocimiento), que oculto en una cámara subterránea. La Biblia, también narra que Yahveh le dio los Mandamientos a su pueblo elegido, y lo escribió con su propia mano en dos tablas de piedra, que entregó a Moisés en el Monte Sinaí, después Moisés arrojara y rompe estas tablas como respuesta al incidente del becerro de oro; también habla de tablas escritas por Moisés, mientras permaneció en el monte durante cuarenta días y cuarenta noches, tomando el dictado de las palabras de Yahveh.

En un papiro de la época del faraón egipcio Khufu (Keops) se menciona al Libro de los Secretos de Thot, de no haberse conocido esto, no se sabría la existencia de ese libro. Lo mismo ocurre con las narraciones bíblicas del Éxodo y el Deuteronomio, sin las cuales nunca habríamos conocido de la existencia de las tablas divinas ni de su contenido. Son parte de la colección de libros perdidos, cuya existencia no habría salido a la luz, sino se hubieran mencionado en otros.

La Biblia menciona el Libro de las Guerras de Yahveh y del Libro de Jasher (el "Libro del Justo"). Tambien del libro del Toledoth de Adán, traducido el término Toledoth, significa "generaciones", pero es mas preciso el "registro histórico o genealógico". A lo largo de milenios, sobrevivio versiones parciales del Libro de Adán y Eva en armenio, eslavo, siriaco y etíope; el Libro de Henoc (libro apócrifo que no se incluye en la Biblia canónica), que tiene fragmentos, de un libro mucho más antiguo, el Libro de Noé, dicen los expertos.

La historia cuenta que se perdieron los libros de la famosa Biblioteca de Alejandría, en Egipto. Fundada por el general Tolomeo tras la muerte de Alejandro[10]en el 323 a.C., que contenía más de medio millón de "volúmenes", de libros escritos en diversos materiales (arcilla, piedra, papiro, pergamino). Era la gran biblioteca, donde los eruditos se reunían para estudiar el conocimiento acumulado de la humanidad, se quemó y fue destruida en las guerras entre el 48 a.C., y la conquista árabe, en el 642 d.C. Entre sus tesoros quedo una traducción al griego de los cinco primeros libros de la Biblia hebrea, y fragmentos de los escritos de algunos de los eruditos residentes de la biblioteca.

El segundo rey Tolomeo comisionó, hacia el 270 a.C., al sacerdote egipcio que los griegos llamaron Manetón, que recopilara la historia y la prehistoria de Egipto. Al principio, escribió Manetón, sólo los dioses remaron allí; luego, los semidioses y, finalmente, hacia el 3,100 a.C., comenzaron las dinastías faraónicas. Escribió que los reinados divinos comenzaron diez mil años antes del Diluvio y se prolongaron durante miles de años, presenciándose en el último período batallas y guerras entre los dioses.

En los dominios asiáticos de Alejandro, hubo empeño similar por proporcionar a los sabios griegos un registro de los acontecimientos del pasado.

El sacerdote Beroso, del dios babilónio Marduk, con acceso a las bibliotecas de tablillas, cuyo centro era la biblioteca del templo de Jarán (ahora en el sudeste de Turquía), escribió la historia de dioses y hombres en tres volúmenes que comenzaba 432,000 años antes del Diluvio, cuando los dioses llegaron a la Tierra desde los cielos.

En su lista figuran nombres y la duración de los reinados de los diez primeros comandantes anunnaki, Beroso decía que el primer líder, vestido como un pez, llegó a la costa desde el mar. Era el que dió la civilización a la Humanidad, y su nombre pasado al griego, era Oannes.

Encajan muchos detalles, de Beroso y Maneton, que relata de dioses del cielo que llegaron a la Tierra, en un tiempo en que sólo los dioses reinaban en la Tierra antes del catastrófico Diluvio.

En los trozos y fragmentos conservados (en escritos contemporáneos) de los tres volúmenes, Beroso da cuenta específica de la existencia de escritos anteriores a la Gran Inundación, tablillas de piedra que se ocultaron para salvaguardarlas en una antigua ciudad llamada Sippar, una de las ciudades originales que fundaran los antiguos dioses.

Aunque Sippar fue arrasada por el Diluvio, al igual que el resto de las ciudades antediluvianas de los dioses, apareció una referencia a los escritos en los documentos del rey asirio Assurbanipal (668-633 a.C.). Cuando, a mediados del siglo XIX, los arqueólogos descubrieron la antigua capital asiría de Nínive (hasta entonces, conocida sólo por el Antiguo Testamento), hallaron en las ruinas del palacio de Assurbanipal una biblioteca con los restos de alrededor de 25,000 tablillas de arcilla escritas. Coleccionista asiduo de "textos antiguos", Assurbanipal hacía alarde de ello: "El dios de los escribas me ha concedido el don del conocimiento de su arte; he sido iniciado en los secretos de la escritura; incluso puedo leer las intrincadas tablillas en sumerio; entiendo las palabras enigmáticas cinceladas en la piedra de los días anteriores a la Inundación".

La civilización sumeria floreció en el actual Iraq, casi un milenio antes de los inicios de la época faraónica en Egipto, y ambas serían seguidas por la civilización del Valle del Indo, en el subcontinente indio. Los sumeríos fueron los primeros en plasmar por escrito, los relatos de dioses y hombres, de los cuales todos los demás pueblos, incluido los hebreos, obtuvieron relatos de la Creación de Adán y Eva, Caín y Abel, el Diluvio y la Torre de Babel; de las guerras y los amores de los dioses, como se reflejan en los escritos y los recuerdos de los griegos, los hititas, los cananeos, los persas y los indoeuropeos. Todos estos antiguos escritos, atestiguan que sus fuentes fueron aún más antiguas; algunas descubiertas y muchas se perdieron.

Decenas de miles de tablillas de arcilla fueron descubiertos en las ruinas del Oriente Próximo, registros de la vida cotidiana, acuerdos comerciales, salarios de los trabajadores, o registros matrimoniales. Otros, principalmente de las bibliotecas palaciegas, conforman los registros Reales; los descubiertos en las ruinas de las bibliotecas de los templos o en las escuelas de escribas, conforman el grupo de textos canónicos, de literatura sagrada, que se escribieron en lengua sumeria y se tradujeron después al acadio (la primera lengua semita) y, más tarde, a otras lenguas de la antigüedad. Estos escritos primitivos, que se remontan a casi seis mil años, hacen referencia a libros que se han perdido (textos escritos en tablillas de piedra).

Entre los hallazgos de estas bibliotecas, encontraron prismas de arcilla, donde aparece información de diez soberanos antediluvianos y de sus 432,000 años de reinado, información que mencionaba Beroso, y que es conocida como la Lista de los Reyes Sumerios (exhibida en el Museo Ashmolean de Oxford, Inglaterra), sus distintas versiones no dejan duda de que los compiladores sumerios tuvieron acceso a material común o canónico de textos primitivos, junto con otros textos, igualmente antiquísimos, descubiertos en diversos estados de conservación. Estos textos sugieren inequívocamente, que el cronista original de la llegada, así como de los acontecimientos que la precedieron y le siguieron, es de uno de aquellos líderes, un participante clave, un testigo presencial, un anunnaki.

Ese testigo que estuvo presente y participo en los hechos, amerizo con el primer grupo de astronautas anunnaki. Su nombre-epíteto era E.A., "Aquel Cuyo Hogar Es Agua", que sufrió la amarga decepción de que el mando de la Misión Tierra se le diera a su hermanastro y rival EN.LIL ("Señor del Mandato"), una humillación que no quedaría mitigada con la concesión del título de EN.KI, "Señor de la Tierra". Relegado de las ciudades de los dioses y de su espaciopuerto en el E.DIN (Edén), fue enviado para supervisar la extracción de oro en el AB.ZU (África sudoriental). Ea/Enki era, un gran científico, que descubrió a los homínidos que habitaban el Africa. Y, de este modo, cuando se amotinaron y dijeron "¡Ya basta!", los Anunnaki que trabajaban en las minas de oro, fue él que pensó que la mano de obra que necesitaban se podía conseguir adelantándo la evolución genética de los homínidos existentes; y así apareció el Adam (literalmente, "El de la Tierra", el Terrestre). Como híbrido que era, el Adam no podía procrear; pero los acontecimientos de los que hace eco el relato bíblico de Adán y Eva en el Jardín del Edén, dan cuenta de una segunda manipulación genética de Enki, que añadió los genes cromosómicos extras necesarios para la procreación.

Cuando la Humanidad prolifero, resultó incomodo a lo que tenían previsto los anunnakis. Fue él, Enki, que desobedeció el plan de su hermano Enlil, dejar que la Humanidad perezca en el Diluvio, acontecimiento en que el héroe humano recibió el nombre de Noé en la Biblia, y Ziusudra en el texto sumerio original, más antiguo.

Ea/Enki era el primogénito de Anu, soberano de Nibiru, y como tal, versado en el pasado de su planeta (Nibiru) y de sus habitantes. Científico competente, legó los aspectos más importantes de los conocimientos avanzados de los Anunnaki a sus dos hijos, Marduk y Nin-gishzidda (que, como dioses egipcios, eran conocidos allí como Ra y Thot respectivamente).

También jugó un papel trascendental al compartir con la humanidad ciertos aspectos de tan avanzados conocimientos, enseñándoles a individuos seleccionados los "secretos de los dioses".

En dos ocasiones, estos iniciados plasmaron por escrito (tal como se les indicó que hicieran) aquellas enseñanzas divinas como legado de la humanidad. Uno de ellos, llamado Adapa, y probablemente hijo de Enki con una hembra humana, es conocido por haber escrito un libro titulado Escritos referentes al Tiempo, uno de los libros más antiguos que se perdió. El otro, llamado Enmeduranki, fue con toda probabilidad el prototipo del Henoc bíblico, aquel que fue elevado al cielo después de confiar a sus hijos el libro de los secretos divinos, y del cual posiblemente sobrevivio una versión en el extrabíblico Libro de Henoch que genera opiniones muy diversas.

A pesar de ser el primogénito de Anu, Enki no estaba destinado a ser el sucesor de su padre en el trono de Nibiru. Complejas normas sucesorias, reflejo de la convulsa historia de los nibiruanos, daban ese privilegio a su hermanastro Enlil. En el esfuerzo por resolver este agrio conflicto, Enki y Enlil terminaron en una misión en un planeta extraño -la Tierra-, cuyo oro necesitaban para crear un escudo que preservara la cada vez más tenue atmósfera de Nibiru. Fue en este marco, que se complicaba más con la presencia en la Tierra de su hermanastra Ninharsag (El oficial médico jefe de los Anunnaki), cuando Enki decide desafiar los planes de Enlil de hacer que la Humanidad pereciera en el Diluvio.

El conflicto entre ambos hermanastros, afecto a sus hijos y nietos; y el hecho de que todos ellos, y especialmente los nacidos en la Tierra, perdían longevidad, que el amplio período orbital de Nibiru les proporcionaba, incrementó más las angustias personales y agudizó las ambiciones. Todo esto culminó en el último siglo del tercer milenio a.C., cuando Marduk, primogénito de Enki con su esposa oficial, proclamó que él, y no el primogénito de Enlil, Ninurta, debía heredar la Tierra. Este amargo conflicto, desarrollo una serie de guerras, que concluyo con la utilización de armas nucleares, que afecto a toda la civilización sumeria, resultado que no habían planificado.

La iniciación de individuos escogidos en los "secretos de los dioses" dió el inicio del Sacerdocio, el linaje de mediadores entre los dioses y el pueblo, los transmisores de la Palabra Divina a los mortales terrestres. Los oráculos (interpretes de los pronunciamientos divinos) se mezclaban con la observación de los cielos en busca de augurios. Y a medida que la Humanidad fué arrastrada a tomar parte en los conflictos de los dioses, la Profecía comenzó a jugar su papel.

Nabih[11]era el epíteto de Nabu, hijo primogénito de Marduk, que en nombre de su padre exiliado, intentó convencer a la Humanidad de que los signos celestes indicaban la inminente supremacía de Marduk.

Esto llevó a la necesidad de diferenciar "Suerte y Destino". Las promulgaciones de Enlil, y de Anu, que habían sido incuestionables, se veían sujetas ahora al examen de la diferencia entre NAM (el Destino, como las órbitas planetarias, cuyo curso está determinado y no se puede cambiar) y NAM.TAR, literalmente, el destino, que puede ser torcido, roto, cambiado (que era la Suerte o el Hado). Revisando y rememorando la secuencia de los acontecimientos, y el paralelismo aparente entre lo que había sucedido en Nibiru y lo que ocurria en la Tierra, Enki y Enlil comenzaron a ponderar filosóficamente, lo que ciertamente, estaba destinado y no se podía evitar, y el hado que venía como consecuencia de decisiones acertadas o equivocadas del libre albedrio y que no se podían predecir. Las primeras se podían anticipar (especialmente, si eran cíclicas, como las órbitas planetarias) originando sentencias: Lo que fue, volvería a ser. Lo Primero también sera lo Último.

Las consecuencias climáticas y atmosfericas de la destrucción nuclear, de la radiactividad atómica, agudizaron el examen de conciencia entre los líderes de los Anunnaki que llevaron a la necesidad de explicar a las devastadas masas humanas, por qué había ocurrido aquello. ¿Había sido cosa del destino, o había sido el resultado de un error de los Anunnaki? ¿Había algún responsable, alguien que tuviera que rendir cuentas?

En la reunion de los Anunnaki, en víspera de la calamidad, fue Enki el único que se opuso a la utilización de las armas prohibidas. De ahí la importancia que tuvo para Enki, explicar a los supervivientes qué había sucedido en la guerra de los extraterrestres, que a pesar de sus buenas intenciones, había terminado siendo tan destructores. ¿Y quién, sino Ea/Enki, que había sido el primero en llegar y presenciar todo, era el más indicado para relatar el Pasado, con el fin de poder adivinar el Futuro? Y la mejor forma de relatar, era en un informe, escrito en primera persona por el mismo Enki.

Cierto es que hizo una autobiografía, que se deduce por ser un largo texto (se extiende al menos en doce tablillas), descubierto en la biblioteca de Nippur, donde Enki se cita diciendo: Cuando llegué a la Tierra, había mucho inundado. Cuando llegué a sus verdes praderas, montículos y cerros se levantaron a mis órdenes. En un lugar puro construí mi hogar, un nombre adecuado le di. Este largo texto continúa y dice que Ea/Enki asignó tareas a sus lugartenientes, poniendo en marcha su Misión en la Tierra.

Otros textos, relatan diversos aspectos del papel de Enki en los acontecimientos que siguieron, hay una cosmogonía, una Epopeya de la Creación, en cuyo núcleo se halla el texto de Enki, que los expertos llaman La Génesis de Eridú. En el, se incluye descripciones detalladas del diseño del Adán, y cuenta cómo otros Anunnaki, varón y hembra, llegaron hasta Enki, a su ciudad Eridú para obtener de él el ME, una especie de disco de datos donde se hallaban codificados todos los aspectos de la civilización; también hay textos de la vida privada y problemas personales de Enki, como el relato de sus intentos para tener un hijo con su hermanastra Ninharsag, sus promiscuas relaciones tanto con diosas como con las Hijas del Hombre y las imprevistas consecuencias que se derivaron de todo ello. El texto del Atra Hasis arroja luz sobre los esfuerzos de Anu por prevenir un estallido de la rivalidad entre Enki y Enlil, al dividir los dominios de la Tierra entre ellos; los textos registran acontecimientos que precedieron al Diluvio, reflejan casi palabra por palabra los debates del Consejo de los Dioses sobre la suerte de la Humanidad y el subterfugio de Enki conocido como el relato de Noé y el arca, relato conocido sólo por la Biblia, hasta que se encontró una version origina mesopotámicas en las tablillas de la Epopeya de Gilgamesh.


Largo sería detallar otras tablillas, donde la participación de Enki y Enlil siempre en conflicto, afecto a sus descendientes, que llego al uso de potentes armas nucleares, que en párrafos anteriores narramos, la versión escrita en la biblia, donde el Patriarca Abraham tiene una importante participación como líder religioso, pero en las tablillas sumerias el personaje llamado Ibru-Um, hijo de Tirhu es un guerrero que lucha a ordenes de Enlil.

Abraham y su padre Teraj mencionados en la biblia, eran ciudadanos nacidos en sumeria como ya hemos indicado antes y como tal están reflejados también en las tablillas.

Hemos dejado para el final la Decimotercera y Decimocuarta Tablilla del Libro Perdido de Enki, con la premeditada intención de no trastocar la fe religiosa. Nuestra intención es enriquecer con otras fuentes el entorno y lo que aconteció en esos haciagos días, cuyo eco afectan a la humanidad desde entonces.

Decimotercera tablilla

En la Tercera Región, la Humanidad Civilizada no floreció del todo; Inanna desatendió lo que se le había confiado; en su corazón, codiciaba otros dominios, no los que se le habían concedido. Cuando, en la cuenta de mil años, se le retiró la realeza a Unug-ki, ¿quién hubiera previsto la calamidad que iba a acontecer al final del siguiente milenio, quién hubiera prevenido el desastre?

¿Quién podía predecir que, en menos de un tercio de Shar, iba a caer una calamidad desconocida?

Inanna daría inicio al amargo fin; Marduk, como Ra, se enmarañaría con el Destino; ¡Ninurta y Nergal liberarían con sus propias manos el indecible final!

¿Por qué Inanna no se quedó satisfecha con los dominios que se le habían concedido? ¿Por qué siguió sin perdonar a Marduk?

Viajando entre Unug-ki y Aratta, Inanna no se sentía gratificada, estaba inquieta; todavía lloraba a su amado Dumuzi, su deseo de amor seguía sin apagarse.

Cuando volaba, veía la imagen trémula de Dumuzi llamándola en los rayos del Sol, por la noche, se le aparecía en visiones-sueños; ¡Volveré!, le decía.

Él le prometía las glorias de sus dominios en la Tierra de los Dos Estrechos.

En el recinto sagrado de Unug-ki, Inanna estableció una Casa para el Placer Nocturno.

A este Gigunu atraía con engaños y dulces palabras a los jóvenes héroes en la de sus bodas: les prometía larga vida y un dichoso futuro; ella imaginaba que su amante era Dumuzi.

A la mañana siguiente, a todos se les encontraba muertos en la cama de Inanna. ¡Fue entonces cuando el héroe Banda, al que se le había dado por muerto, regresó a Unug-ki vivo! Banda había regresado de entre los muertos por gracia de Utu, de cuya simiente era.

¡Milagro! ¡Milagro!, gritó Inanna excitada. ¡Mi amado Dumuzi vuelve a mí! En la morada de Inanna se bañó a Banda, con una faja se le sujetó un manto con flecos. ¡Dumuzi, amado mío!, le llamó. Lo atrajo hasta su lecho, engalanado con flores. A la mañana siguiente, cuando vio que Banda estaba vivo, Inanna gritó alborozada:

¡Se ha puesto en mis manos el poder de no morir, a través mío se ha concedido la inmortalidad!

Después, Inanna decidió llamarse a sí misma diosa, implicaba el Poder de la Inmortalidad. : Nannar y Ningal, los padres de Inanna, no estaban complacidos con su proclamación; Enlil y Ninurta quedaron desconcertados con las palabras de Inanna; Utu, su hermano, quedó pensativo; ¡No es posible revivir a los muertos!, se dijeron entre sí Enki y Ninharsag. En las tierras de Ki-Engi, el pueblo alababa la buena fortuna que tenían: ¡Los dioses están entre nosotros, ellos pueden abolir la muerte! Así se decían unos a otros entre el pueblo. Banda sucedió a su padre Enmerkar en el trono de Unug-ki; Lugal, Hombre Grande, fue su título.

La diosa Ninsun, de la simiente de Enlil, le tomó para que fuera su esposo, el héroe Gilgamesh, hijo de ambos, Banda siguió a Lugal-Banda en el trono de Unug-ki. A medida que pasaban los años y Gilgamesh se hacía mayor, él le hablaba a su madre Ninsun de la vida y la muerte, se preguntaba sobre la muerte de sus antepasados, a pesar de ser descendientes de los Anunnaki. ¿Los dioses mueren?, le preguntó a su madre. ¿También yo, aún siendo en dos terceras partes divino, treparé el muro como un mortal?, le preguntaba a ella.

¡Mientras vivas en la Tierra, la muerte de un Terrestre te arrollará!, le decía Ninsun a su hijo.

¡Pero si se te lleva a Nibiru, lograrás allí una larga vida! Ninsun le pidió a Utu, el comandante, que se llevara a Gilgamesh a Nibiru, Incesantemente se lo pidió Ninsun a Utu, un día tras otro se lo rogó: ¡Que vaya Gilgamesh al Lugar de Aterrizaje!, accedió al fin Utu.

Para guiarle y protegerle, Ninharsag elaboró un doble de Gilgamesh.

Enkidu, Como por Enki Creado, se le llamó, no era nacido de vientre, no tenía sangre en sus venas.

Gilgames viajó con su camarada Enkidu hasta el Lugar de Aterrizaje, Utu supervisó su progreso con oráculos; en la entrada del bosque de cedros, un monstruo que escupía fuego les bloqueó el camino.

Con trucos consiguieron confundir al monstruo, lo rompieron en pedazos. Cuando encontraron la entrada secreta a los túneles de los Anunnaki, les desafió el Toro del Cielo, una criatura de Enlil de resoplidos mortales.

El monstruo les persiguió hasta las puertas de Unug-ki; Enkidu lo derrotó ante las murallas de la ciudad.

Cuando Enlil oyó esto, lloró en su angustia; sus lamentos se escucharon en los cielos de Anu; pues en su corazón sabía Enlil: ¡Realmente malo era el augurio!

Enkidu fue castigado a perecer en las aguas por haber dado muerte al Toro del Cielo; Gilgamesh, por haber sido instruido por Ninsun y Utu, fue absuelto del crimen.

Buscando todavía la larga vida de Nibiru, Utu le permitió a Gilgamesh que entrara en el Lugar de los Carros.

Después de muchas aventuras alcanzó la Tierra de Tilmun, la Cuarta Región; entró en sus túneles subterráneos, ¡en un jardín de piedras preciosas se encontró con Ziusudra!

Ziusudra le relató a Gilgamesh los acontecimientos del Diluvio, le reveló el secreto de la larga vida:

¡En el manantial del jardín crecía una planta que impedía que envejecieran Ziusudra y su esposa!

Era única entre todas las plantas de la Tierra; un hombre en su pleno vigor la puede recoger, ¡el Hombre en su Ancianidad Es Joven de Nuevo! Ése es el nombre de la planta, le dijo Ziusudra a Gilgamesh. ¡Un regalo de Enki, con la bendición de Enlil, se nos concedió en el Monte de la Salvación!

Cuando Ziusudra y su esposa estaban durmiendo, Gilgamesh se ató piedras a los pies. Se sumergió en el manantial, tomó y arrancó la planta de Ser Joven de

Nuevo.

Con la planta en su bolsa, atravesó precipitadamente los túneles, se encaminó hacia Unug-ki. Cuando estuvo cansado, se durmió; y una serpiente se vio atraída por la fragancia de la planta. La planta hizo que la serpiente se aprovechara de que Gilgamesh estaba dormido; con la planta se desvaneció. A la mañana siguiente, al descubrir su pérdida, Gilgamesh se sentó y se echó a llorar.

Volvió a Unug-ki con las manos vacías, allí murió como un mortal. Después de Gilgamesh reinaron siete reyes más en Urug-ki; luego, su realeza tocó a su fin; ¡Fue exactamente cuando se completó la cuenta de mil años de la Tierra! La realeza de la Primera Región se transfirió a Urim, la ciudad de Nannar y Ningal. Marduk tenía muy en cuenta todos los asuntos de lo que acontecía en las otras Regiones. Ra estaba inquieto con los sueños y las visiones de Inanna que aludían a los dominios de Dumuzi.

Estaba decidido a contrarrestar los planes de expansión de Inanna; encontró mucho que ponderar en cuestiones de resurrección e inmortalidad. Le resultaba enormemente atractivo el pensamiento de la divinidad, ¡de modo que se anunció a sí mismo como un gran dios! Ra se enfureció por lo que se le había permitido a Gilgamesh, en buena medida un Terrestre, pero estimó un camino más hábil con el cual conservar la lealtad de los reyes y del pueblo:

¡Si a los semidioses se les muestra el pórtico hacia la inmortalidad, que se le aplique a los reyes de mi región!

Así se dijo Marduk, conocido con el nombre de Ra en la Segunda Región: ¡Que los reyes de mi Región que sean descendientes de Neteru, viajen a Nibiru en la Otra Vida!

Esto decretó Ra en su reino. Les enseñó a los reyes a construir tumbas orientadas al este, les dictó un largo libro a los escribas-sacerdotes, en él se describía con detalle el viaje a la Otra Vida.

En el libro se contaba cómo llegar al Duat, el Lugar de los Barcos Celestiales, cómo, desde allí, por medio de una Escalera al Cielo, viajar hasta el Planeta Imperecedero, de la Planta de la Vida comer, beber hasta la saciedad de las Aguas de la Juventud.

Ra les habló a los sacerdotes de la llegada de los dioses a la Tierra, ¡El oro es el esplendor de la vida!, les dijo. ¡Es la carne de los dioses!, dijo Ra a los reyes.

Dio instrucciones a los reyes para hacer expediciones al Abzu y a los Dominios Inferiores para obtener oro.

Cuando los reyes de Ra conquistaron por la fuerza de las armas tierras que no eran suyas, invadió los reinos de sus hermanos, hizo nacer y crecer en ellos la ira:

¿Qué está tramando Marduk, se preguntaban los hermanos entre sí, que viene a pisotearnos?

Apelaron a su padre Enki; a Ptah, su padre, Ra no escuchó.

Ra ordenó a los reyes de Magan y Meluhha que capturaran todas las tierras adyacentes, el plan de su corazón era ser el señor de las Cuatro Regiones.

¡La Tierra es mía, para que la gobierne! Así, inflexiblemente, le habló a sü padre.

Viene ahora el relato de cómo Marduk declaró su propia supremacía y construyó Babili, y de cómo Inanna, al mando de reyes guerreros, hizo correr la sangre y permitió sacrilegios. Después de que se transfiriera la realeza desde Unug-ki a Urim, Nannar y Ningal sonrieron sobre el pueblo. Como correspondía a su Rango de Treinta, a Nannar se le adoraba como dios de la Luna; decretó doce festividades cada año, al igual que el número de meses de la

Luna en un año, a cada uno de los doce grandes Anunnaki se le dedicó un mes y su festividad. Por toda la Primera Región, a los dioses Anunnaki, mayores y menores, se les construyeron santuarios y lugares de culto, el pueblo podía orar directamente a sus dioses. En la Primera Región, la civilización de Ki-Engi se difundió a las tierras vecinas, en las Ciudades del Hombre se designó a los gobernantes locales como Pastores Justos; artesanos y granjeros, pastores y tejedores, intercambiaban sus productos por todas partes, se decretaron leyes de justicia, se honraron contratos de comercio, de desposorios y de divorcio.

En las escuelas, los jóvenes estudiaban, los escribas tomaban nota de himnos, proverbios y sabiduría.

Había abundancia y felicidad en las tierras; también había disputas y usurpaciones.

Mientras tanto, Inanna vagaba con su nave celeste de tierra en tierra; cerca del Mar Superior retozaba con Utu.

Fue a los dominios de su tío Ishkur, Dudu, Amado, le llamaba. Inanna le tomó cariño a las gentes que vivían en la llanura superior de los dos ríos; le resultaba agradable el sonido de su lengua, aprendió a hablar su lenguaje.

Ellos la llamaban por el nombre del planeta Lahamu en su lengua, Ishtar, a su ciudad, Unug-ki, le llamaron Uruk; Dudu, como Adad, pronunciaban en su lenguaje.

Sin, Señor de los Oráculos, llamaron a su padre, Nannar; a la ciudad Urim la llamaron Ur.

Shamash, Sol Brillante, llamaron a Utu en su lengua, a él también le adoraban.

A Enlil, le llamaban Padre Elil, Nibru-ki era para ellos Nippur; Ki-Engi, Tierra de los Vigilantes Nobles, fue llamada en su lenguaje Sumer. En Sumer, la Primera Región, la realeza rotaba entre las ciudades; en la Segunda Región, Ra no permitía la diversidad, él deseaba reinar solo. ¡El mayor del Cielo, primogénito que está en la Tierra! Así quería que se le conociera entre los sacerdotes.

¡El principal desde los primeros tiempos! Así decretó que se le llamara en los himnos; señor de la eternidad, el que ha hecho la eternidad, que preside sobre todos los dioses, ¡Aquél que no tiene igual, el gran solitario y único!

Así se situaba a sí mismo Marduk, como Ra, por encima de todos los demás dioses, por sí mismo se asignaba sus poderes y atributos:

Soy como Enlil en cuanto a señorío y decretos, como Ninurta en la azada y el combate; como Adad por el rayo y el trueno, como Nannar por iluminar la noche; como Utu soy Shamash, como Nergal reino sobre el Mundo Inferior; como Gibil, conozco las profundidades doradas, de donde cobre y plata vienen; como Ningishzidda mando sobre los números y su cuenta, ¡los cielos hablan de mi gloria!

Los líderes Anunnaki se alarmaron enormemente con estas proclamas, los hermanos de Marduk hablaron con su padre Enki, Nergal le transmitió a Ninurta sus preocupaciones.

¿Qué es lo que te pasa?, dijo Enki a su hijo Marduk. ¡Inauditas son tus pretensiones!

¡Los cielos, los cielos hablan de mi supremacía!, le respondió Marduk a su padre Enki.

El Toro del Cielo, signo de la constelación de Enlil, ha sido muerto por su propio descendiente, en los cielos, la Era del Carnero, mi era, está llegando, ¡los augurios son inequívocos!

En su morada, en Eridú, Enki examinó el círculo de las doce constelaciones, en el primer día de la primavera, el comienzo del año, se observó atentamente el amanecer; aquel día se elevó el sol en las estrellas de la constelación del Toro. En Nibru-ki y en Urim, Enlil y Nannar hicieron las observaciones, en el Mundo Inferior, donde había estado la Estación de Instrumentos, Nergal atestiguó los resultados: ¡El tiempo del Carnero todavía es remoto, sigue siendo la Era del Toro de Enlil! En sus dominios, Marduk no se ablandaba en sus afirmaciones. Nabu le ayudó, no envió a sus emisarios a los dominios, para anunciar a la gente que su tiempo había llegado. Los líderes Anunnaki apelaron a Ningishzidda, cómo enseñar al pueblo a observar los cielos. En su sabiduría, Ningishzidda diseñó estructuras de piedra, Ninurta e Ishkur le ayudaron a erigirlas.

En las tierras pobladas, cerca y lejos, le enseñaron a la gente cómo observar los cielos, le mostraron a la gente que el sol seguía saliendo en la Constelación del

Toro. Enki observaba con pesar estos acontecimientos, valoraba de qué forma el

Hado le estaba dando un giro imprevisto al orden legítimo: ¡Después de declararse a sí mismos dioses, los Anunnaki se han hecho dependientes del apoyo de la Humanidad! En la Primera Región, los Anunnaki decidieron unificar las tierras bajo un único líder, deseaban un rey guerrero. Se le confió a Inanna, la adversaria de Marduk, la tarea de encontrar al hombre adecuado. Inanna le indicó a Enlil a un hombre fuerte al cual había conocido y amado en sus viajes, Arbakad, comandante de cuatro guarniciones, era su padre, su madre era una suma sacerdotisa.

Enlil le dio cetro y corona, Sharru-kin, Regente Justo, le designó Enlil. Como una vez se hiciera en Nibiru, se fundó una nueva ciudad corona para unificar las tierras, Agadé, la Ciudad Unificada, la llamaron, no lejos de Kishi estaba ubicada.

Enlil le dio poderes a Sharru-kin; Inanna acompañaba a sus guerreros con armas de brillantez.

Todas las tierras, desde el Mar Inferior hasta el Mar Superior, rindieron obediencia a su trono, sus tropas se estacionaron en los límites de la Cuarta Región, para protegerla.

Con ojo cauto observaba Ra, sin pestañear, a Inanna y a Sharru-kin; después, como un halcón, se abalanzó sobre su presa: desde el lugar donde Marduk había pretendido construir la torre que alcanzara el cielo, Sharru-kin se llevó suelo sagrado de allí a Agadé, para implantar en él el Objeto Brillante Celestial.

Enfurecido, Marduk se abalanzó sobre la Primera Región, con Nabu y sus seguidores llegaron al lugar de la torre.

¡Del suelo sagrado soy el único poseedor, por mí se establecerá un pórtico de los dioses!

Así, vehementemente, anunció Marduk, dio instrucciones a sus seguidores para que desviaran el río.

Levantaron diques y murallas en el Lugar de la Torre, construyeron el Esagil, Casa para el Dios Supremo; Babili, el Pórtico de los Dioses, la llamó Nabu en honor a su padre, ¡Marduk se había establecido en el corazón del Edin, en medio de la Primera Región!

La furia de Inanna no tuvo límites; con sus armas infligió la muerte a los seguidores de Marduk.

La sangre del pueblo, como nunca antes en la Tierra, corría como ríos.

Hasta su hermano Marduk, llegó Nergal a Babili, para persuadirle de que abandonara Babili por el bien del pueblo:

¡Esperemos pacíficamente las verdaderas señales del cielo!, le dijo Nergal a su hermano.

Marduk aceptó partir, viajo de tierra en tierra para observar los cielos, Amun, el Invisible, se le llamó a Ra a partir de entonces en la Segunda Región.

Durante un tiempo se aplacó Inanna, dos hijos de Sharru-kin fueron sus pacíficos sucesores.

Después, ascendió al trono de Agadé el nieto de Sharru-kin; Naram-Sin, Amado por Sin, se le llamó.

En la Primera Región, Enlil y Ninurta estaban ausentes, habían ido a las tierras de más allá de los océanos; en la Segunda Región, Ra no estaba, viajaba como Marduk por otras tierras; Inanna vio la oportunidad en sus manos para hacerse con todos los poderes, le ordenó a Naram-Sin que se apoderara de todas las tierras.

Dio instrucciones a Naram-Sin para que marchara contra Magan y Me-luhha, dominios de Marduk.

Naram-Sin cometió el sacrilegio de cruzar la Cuarta Región con un ejército de Terrestres, invadió Magan, intentó entrar en el sellado Ekur, Casa Que Como una Montaña Es.

Enlil se enfureció con sus sacrilegios y sus transgresiones; lanzó una maldición contra Naram-Sin y Agadé:

Naram-Sin murió por la picadura de un escorpión, por mandato de Enlil fue aniquilada Agadé.

Esto sucedió en la cuenta de mil quinientos años de la Tierra.

Viene ahora el relato de la profecía de Galzu a Enlil, dada en una visión; trataba de la supremacía de Marduk, de cómo elegir a un hombre para sobrevivir a una calamidad.

Después que Marduk se convirtiera en Amun, se desintegró la realeza en la Segunda Región, reinaron el desorden y la confusión; Después de que Agadé fuera aniquilada, en la Primera Región reinaron el desorden y la confusión.

En la Primera Región, la realeza estaba sumida en el desconcierto, se trasladaban de las Ciudades de los Dioses a las Ciudades del Hombre, Unug-ki, Lagash, Urim y Kish, Isin y lugares más lejanos, la realeza fue cambiando.

Después, Enlil, tras consultar con Anu, depositó la realeza en manos de Nannar; por tercera vez se concedió la realeza a Urim, en cuyo suelo seguía implantado el divino Objeto Brillante Celestial.

En Urim, Nannar designó como rey a un Pastor Justo de hombres, su nombre era Ur-Nammu.

Ur-Nammu estableció la igualdad en las tierras, hizo poner fin a la violencia y los conflictos, en todas las tierras fue abundante la prosperidad.

Fue en aquel tiempo que, durante la noche, Enlil tuvo una visión:

Se le apareció la imagen de un hombre, era brillante y resplandeciente como los cielos; se aproximó y se quedó de pie junto al lecho de Enlil, ¡entonces reconoció Enlil a Galzu, el del cabello blanco!

Sostenía en la mano izquierda una tablilla de lapislázuli, en ella estaban dibujados los cielos estrellados; los cielos estaban divididos en los doce signos de las constelaciones, Galzu los señalaba con la mano izquierda.

Galzu dejó de indicar al Toro para señalar al Carnero; tres veces repitió el movimiento.

Después, en la visión-sueño, Galzu habló y le dijo a Enlil:

El tiempo justo de la benevolencia y de la paz vendrá seguido por la fechoría y el derramamiento de sangre.

El Carnero de Marduk sustituirá al Toro de Enlil en tres porciones celestiales, el que a sí mismo se ha declarado como Dios Supremo se apoderará de la supremacía en la Tierra.

¡Por decreto del Hado, sucederá una calamidad como nunca ha ocurrido!

Como en los tiempos del Diluvio, hay que elegir a un hombre justo y digno, ¡por él y por su simiente se preservará la Humanidad Civilizada, tal como pretende el Creador de Todo!

Así dijo Galzu, el emisario divino, a Enlil en la visión-sueño.

Cuando Enlil despertó de la visión-sueño nocturna, no había ninguna tablilla junto a su lecho.

¿Era un oráculo del cielo, o lo he imaginado todo en mi corazón?, se preguntaba Enlil a sí mismo.

No le contó la visión-sueño a ninguno de sus hijos, Nannar entre ellos, ni a Ninlil.

Entre los sacerdotes, en el templo de Nibru-ki, Enlil inquirió sobre sabios celestiales, el sumo sacerdote le indicó a Tirhu, un sacerdote oracular.

Era descendiente de Ibru, nieto de Arbakad, pertenecía a la sexta generación de sacerdotes de Nibru-ki, estaban casados con las hijas reales de los reyes de Urim. Ve al templo de Nannar en Urim, observa el tiempo celestial en los cielos: Setenta y dos años de la Tierra es la suma de una Porción Celestial, ¡toma cuidadosa nota del paso de tres de ellas!

Así le dijo Enlil a Tirhu, el sacerdote, le hizo contar el tiempo profetizado. Mientras Enlil reflexionaba sobre la visión-sueño y sus portentos, Marduk iba de tierra en tierra.

A la gente le iba hablando de su supremacía, ganar seguidores era su objetivo.

En las tierras del Mar Superior y en las tierras de la frontera de Ki-Engi, Nabu, el hijo de Marduk, iba incitando al pueblo; su plan era apoderarse de la Cuarta Región.

Hubo enfrentamientos entre los habitantes del oeste y los habitantes del este, los reyes formaron huestes de guerreros, las caravanas dejaron de discurrir, se levantaron las murallas en las ciudades. ¡Está ocurriendo lo que Galzu predijo!, se dijo Enlil a sí mismo. Enlil puso su mirada sobre Tirhu y sus hijos, descendientes de digno linaje: ¡Éste es el hombre a elegir, el que indicara Galzu!, se dijo Enlil a sí mismo. A Nannar, sin revelarle la visión-sueño, le dijo Enlil: En la tierra entre los ríos, de donde vino Arbakad, funda una ciudad como Urim, sea para ti y para Ningal una morada-hogar lejos de Urim. ¡En su mitad, erige un santuario-templo, y pon a su cargo al Príncipe-Sacerdote Tirhu! Ateniéndose a la palabra de su padre, Nannar fundó la ciudad de Jarán en la tierra de Arbakad. Para que fuera sumo sacerdote en su santuario-templo envió a Tirhu, y a su familia con él; cuando se completaron dos porciones celestiales de las tres profetizadas, Tirhu fue a Jarán.

En aquel tiempo, Ur-Nammu, la Alegría de Urim, cayó de su carro y murió en las tierras occidentales.

Su hijo Shulgi le sucedió en el trono de Urim; Shulgi estaba lleno de vileza y de ansia de batallas.

En Nibru-ki, él mismo se ungió sumo sacerdote, en Unug-ki buscó los gozos de la vulva de Inanna; enroló en su ejército a guerreros de las tierras montañosas, no obligados a Nannar, con su ayuda, invadió las tierras occidentales e ignoró la santidad del Centro de Control de Misiones.

En la sagrada Cuarta Región puso su pie, Rey de las Cuatro Regiones se declaró a sí mismo. Enlil se enfureció por las profanaciones, Enki y Enlil hablaron sobre las invasiones:

¡Los soberanos de tu región han sobrepasado todos los límites!, le dijo con acritud Enki a Enlil.

¡Marduk es la fuente de todos los problemas!, replicó Enlil.

Guardando para sí todavía la visión-sueño, Enlil volvió su atención sobre Tirhu.

Enlil había puesto la mirada sobre Ibru-Um, el hijo mayor de Tirhu.

Ibruum era de ascendencia principesca y valiente, y estaba familiarizado con los secretos sacerdotales; Enlil mandó a Ibruum a proteger los lugares sagrados y permitir los ascensos y descensos de los carros.

Tan pronto como Ibru-Um partió de Jarán llegó Marduk a esa ciudad; él también había observado las profanaciones, las consideraba como los dolores de parto de un Nuevo Orden.

Desde Jarán, en los umbrales de Shumer, planeó su golpe final, desde Jarán, situada al filo de los dominios de Ishkur, dirigió el levantamiento de los ejércitos.

Después de pasar veinticuatro años terrestres de estancia en Jarán, Marduk, con lágrimas en los ojos, hizo un llamamiento al resto de los dioses, fueran cuales fueran sus ascendientes; Confesando sus transgresiones, pero insistiendo en su señorío, a ellos les dijo así:

¡Oh dioses de Jarán, oh grandes dioses que juzgan, conoced mis secretos!

Mientras me ciño la faja, recuerdo mis memorias:

Yo soy el divino Marduk, un gran dios, en mis dominios soy conocido como Ra. Por mis pecados fui al exilio, a las montañas he ido, por muchas tierras he deambulado, desde donde el sol se eleva hasta donde el sol se pone he ido, hasta la tierra de Ishkur llegué. En medio de Jarán he anidado durante veinticuatro años, en su templo he buscado un augurio; ¿Hasta cuándo?, pedí un augurio en el templo acerca de mi señorío. ¡Tus días de exilio han terminado!, me dijo el oráculo en el templo. ¡Oh grandes dioses que determináis los hados, dejad que me encamine a mi ciudad, que establezca en mi templo Esagil una morada imperecedera, que instale un rey en Babili; que se reúnan en mi casa templo todos los dioses Anunnaki, aceptad mi alianza!

Así anunció Marduk su llegada a los otros dioses, confesando y apelando. Los dioses Anunnaki se inquietaron y se alarmaron ante la llamada a la sumisión hecha por Marduk.

Enlil convocó a todos a una gran asamblea para tomar consejo. Todos los líderes Anunnaki se reunieron en Nibru-ki; también fueron Enki y los hermanos de Marduk.

Todos estaban inquietos por los acontecimientos, todos se oponían a Marduk y a Nabu. En el consejo de los grandes dioses, las acusaciones se desenfrenaron, las recriminaciones llenaban la cámara. ¡Nadie puede impedir lo que se aproxima; aceptemos la supremacía de Marduk!, únicamente Enki aconsejó. ¡Si se aproxima el tiempo del Carnero, privemos a Marduk del Enlace Cielo-Tierra!, propuso Enlil iracundo.

Todos, salvo Enki, acordaron arrasar el Lugar de los Carros Celestiales; Nergal sugirió para ello utilizar las Armas de Terror; sólo Enki se opuso: De la decisión, la Tierra pronunció las palabras a Anu; Anu repitió las palabras a la Tierra. ¡Lo que estaba destinado a ser, fracasará por vuestra decisión de deshacer!

Así habló Enki mientras partía.

Para llevar a cabo la maldad se seleccionó a Ninurta y a Nergal.

¡Viene ahora el relato de cómo Hado o Destino llevó, cómo paso a paso, alguno dado en tiempos ya olvidados, a que sucediera la Gran Calamidad!

Quede ahora registrado y recordado para siempre:

Cuando se tomó la decisión de usar las Armas de Terror, Enlil guardaba dos secretos para sí:

¡A nadie, antes de que se tomara la terrible decisión, le reveló Enlil el secreto de la visión-sueño de Galzu; a nadie, hasta que se tomó la fatídica decisión, le había revelado Enlil su conocimiento del lugar donde se ocultaba el terror!

Cuando, a despecho de todas las protestas, el consejo permitió el uso de las Armas de Terror, cuando Enki, enfadado y muy turbado abandonó la cámara del consejo, Enki sonreía en su corazón: ¡Sólo él sabía dónde estaban ocultas las armas! Así lo creía Enki.

Pues fue él, antes de que Enlil llegara a la Tierra, el que ocultó las armas, junto con Abgal, en un lugar desconocido.

¡Enki no sabía que Abgal le había desvelado el lugar a Enlil durante su exilio!

Cuando Enki se enteró de este segundo secreto, dio refugio en su corazón a un deseo:

¡Que, después de tan larga estancia, el terror de las armas se haya evaporado!

Poco esperaba Enki que tan larga estancia iba a provocar una calamidad como nunca antes se había conocido en la Tierra.

Y así fue que, sin necesidad de Enki, Enlil reveló a los dos héroes el lugar de la ocultación:

¡Las siete Armas de Terror moran en una montaña!, les dijo Enlil.

¡Moran en el interior de una cavidad de la tierra, se requiere revestirlas con el terror!

Después, Enlil les reveló el secreto de cómo despertar a las armas de su profundo sueño.

Antes de que los dos hijos, uno de Enlil, uno de Enki, partieran hacia el lugar oculto, Enlil les dio palabras de advertencia: ¡Antes de que se usen las armas, el lugar de los carros debe estar vacío de Anunnaki; las ciudades deben ser perdonadas, la gente no debe perecer!

En su nave celeste, Nergal se dirigió al lugar oculto, Ninurta se retrasó por causa de su padre; Enlil deseaba decirle una palabra a su hijo a solas, revelarle a él solo un secreto: le habló a Ninurta de la profecía de Galzu y de la elección de Ibruum.

¡Nergal es irreflexivo, asegúrate de que las ciudades son perdonadas, hay que advertir a Ibruum!, le dijo Enlil a Ninurta.

Cuando Ninurta llegó al lugar de las armas, Nergal ya las había sacado de la cavidad, mientras despertaba sus MEs del largo sueño, Nergal dio un nombre de trabajo a cada una de las siete: a la primera arma la llamó La Que No Tiene Rival; a la segunda, la Llama Ardorosa; a la tercera la llamó La Que Desmorona con Terror; Fundidora de Montañas llamó a la cuarta; Viento Que Busca los Confines del Mundo llamó a la quinta; La Que Arriba y Abajo a Nadie Perdona fue la sexta; la séptima se llenó con un monstruoso veneno, la llamó Vaporizadora de lo Viviente.

Con la bendición de Anu se les dieron las siete a Nergal y a Ninurta, para con ellas causar la destrucción.

Cuando Ninurta llegó al lugar de las Armas de Terror, Nergal estaba dispuesto para destruir y aniquilar.

¡Yo mataré al hijo, yo aniquilaré al padre!, gritaba Nergal con aires de venganza.

¡Las tierras que codician se desvanecerán, destruiré las ciudades pecadoras!

Valiente Nergal, ¿destruirás al justo con el injusto?, le preguntó Ninurta a su camarada.

¡Las instrucciones de Enlil son claras! ¡Yo llevaré el rumbo a los objetivos seleccionados, tú me seguirás detrás!

¡La decisión de los Anunnaki me es conocida!, dijo Nergal a Ninurta. Ambos esperaron la señal de Enlil durante siete días y siete noches.

Tal como era su intención, cuando terminó su espera, Marduk volvió a Babili, en presencia de sus seguidores, pertrechados con armas, declaró su supremacía; la cuenta de años terrestres era entonces de mil setecientos treinta y seis. En aquel día, en aquel fatídico día, Enlil le envió la señal a Ninurta; Ninurta partió hacia Monte Mashu, tras él iba Nergal.

El Monte y la llanura, en el corazón de la Cuarta Región, inspeccionó Ninurta desde los cielos.

Con el corazón encogido, le hizo una señal a Nergal: ¡Quédate ahí!, le señaló.

Entonces, Ninurta soltó desde los cielos la primera arma de terror; con un resplandor, la cima del Monte Mashu se resquebrajó, las entrañas del monte se fundieron en un instante.

Sobre el Lugar de los Carros Celestiales liberó la segunda arma, con el resplandor de siete soles, las rocas de la llanura se convirtieron en una herida chorreante, la Tierra se sacudió y se desmoronó, los cielos se oscurecieron después del resplandor; la llanura de los carros se cubrió de piedras quemadas y trituradas, de todos los bosques que habían rodeado la llanura, sólo tres troncos quedaron en pie.

¡Hecho!, exclamó Ninurta desde la nave celeste, su Divino Pájaro Negro.

¡Del control que Marduk y Nabu tanto codiciaban se les ha privado para siempre!

Entonces, Nergal deseó emular a Ninurta, su corazón le urgía a ser Erra, el Aniquilador; siguiendo la Calzada del Rey, voló hasta el verde valle de las cinco ciudades.

¡Nergal planeaba aplastar el verde valle donde Nabu estaba convirtiendo a la gente, aplastarlo como un pájaro enjaulado!

Sobre las cinco ciudades, una tras otra, Erra envió un arma de terror desde los cielos, destruyó por completo las cinco ciudades del valle, se convirtieron en desolación.

Con fuego y azufre fueron arrasadas, todo lo que allí vivía se convirtió en vapor.

Con tan terribles armas, las montañas se vinieron abajo, la barrera que contenía las aguas del mar se partió, las aguas del mar se derramaron en el valle, el valle quedó inundado por las aguas; cuando las aguas se derramaron sobre las cenizas de las ciudades, se elevó el vapor hacia los cielos.

¡Hecho!, gritó Erra en su nave celeste. En el corazón de Nergal ya no había venganza.

Inspeccionando su maligna obra, los dos héroes quedaron confundidos con lo que vieron: los resplandores fueron seguidos por el oscurecimiento de los cielos, después se puso a soplar la tormenta.

Arremolinándose dentro de una oscura nube, un Viento Maligno llevaba la penumbra desde los cielos, con el transcurso del día, el Sol desapareció sobre el horizonte con la oscuridad, por la noche, un pavoroso resplandor dibujaba sus bordes, hizo desaparecer a la Luna cuando salía.

Cuando llegó el amanecer del día siguiente, desde el oeste, desde el Mar Superior, se puso a soplar un viento de tormenta, la nube marrón oscura se dirigió hacia el este, hacia las tierras habitadas se extendió la nube; allí donde llegaba, traía sin misericordia la muerte a todo lo que vive; desde el Valle de Sin

Compasión, engendrada por los resplandores, la muerte fue transportada hacia Sumer. Ninurta y Nergal dieron la voz de alarma a Enlil y Enki: ¡Implacable, el

Viento Maligno lleva la muerte a todos! Enlil y Enki transmitieron la alarma a los dioses de Sumer: ¡Escapad!

¡Escapad!, les gritaron a todos. ¡Que se disperse el pueblo! ¡Que el pueblo se oculte! Los dioses huyeron de sus ciudades, como pájaros asustados escaparon de sus nidos.

Las gentes de las tierras cayeron bajo las garras del Viento Maligno; inútil fue su carrera.

Sigilosa era la muerte, atravesaba los muros más gruesos como las aguas de una inundación, no había puerta que pudiera dejarle fuera, ni cerrojo que pudiera impedirle el paso.

Aquéllos que, detrás de puertas cerradas, se ocultaron dentro de sus casas, como moscas cayeron, aquéllos que huyeron a las calles, en las calles amontonaron sus cadáveres.

Los pechos llenos de esputos y flemas, las bocas rebosantes de saliva y espuma; cuando el Viento Maligno atrapaba a la gente sin ser visto, sus bocas se empapaban en sangre.

Lentamente sopló el Viento Maligno sobre las tierras, cruzó de oeste a este sobre llanuras y montañas; todo lo que vivía, tras él quedaba muerto y moribundo, la gente y el ganado perecían por igual.

Las aguas se emponzoñaron, en los campos se marchitó toda vegetación.

Desde Eridú en el sur hasta Sippar en el norte, el Viento Maligno arrasó el país;

Babili, donde Marduk había declarado la supremacía, se libró del Viento Maligno.

Decimocuarta Tablilla

Babili, donde Marduk había declarado la supremacía, se libró del Viento Maligno.

Todas las tierras al sur de Babili fueron devoradas por el Viento Maligno, también alcanzó al corazón de la Segunda Región.

Cuando con posterioridad a la Gran Calamidad, Enlil y Enki se encontraron para estudiar el desastre, Enki le hizo considerar a Enlil el libramiento de Babili como un augurio divino.

¡El libramiento de Babili confirma que Marduk ha sido destinado para la supremacía! Así le dijo Enki a Enlil.

¡Debe haber sido la voluntad del Creador de Todo!, dijo Enlil a Enki. Entonces, Enlil le reveló la visión-sueño y la profecía de Galzu.

Si eras conocedor de eso, ¿por qué no impediste el uso de las Armas de Terror?, le preguntó Enki.

¡Hermano mío!, dijo Enlil a Enki con una voz apesadumbrada. Era evidente el motivo.

Tras tu llegada a la Tierra, cada vez que la misión se veía obstaculizada, encontrábamos una forma de eludir el obstáculo; de ahí, la creación de los Terrestres, la gran solución, fue también una fuente de miles de giros y vueltas no deseados.

Cuando llegaste a comprender los ciclos celestes y asignaste constelaciones, ¿quién hubiera previsto en ellas las manos del Destino?

¿Quién habría podido distinguir entre los hados que elegimos y el inquebrantable destino?

¿Quién proclamaba falsos augurios y quién podía pronunciar profecías verdaderas?

De ahí que decidiera guardar para mí mismo las palabras de Galzu. ¿Era de verdad el emisario del Creador de Todo, o era una alucinación mía? ¡Lo que tenga que suceder, suceda!, me dije a mí mismo. Enki escuchaba las palabras de su hermano, mientras afirmaba con la cabeza arriba y abajo. La Primera Región está desolada, la Segunda Región está sumida en la confusión, la Tercera Región está herida, el Lugar de los Carros Celestiales ya no existe; ¡eso es lo que ha sucedido!, dijo Enki a Enlil. ¡Si era ésa la voluntad del Creador de Todo, eso es lo que ha quedado de nuestra Misión en la Tierra! ¡Las semillas se sembraron con las ambiciones de Marduk, lo que salga de ello será para que lo coseche él!

Así le dijo Enlil a su hermano Enki, entonces aceptó el triunfo de Marduk. ¡Que el rango de cincuenta, que tenía pensado para Ninurta, le sea dado en su lugar a Marduk!

¡Que Marduk declare su supremacía sobre la desolación en las Regiones! En cuanto a mí y a Ninurta, no nos vamos a interponer más en su camino. Partiremos hacia las Tierras de Más Allá de los Océanos, por lo que vinimos, llevaremos a término la misión de obtener oro para Nibiru! Así le dijo Enlil a Enki; había abatimiento en sus palabras. ¿Habrían sido diferentes las cosas si no se hubieran usado las Armas de Terror?, cuestionó Enki a su hermano.

¿Y si no hubiéramos escuchado las palabras de Galzu para que no volviéramos a Nibiru?, replicó Enlil.

¿Y si hubiéramos detenido la Misión Tierra cuando los Anunnaki se amotinaron? Yo hice lo que hice. Tú hiciste lo que hiciste. ¡No se puede desandar el pasado!

¿Acaso no hay en eso también una lección?, preguntó Enki para ambos.

¿Acaso lo que ha ocurrido en la Tierra no es un reflejo de lo que tuvo lugar en Nibiru?

¿Acaso no está escrito en el Pasado el esbozo del Futuro?

¿Repetirá la Humanidad, creada a nuestra imagen, nuestros logros y fracasos?

Enlil guardó silencio. Cuando se puso en pie para marcharse, Enki le tendió el brazo.

¡Estrechemos los brazos como hermanos, como camaradas que, juntos, se enfrentaron a muchos desafíos en un planeta extraño!

Así le dijo Enki a su hermano.

Y Enlil, asiendo el brazo de su hermano, lo abrazó también.

¿Nos volveremos a encontrar en la Tierra o en Nibiru?, preguntó Enki.

¿Estaría en lo cierto Galzu de que moriríamos si volvíamos a Nibiru?, respondió Enlil. Luego, se volvió y se fue.

Enki quedó solo; acompañado tan sólo por los pensamientos de su corazón.

Se sentó y reflexionó sobre cómo había comenzado todo y cómo había terminado.

¿Estaba todo destinado, o fue el hado forjado por esta o aquella decisión? Si Cielo y Tierra estaban regulados por ciclos dentro de ciclos, ¿volverá a ocurrir lo que ha sucedido? ¿Acaso el Pasado es el Futuro? ¿Imitarán los Terrestres a los Anunnaki, revivirá la Tierra lo que vivió Nibiru? ¿El primero en llegar será el último en partir? Asediado por sus pensamientos, Enki tomó una decisión:

De todos los acontecimientos y decisiones, comenzando desde Nibiru hasta este día en la Tierra, tomar nota, para que fuera una guía para generaciones futuras;

¡Que la posteridad, en el tiempo que designe el destino, lea el registro, recuerde el Pasado, comprenda el Futuro como profecía, que el Futuro sea el juez del Pasado!

Estas son las palabras de Enki, Primogénito de Anu de Nibiru.

Decimocuarta tablilla: Las Palabras del señor Enki.

Escritas de boca del gran señor Enki, ninguna palabra perdida, ninguna palabra añadida, por el escriba maestro Endubsar, un hombre de Eridú, hijo de Udbar.

Por el señor Enki, con larga vida he sido bendecido.

Durante el desarrollo de la narración utilizamos para designar al Patriarca dos nombres: Abram y Abraham y una de las tantas explicaciones es que, Abraham proviene del hebreo ????????? (Avraham) y significa "padre del pueblo" o "padre de las multitudes". Su forma original era Abram, de ab (padre) y ram (alto, excelso), por lo que su significado era "el Padre (Dios) es excelso". Sin embargo -según la Biblia-, Yahveh le llamó Abraham, "padre de multitudes" (ab-hamôn), por lo que Abraham sería una síntesis entre ab-ram ab-hamôn. Sin embargo hay que tener en cuenta que la promesa para ese "padre exelso" (abram), consiste en hacerlo padre de multitudes. El medio para ello es darle una descendencia; por ello, necesita un vientre y la palabra hebrea es rehem. Queda pues, literalmente como "Padre del vientre", en cuanto, quien no podía tener hijos ahora tendrá multitudes.

Tambien se dijo que los cabalistas tenían su propia interpretación y asi, Abram (????) aparece por primera vez en Bereshit/Génesis 11.26 (Taré vivió setenta años, y engendró a Abram, a Nacor y a Harán). Esta palabra-nombre significa "padre del pueblo de Aram" porque Taré padre de Abram era descendiente de Sem hijo de Noé. Sem tuvo un hijo llamado Aram, que se asentó en Ur de Caldea, ver Bereshit/Génesis 11.31 (Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí). Abram era pues tutor y encabezaba a los pueblos descendientes de Aram.

 Posteriormente, y una vez recibida la profecía, al circuncidarse y aceptar el Pacto que su dios le ofreció, este le cambia de nombre intercalando una letra Hei (?) que es una de las letras del Tetragrama y además una letra de dios o considerada altamente espiritual (recordar que también a Saraí la esposa de Abram le añadió una letra Hei al final para quedar como Sarah). 

De este modo aparece por primera vez el nombre de Abraham (?????) en Bereshit/Génesis 17.5 (Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes).

Abraham ya no significa "padre de la nación de Aram" sino sencillamente "padre de muchas naciones" (en realidad sólo dos: israelitas e ismaelitas). 

Siguiendo la Kábalah, en su parte guemátrica, contabilicemos los valores de las letras de la palabra Abraham:

 (?) Alef, tiene valor 1.

(?) Bet, tiene valor 2.

(?) Resh, tiene valor 200. 

(?) Héi, tiene valor 5. 

(?) Mem -sofit-, tiene valor 40. 

Si sumamos el total nos da 248, que son el total de mitzvot asé (mandamientos positivos) de los 613 mandamientos de la Ley de Dios contenidos en la Toráh y también, el total de órganos y componentes del cuerpo humano.

 Y si sumamos 2+4+8= 14. En hebreo, el número 14 se escribe con letras (como en los números romanos) de esta forma: ?? 

Yud+dalet. Y se lee: "Yad" que significa "Mano".

 Todo lo cual significa: La Mano de Abraham guiará a los cuerpos humanos (las naciones).

Como es natural persistiran dudas sobre todo lo narrado, pero evidentemente hubo una guerra donde se usaron armas nucleares, y Abraham el Patriarca fue un guerrero, que lucho por su dios Enlil, que ha llegado hasta nuestros días a través de la biblia con el nombre de Yahveh o Jehova.

Bibliografía

  • Apocalipsis nuclear: el exterminio de Sodoma y Gomorra, http://conspiraciones1040.blogspot.com/2013/05/apocalipsis-nuclear-el-exterminio-de.html

  • Biblia, Versión Biblia de Jerusalen 1976, 1833 Págs.

  • Biblia, Versión Reina Valera 1, 960, La Biblia, versión Reina Valera 1960_¡Amén-Amén!.mht

  • Elena G. de White, La Historia de Patriarca y Profetas, Asociación Publicadora Interamericana, 1957, Edición digital www.evangelioeterno.com, 955 Págs.)

  • Flavio Josefo, La Guerra de los Judios, 303 Págs.

http://www.hcostarica.fcs.ucr.ac.cr/contenidos/historia/FlavioJosefo-Lasguerrasdelos.pdf

  • Thomas Rome y Otros, Introducción al Antiguo Testamento, Editorial Desclee de Brouwer S.A, ISBN 978-84-330-2245-5, España 2008, 719 Págs.

  • Zecharia Sitchin, El 12º Planeta, Biblioteca del Nuevo Tiempo, Rosario – Argentina, Edición digital 20 de febrero del 2004 por Nascav, 221 Págs.

  • Zecharia Sitchin, El Código Cosmico, Ediciones Foro, Edición digital 2003, 182 Págs.

  • Zecharia Sitchin, El Fin de los Días, El Retorno de los Anunnakis, http://www.bibliotecapleyades.net/sitchin/mythetana.htm, Edición digital Noviembre 2006, 238 Págs.

  • Zecharia Sitchin, El Final de los Tiempos, Ediciones Obelisco S.L., ISBN 978-84-9777-418-5, Barcelona-España 2007, 308 Págs.

  • Zecharia Sitchin, El Génesis Revisado, Ediciones Obelisco S.L., ISBN 84-9777-225-3, Barcelona-España 2005, 308 Págs.

  • Zecharia Sitchin, El Libro Perdido de Enki, Ediciones Obelisco S.L., Edición digital 2003 por Nascav, Barcelona-España, 112 Págs.

  • Zecharia Sitchin, La Escalera al Cielo, Ediciones Obelisco S.L., Edición digital por Nascav, Barcelona-España, 454 Págs.

  • Zecharia Sitchin, Los Reinos Perdidos, http://Rebeliones.4shared.com, 264 Págs.

  • Zecharia Sitchin, La Guerra de los Dioses y Los Hombres, Ediciones Obelisco S.L., ISBN: 84-7720-923-5, Barcelona-España 2002, 162 Págs.

DEL AUTOR.

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P.G.C. Herbert Oré Belsuzarri 33°.

Es autor de varios libros, artículos y monografías que se publican en diferentes medios como las Revistas Fenix News, Hiram Abiff, Retales de Masonería, Nueva Luz y Dialogo Entre Masones. Sus trabajos estan en Bibliotecas en Línea como SCRIBD (http://es.scribd.com/herberthore1) y monografías.com (http://www.monografias.com/). También sus trabajos son publicados en diferentes Blogs.

Desde enero 2014 sus trabajos seleccionados son publicados en la Revista Masónica "Dialogo Entre Masones".

 

 

Autor:

Herbert Oré Belsuzarri

Un Masón Para el Mundo.

Publicado en:

SCRIBD

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Autorizado la reproducción total o parcial, solo debe citar la fuente.

Edición Digital en el Perú, sin costo.

Marzo 2014.

[1] Notese que decimos Abram, debido a que por entonces ese era su nombre en lenguaje sumerio.

[2] Según la Biblia, Taréj, era de la décima generación descendiente de Noé a través de Sem, engendró a Abraham, Nacor y Harán. Harán engendró a Lot sobrino de Abraham.

[3] Abram se casó con Sarai. Téraj (su padre) tomó a Abram y su esposa Sarai, y a Lot, el hijo de Aram, quien había muerto, y dejando Ur de Caldea, vino a Jarán y vivió allí hasta su muerte, esto ocurrió cuando Abraham tenía setenta y cinco años.

[4] Entonces, respondiendo al llamado de Dios, Abram, con su esposa Sarai, y Lot, y el resto de sus posesiones, fueron a la Tierra de Canaán, entre otros lugares a Siquem (que se halla en el corazón de Canaán) y Betel, donde construyó altares al Señor. El primer altar levantado fue en Siquem. El segundo fue en Betel. Betel significa “casa de Dios,” y ya estaba habitado por entonces. El nombre Betel es religioso y simbólico, porque después de la escisión del reino del norte, en tiempo de Jeroboam I, Betel fue el principal santuario del reino cismático, y allí se instaló el becerro de oro. Por esta razón los profetas bíblicos cambiaron despectivamente el nombre de Bet-el, casa de Dios, en Bet-awen, casa de la vanidad.

[5] La biblia narra la llegada de Abram a Egipto de la siguiente manera: 10 Hubo hambre en el país, y Abram bajó a Egipto a pasar allí una temporada, pues el hambre abrumaba al país. 11 Estando ya próximo a entrar en Egipto, dijo a su mujer Saray: «Mira, yo sé que eres mujer hermosa. 12 En cuanto te vean los egipcios, dirán: “Es su mujer”, y me matarán a mí, y a ti te dejarán viva. 13 Di, por favor, que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por causa tuya, y viva yo en gracia a ti.» 14 Efectivamente cuando Abram entró en Egipto, vieron los egipcios que la mujer era muy hermosa. 15 Viéronla los oficiales de Faraón, los cuales se la ponderaron, y la mujer fue llevada al palacio de Faraón. 16 Este trató bien por causa de ella a Abram, que tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos. 17 Pero Yahveh hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas por lo de Saray, la mujer de Abram. 18 Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: «¿Qué es lo que has hecho conmigo? ¿Por qué no me avisaste de que era tu mujer? 19 ¿Por qué dijiste: “Es mi hermana”, de manera que yo la tomé por mujer? Ahora, pues, he ahí a tu mujer: toma y vete.» 20 Y Faraón ordenó a unos cuantos hombres que le despidieran a él, a su mujer y todo lo suyo. ¿Solo porque una mujer es hermosa, el Faraón podría dar ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos a sus familiares en una época de hambre? Esto resulta poco creible ya que Abram no solo llego con sus seguidores, sino que también traía su ganado que poseía, y por otra parte al descubrir el engaño ¿El Faraón dispuso solamente que se fueran? No parece coherente ya que en Genesis 13:2 dice que Abram era rico en ganado, plata y oro. Definitivamente había algo más que la biblia no relata.

[6] La guerra de los reyes de la zona en conflicto es narrado en la biblia de la siguiente manera: Génesis 14: 1 Aconteció en los días de Amrafel, rey de Senaar, de Aryok, rey de Ellasar, de Kedorlaomer, rey de Elam, y de Tidal, rey de Goyim, 2 que éstos hicieron guerra a Berá, rey de Sodoma, a Birsá, rey de Gomorra, a Sinab, rey de Admá, a Semeber, rey de Seboyim, al rey de Belá (o sea, Soar). 3 Estos últimos se coligaron en el valle de Siddim (esto es, el mar de la Sal). 4 Doce años habían servido a Kedorlaomer, pero el año trece se rebelaron. 5 Vinieron, pues, en el año catorce Kedorlaomer y los reyes que estaban por él, y derrotaron a los refaítas en Asterot Carnáyim, a los zuzíes en Ham, a los emíes en la llanura de Quiryatáyim, 6 y a los joritas en las montañas de Seír hasta El Parán, que está frente al desierto. 7 De vuelta, llegaron a En Mispat (o sea, Cadés), y batieron todo el territorio de los amalecitas, y también a los amorreos que habitaban en Jasesón Tamar. 8 Salieron entonces el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Admá , el rey de Seboyim y el rey de Belá (esto es, de Soar) y en el valle de Siddim les presentaron batalla: 9 a Kedorlaomer, rey de Elam, a Tidal, rey de Goyim, a Amrafel, rey de Senaar, y a Aryok, rey de Ellasar: cuatro reyes contra cinco. 10 El valle de Siddim estaba lleno de pozos de betún, y como huyesen los reyes de Sodoma y Gomorra, cayeron allí. Los demás huyeron a la montaña. 11 Los vencedores tomaron toda la hacienda de Sodoma y Gomorra con todos sus víveres y se fueron. 12 Apresaron también a Lot, el sobrino de Abram, y su hacienda, pues él habitaba en Sodoma, y se fueron. 13 Un evadido vino a avisar a Abram el hebreo, que habitaba junto a la encina de Mambré el amorreo, hermano de Eskol y de Aner, aliados a su vez de Abram. 14 Al oír Abram que su hermano había sido hecho cautivo, movilizó la tropa de gente nacida en su casa, en número de 318, y persiguió a aquéllos hasta Dan. 15 Y cayendo él y sus siervos sobre ellos por la noche, los derrotó, y los persiguió hasta Jobá, que está al norte de Damasco; 16 recuperó toda la hacienda, y también a su hermano Lot con su hacienda así como a las mujeres y a la gente.

[7] En verdad lo que querían decir era que Lot y su familia eran los únicos aliados a la causa de Jehova o Enlil o como quiera llamarse.

[8] Tito Flavio Josefo también conocido por su nombre hebreo José ben Matityahu o Josefo ben Matityahu (n. 37-38– Roma, 101) fue un historiador judío fariseo, descendiente de familia de sacerdotes. Hombre de acción, estadista y diplomático, fue uno de los caudillos de la rebelión de los judíos contra los romanos. Hecho prisionero y trasladado a Roma, llegó a ser favorito de la familia imperial Flavia. En Roma escribió, en griego, sus obras más conocidas: La guerra de los judíos, Antigüedades judías y Contra Apión. Fue considerado un traidor a la causa judía y odiado por los judíos. Su obra se ha conservado gracias a los romanos y los cristianos.

[9] Deuteronomio 29. 22 Y dirán las generaciones venideras, vuestros hijos que se levanten después de vosotros, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades de que Jehová la habrá hecho enfermar 23 (azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra, de Adma y de Zeboim, las cuales Jehová destruyó en su furor y en su ira);  24 más aún, todas las naciones dirán: ¿Por qué hizo esto Jehová a esta tierra? ¿Qué significa el ardor de esta gran ira?  25 Y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres, que él concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto,  26 y fueron y sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos, dioses que no conocían, y que ninguna cosa les habían dado.  27 Por tanto, se encendió la ira de Jehová contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro; 

[10] Alejandro III de Macedonia, más conocido como Alejandro Magno  (Pella, 20 o 21 de julio de 356 a. C. – Babilonia, 10 o 13 de junio, de 323 a. C.), fue el rey de Macedonia desde el 336 a.C., hasta su muerte. En el 334 a. C., lanzó a su ejército contra el poderoso y extenso Imperio Persa, continuando lo que su padre había iniciado poco antes de morir: una guerra de venganza de los griegos contra los persas. En su reinado de 13 años, cambió por completo la estructura política y cultural de la zona al conquistar el Imperio Aqueménide y dar inicio a una época de extraordinario intercambio cultural. Tras consolidar la frontera de los Balcanes y la hegemonía macedonia sobre las ciudades-estado de la antigua Grecia, puso fin a la rebelión que se produjo tras la muerte de su padre, Alejandro cruzó el Helesponto hacia Asia Menor (334 a.C.) y comenzó la conquista del Imperio Persa, regido por Darío III. Victorioso en las batallas de Gránico (334),Issos (333), Gaugamela (331) y de la Puerta Persa (330), se hizo con un dominio que se extendía por la Hélade, Egipto, Anatolia, Oriente Próximo y Asia Central hasta los ríos Indo y Oxus. Habiendo avanzado hasta la India, derrotó al rey Poro en la batalla del Hidaspes (326), la negativa de sus tropas a continuar hacia Oriente le obligó a retornar a Babilonia, donde falleció sin completar sus planes de conquista de la península arábica.

[11] Nabih: De noble Linaje, destacado, ingenioso.






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