sábado, 5 de junio de 2010

AGRICULTURA AGROECOLOGICA PARA FOMENTAR SU SALUD









Cita:
CUAL ES EL SENTIDO DE DEJAR PODRIR ESOS ALIMENTOS VITALES PARA LOS VENEZOLANOS!
Facil....compran mercancia vencida o con fecha proxima a su vencimiento a la mitad o menos de su precio nominal .... y por incompetencia en la cadena de distribucion se pasa la fecha o ya esta demasiado podrida para venderse y dejan que se termine de podrir...
Y despues nadie fue !!!!!!! tremendo guiso ..

Una noticia del mes de marzo de 2010:

"Elsa Gutiérrez Graffe: "Puertos del país funcionan bajo completa normalidad"
Por: Correo del Orinoco
Fecha de publicación: 10/03/10

Es importante recalcar que todos los puertos y aeropuertos del país están exceptuados de recortes energéticos

10 Marzo 2010 - La empresa Bolivariana de Puertos (Bolipuertos S.A.) confirmó que las actividades en los diferentes puertos del país, siguen operando bajo total normalidad, y desmintió las informaciones falsas que han circulado por algunos medios de comunicación para establecer una matriz de opinión negativa al Gobierno Bolivariano, en cuanto a la soberanía alimentaria del país.


Osea la tipa es justo como les gustan a Chavez, catira de Peluqueria, vestida de militar, con boina roja, servil, y complaciente. Por eso la pusieron encargada de los puertos, por ahi pasa todo lo que se importa, y este es un gobierno importador. Que esta haciendo la barragana, sencillamente acumulando recursos en moneda dura para los ahorritos de la vejez de la pareja ex presidencial, por si acaso la cosa se pone pelua. Cool Toma agua como un oligarca con meñique levantado Very Happy

Así lo dio a conocer la máxima autoridad de la empresa portuaria, Elsa Gutiérrez Graffe, quien aseveró que todos los entes del estado como Bolipuertos, Seniat, Cadivi e INEA, entre otros, trabajan articuladamente para reducir los tiempos de respuesta de un servicio tan estratégico y de vital importancia para dinamizar la economía del país.

Graffe destacó que el pasado fin de semana se realizó un corte programado de la energía eléctrica en el estado Carabobo, que no influyó en las actividades realizadas en el muelle de Puerto Cabello, puesto que "como siempre se ha venido trabajando por medidas de seguridad y de economía, los contenedores refrigerados son conectados a los power packs".

La Presidenta de Bolipuertos informó además que a la fecha "se ha cancelado un 80 por ciento de lo adeudado a las empresas de servicios en Puerto Cabello, y actualmente continúa el proceso de revisión de las facturas pendientes por cancelar".

Por último manifestó la disposición del Gobierno Bolivariano para optimizar todo lo concerniente a la actividad portuaria en pro de los trabajadores y del pueblo venezolano."
http://www.aporrea.org/actualidad/n152730.html
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"....como siempre se ha venido trabajando por medidas de seguridad y de economía......"..........todo muy normal.....


" El reciente hallazgo de decenas de miles de toneladas de alimentos importados por PDVAL en estado de descomposición ha generado una reacción típica dentro del chavismo: Se ha culpado al responsable de PDVAL de ser un 'enemigo del proceso', un 'infiltrado', una 'ficha de la derecha'.

¡Como que la última mosca que me comí venia de los container de PDVAL!,
me cayó como una piedra.


Estas reacciones son completamente previsibles, dada la creencia, muy extendida en el chavismo, de lo que podríamos llamar 'el mito del enemigo interno'. Según los chavistas, todo lo malo que ocurre en 'el proceso' es producto de la derecha endógena, de los enemigos internos, de los infiltrados de la oposición. De manera consistente con el maniqueísmo propio de los movimientos caudillistas, el chavista piensa que todo lo bueno proviene de la revolución, y que todo lo malo, por definición, es contrario a la revolución y por lo tanto no puede nacer de la revolución.

Estas reacciones traen a la memoria a "El Opio de los Intelectuales", aquella polémica que en 1955 publicó el gran intelectual francés Raymond Aron y en la que desnudó los mitos que sostenían la creencia que muchos intelectuales supuestamente humanistas tenían en el comunismo, a pesar de la abrumadora evidencia de su carácter tiránico y criminal. En este sentido, y siendo el chavismo un heredero – si no el principal heredero – del pensamiento socialista en el siglo XXI, no sorprenden las similitudes entre las creencias socialistas de mediados del siglo XX y las creencias chavistas de hoy.

gobierno 05 / Jun / 2010

"Vamos a seguir combatiendo a ese pequeño grupo que quiere enriquecerse especulando al pueblo"

 Ministro del Poder Popular para el Comercio (Minco), Richard Canán/ Archivo

El ministro delpara el Comercio, Richard Canán dijo que para lograr el abastecimiento de todos los alimentos, cuentan con la red estatal de suministros de alimentos, conformada por Mercado de Alimentos (Mercal), la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval) y la Corporación Venezolana Agraria (CVA).

Refirió que por ello este fin de semana efectuaron unos mil 60 operativos en el territorio nacional, distribuyendo unas 12 mil toneladas de rubros alimenticios a bajos costos.

En la parroquia El Valle, el ministro Canán informó que en el lugar vendieron unas 25 toneladas de alimentos, en compañía de los consejos comunales.

También señaló que durante toda la semana han realizado unos mil 400 operativos de fiscalización de ventas de alimentos y apenas 15 comercios han sido sancionados por incumplimiento de las normas legales.

"La mayoría de los comerciantes y empresarios están respetando las leyes que ha establecido el Gobierno Bolivariano, por eso vamos a seguir combatiendo a ese pequeño grupo que quiere enriquecerse especulando al pueblo", acotó.

Canán manifestó que las sanciones a los acaparadores y especuladores de alimentos dependerán del tipo de infracción que comentan, pero van desde multas, cierres del establecimiento, ocupación temporal o la expropiación.

"Nosotros hacemos una advertencia a este grupo de intermediarios escrupulosos: El Gobierno Bolivariano va a actuar con el máximo peso de la ley, expropiando los comercios que sean necesarios con el fin de garantizar el suministro y la circulación de los productos alimenticios", puntualizó.



El mito del enemigo interno  es un recurso propagandístico muy conveniente, pues ofrece a una explicación que es al mismo tiempo psicológicamente tranquilizadora y universalmente aplicable a cualquier realidad que ponga en tela de juicio la eficacia, la justicia, o cualquiera de las supuestas bondades de la revolución. Al aceptar el mito del enemigo interno como parte integral de su credo revolucionario, el chavista no tiene que esforzarse para entender las razones por las cuales medidas supuestamente preñadas de nobles objetivos terminan teniendo resultados desastrosos. En consecuencia, puede decirse que el mito del enemigo interno es por un lado la renuncia al análisis y la autocrítica, y por otro la vía segura para calmar la conciencia revolucionaria. Junto con la creencia en la inevitabilidad histórica de la revolución, en el colapso imparable del capitalismo, el mito del enemigo interno es el mecanismo ideal para hacer a la ideología revolucionaria refractaria a los hechos, y por tanto para mantener la cohesión de los fieles. Estas creencias complementarias – la de la inevitabilidad histórica de la revolución y la del enemigo interno – son, parafraseando a Marx y a Aron, el opio de los revolucionarios.

Si no existiera el mito del enemigo interno, al chavista no le quedaría otra opción que pensar, seriamente, por qué medidas supuestamente progresistas terminan teniendo un impacto generalmente contrario al buscado. En ese caso, ninguna de las respuestas viables le resultaría agradable. Si se niega la existencia del infiltrado, un fracaso notorio sólo puede deberse a la incompetencia o a la corrupción. Y lo que es peor, se debería aceptar que la incompetencia y la corrupción pueden existir dentro de la revolución o incluso – horror de horrores – que pueden causadas por la revolución, es decir, que pueden ser consecuencia inevitable de las prácticas "revolucionarias".

Desde luego, esta última opción es en realidad la causa de los malos resultados de la revolución. Cuando se pierden decenas de miles de toneladas de alimentos, cuando se paralizan todas las turbinas de una central termoeléctrica, cuando se encuentran enormes corruptelas, no es por la existencia de ningún 'enemigo interno' – es simplemente porque el gobierno le asigna un poder y una discrecionalidad extraordinaria a infinidad de funcionarios medios que operan sin ningún control. En esas condiciones, la corrupción será generalizada a no ser que la administración pública esté poblada por santos.

El razonamiento del párrafo anterior es sin duda ajeno al buen revolucionario. Por lo tanto, frente a hechos incómodos, frente a evidencias condenatorias, de él no cabe esperar rectificaciones, sino, por el contrario, un mayor celo revolucionario. El opio de los revolucionarios es infalible: No sólo extingue la autocrítica y acalla las conciencias, sino que reafirma la fe del creyente, aviva y renueva su voluntad de lucha. Si la fe en la llegada inexorable de la revolución es la Dulcinea del Quijote Revolucionario, que lo anima a la larga y amarga lucha, el mito del enemigo interno son los molinos de viento que una y otra vez embiste, contra los que una y otra vez se golpea sin que ello lo haga despertar de su alucinación.

Recuerdo un capítulo de Los Simpson donde el viejo desgracio del Sr. Burns, quien aspira a convertirse en Gobernador, niega que los desechos de su planta estén contaminando el ambiente, produciendo -entre otras cosas- unos curiosos peces de 3 ojos!



Incluso llega a afirmar que tal mutación es beneficiosa para los peces mismos y para la humanidad.  Como parte de su estrategia populista, se hace "invitar" a cenar en casa de Homero y Marge le sirve uno de los jodíos peces con 3 ojos!

  Por supuesto, Burns no puede tragarse ni un bocado de aquello y queda totalmente expuesto en su hipocresía. Un periodista testigo del hecho llama a su diario para titular:

Burns no puede tragar su propia historia!"

Pues bien, ya que algunos chavistas, empezando por el propio Chávez, afirman que no toda la comida almacenada está podrida, yo los reto a que ...

EN VIVO Y EN DIRECTO, EN CADENA NACIONA, ÉL Y SUS MINISTROS, SE COMAN ESA PORQUERÍA!

Eso sí, debe haber algún organismo que certifique que ciertamente lo que están comiendo es la comida "no-podrida" recuperada de los containers! ..... TODOS PODRÍAMOS VER QUE CHÁVEZ NO ES CAPAZ DE TRAGAR SU PROPIA HISTORIA!



Para mi es que ellos están jugando a la teoría del   "caos controlado" quieren llevar al pueblo a una situación de desasosiego y después culpar a las empresas productivas por el desabastecimiento y carestía,  pero se les paso la mano y se les convirtió en un monstruo que no pueden controlar.

ConRazon
NO LO VAN A CREER!! HOY FUI A PDVAL Y COMPRE LA COMIDA QUE COMPRA EL PUEBLO!! AQUI LES MUESTRO LAS GANGAS QUE ENCONTRE:

LA LECHE DE PDVAL!


TREMENDA HAMBURGUESA!


NARANJAS FINISIMAS!


EXCELENTES MANZANAS!


ESTO NO SE BIEN QUE ES, PERO ESTABA BARATISIMO Y COMPRE DOS KILOS!


Y EL MAS RICO PAN CON AJO!!


Ahora entiendo porque Rafael Ramírez
salió diciendo que la culpa de esto era
el sector privado porque estaba a cargo
de los puertos, of course .. para sacar
a ésta bicha del paquete, ésas declaraciones
fueron por órdenes del monarca, seguro...



.....había escuchado de las miserias del comunismo pero no las había palpado tan de cerca.....
Solo para refrescar un poco la memoria....










Y ahora....












NO LO TOMEN A JUEGO, ES TOTALMENTE CIERTO, EL QUE COME LO QUE VENDEN EN PUDREVAL TERMINA RE-SUELTO DEL ESTÓMAGO Laughing Laughing



El proyecto Mano a Mano

El proyecto Mano a Mano, consumir de otro modo, alimentos agro
ecológicos para todos, nació de un grupo de estudiantes voluntarios
que desean promover la agro ecología, en una óptica mas global de
luchar por la protección del medio ambiente. La agricultura
convencional produce 34% de los gases de efectos invernaderos. El uso
de agro químicos produce muchas enfermedades, y estos productos muy
tóxicos terminan contaminando los suelos, el agua, nuestra comida…

Para nuestra salud, y para proteger el medio ambiente, queremos con
este proyecto apoyar a los productores que ya están en la dinámica de
la agro ecología, y apoyar los otros en el proceso de transición.
Queremos permitir a los consumidores de elegir de no envenenarse a
ellos mismos y a sus hijos. Queremos que los productos sanos sean accesibles
a todos.

Para lograr esto, decidimos proponer otro tipo de distribución, de
mano a mano, del productor al consumidor, sin intermediarios, y libre
de especulación. Nosotros como equipo de voluntarios somos el vínculo
entre productores y consumidores.

Proponemos paquetes de hortalizas de 20 Bolívares, de 35 Bolívares, o
de 50 Bolívares.

Los paquetes son semanales, y contienen una mezcla de hortalizas
variadas. Cada semana el consumidor será informado del contenido del
paquete de la semana siguiente. El contenido cambiara en función de la
producción del momento, y los precios serán los mismos hasta un poco
mas baratos que los precios de productos provenientes de la
agricultura convencional.

IMPORTANTE

Para lograr establecer esta distribución, necesitamos la ayuda de los
consumidores.

En primer lugar, es necesario y muy importante para el funcionamiento
del proyecto, que los consumidores vayan cada semana a buscar sus
paquetes.
Sin esta regularidad, el proyecto no podrá funcionar. Para lograr
esto, en la primera distribución se cancelará el precio de dos
paquetes, es decir un paquete adelantado, y contamos con su
colaboración para ir cada semana a buscar su paquete. Si usted no
puede, puede mandar a un amigo.
La distribución tendrá lugar en el jardín botánico un DIA a la semana.
Esperamos hacer la primera distribución en el transcurso de la segunda
semana de junio. El horario y la fecha les serán comunicados lo más
pronto posible.

Si se quiere inscribir para recibir un paquete de hortalizas agro
ecológicas cada semana, por favor mándenos un correo electrónico con
su nombre, su número de teléfono, su correo electrónico, y el paquete
deseado (20, 35, o 50 bolívares). Este correo de confirmación es
obligatorio para inscribirse. Puede ser mandado por mensaje al 0416 11
78 172.
Necesitamos establecer la lista de los 50 consumidores con los cuales
vamos a empezar el proyecto lo más pronto posible.

La idea del proyecto, mas allá de un proyecto de distribución de
hortalizas agro ecológicas, es establecer un lugar de encuentro, de
intercambio, proponer nuevas iniciativas, alternativas, otros
posibles…juntos, de mano a mano entre productores y consumidores.

Hasta muy pronto con informaciones mas precisas sobre el horario y la
fecha de la primera distribución…


Dra. LICCIA ROMERO
Coordinadora del Postgrado de Ecología Tropical
Instituto de Ciencias Ambientales y Ecológicas
ICAE. Facultad de Ciencias
Universidad de Los Andes, Mérida
Venezuela
romero@ula.ve
TELEFAX: 58-274 240 12 55




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domingo, 30 de mayo de 2010

La institución invisible ...y contando....

"Cuando me hablan de cultura saco mi revólver"



De esa manera parece que la sentencia de Goebbels se puede generalizar entre los diferentes actores que intervienen en el periodismo cultural. La acción de sacar el revólver apenas se habla de cultura, se da en una reacción en cadena que posiblemente empieza en el consumidor de medios común, sigue en el editor y director de medios y posiblemente termine entre los periodistas que se dedican a farándula, a deportes o a política.

Universidades platónicas

por Gabriel Zaid

enero-2006
Muchas de las grandes universidades de hoy, parapetadas tras el adjetivo académico, son en realidad aparatos burocráticos a la conquista del mercado. La búsqueda de la verdad se ha convertido en la búsqueda del poder. Gabriel Zaid analiza la historia de ese empobrecimiento.

Los presupuestos multimillonarios que hoy tienen muchas universidades llegaron con una administración cada vez más consciente de las realidades financieras, el mercado, las relaciones públicas y la política. Las consecuencias negativas fueron anticipadas por Thorstein Veblen (The higher learning in America. A memorandum on the conduct of universities by businessmen, 1918) y confirmadas por Derek Bok (Universities in the marketplace. The commercialization of higher education, 2003), después de presidir la Universidad de Harvard.
     Ambos critican, por ejemplo, el trato especial que reciben los deportistas universitarios, aunque apenas cumplan los requisitos escolares. No son como aquél tan ancho de omóplatos que fue llamado Platón, olvidando su nombre de Aristocles. Porque no se trata del deporte como ejercicio y recreo de los jugadores, en beneficio de su trabajo intelectual (mens sana in corpore sano), sino del espectáculo que exalta la identidad institucional. La euforia que produce un triunfo deportivo provoca llamadas de felicitación a las autoridades universitarias. En algún caso, provocó un homenaje en televisión mexicana, donde se examinó la trayectoria curricular del equipo y su figura principal: un dentista que había obtenido su "licenciatura en la universidad y su doctorado en el Real Madrid".
     ¿Cómo entender el énfasis deportivo? ¿Qué comparte con la enseñanza y la investigación? La sinergia corporativa. Son actividades distintas, pero el negocio es el mismo: la identidad, la marca, la legitimidad, que la institución vende y el mercado está dispuesto a pagar. Hasta los millonarios que no tienen interés en las cuestiones eruditas se identifican con las victorias deportivas de su alma máter, y la patrocinan. Para una trasnacional que patrocina investigaciones, un dictamen científico favorable, o cuando menos no negativo, vale oro. Y también valen mucho en el mercado las credenciales de saber expedidas por la universidad.
     Hacia fuera, las universidades buscan dominar el mercado, poner sucursales y absorber o controlar instituciones y proyectos que refuercen su prestigio y poder oligopólico. Una gran biblioteca, un canal de televisión, la sede de un acto que salga en los periódicos, cualquier fondo presupuestal importante o proyecto de relumbrón, no deben ir a la competencia. Hacia dentro, el mercado se divide por cárteles. La pasión por el saber toma la forma de pasión territorial. No te metas en mi área. No promuevas proyectos que no te corresponden. El saber se define y se defiende como turf. Por eso, no abundan los proyectos multidisciplinarios. Los avances en las fronteras del saber se prestan a conflictos en las fronteras del poder. A menos que la zona de nadie se instituya como una nueva especialidad, que merece nombre, oficinas, laboratorios, personal y presupuesto propios.
     Werner Jaeger (Aristóteles) afirmó que las universidades modernas "no pueden ver en Platón a su modelo". La Academia platónica era una especie de comunidad contemplativa, un ideal de vida: la bios theoretikós. Siglos después, el platonismo tomó un giro religioso que influyó en los ideales de las comunidades monásticas, como subraya el mismo Jaeger en Cristianismo primitivo y paideia griega.
     Harold Cherniss (El enigma de la primera Academia) buscó en las fuentes griegas a qué se dedicaba la Academia de Platón. Rechaza la "conclusión extrema de que la Academia era un culto místico", sostenida por Ernst Howald; así como la hipótesis, sostenida por otros, de que "la Academia estaba constituida legalmente como un thiasos o fraternidad religiosa". Pero confirma la posición de Jaeger. Los universitarios europeos "se han complacido en aplicar a sí mismos y a sus organizaciones" las palabras academia y académico, como si Platón hubiera sido un profesor universitario. Se burla de que los alemanes del siglo XIX creían que la "Academia era una especie de universidad alemana"; un "platonista francés describe la Academia en términos de una universidad francesa"; un inglés dice que se parecía a un college británico, "con su rector, investigadores y becarios".
     Las burocracias que hoy llamamos universidades necesitan diferenciarse de las otras con las cuales tienen afinidades: la Iglesia, el Estado, las trasnacionales, los grandes sindicatos. Usan el adjetivo académico para adornarse y legitimar sus proyectos, inversiones, actividades, nómina y presupuesto. Significativamente, el Oxford English Dictionary registra la primera aparición del neologismo academia (en inglés, para referirse al mundo universitario) en William H. Whyte, The organization man (1956): "Let's turn now from the corporation to academia". Pero los "organization men" del mundo universitario no fueron los primeros en apropiarse de academia como palabra legitimadora.
     Academo y Tertuliano son nombres propios de los cuales derivan academia y tertulia. Los personajes, naturalmente, no hicieron la derivación, ni la registraron como propiedad intelectual. Pero Akademeia (a diferencia de tertulia, que siempre ha sido un nombre genérico) sí tuvo propietarios. Cuando murió Platón (347 a.C.), la Academia continuó a cargo de su sobrino Espeusipo, no de Aristóteles, y acabó convertida en una pequeña institución que, con transformaciones, duró casi un milenio: hasta que la cerró Justiniano (529 d.C.). Aristóteles puso academia aparte, pero con otro nombre (Lykeion, Liceo). Respetó el nombre de la Academia como una marca de la competencia, y fundó una institución paralela, también cerrada por el emperador bizantino.
     La tertulia no es una institución de ese tipo: una persona moral, distinta de sus fundadores. Es una institución social, como el intercambio de regalos, pero no un instituto. Sin embargo, lo que empieza como intercambio de opiniones puede volverse otra cosa. La tertulia de los que discuten ideas se volvió iniciática con los pitagóricos y mercantil con los sofistas, que entrenaban a sus discípulos para hablar bien en público, argumentar y tener éxito en la vida, como hoy las universidades enseñan técnicas avanzadas de administración de credenciales para entrar por arriba al mercado laboral.
     La tertulia de Sócrates fue contraria al espíritu iniciático y mercantil. La de Platón tuvo algo de iniciática y nada de mercantil. Buscó influir en la vida pública, y resultó influyente, pero es de suponerse que no necesitaba dinero, porque su actividad central era la discusión entre amigos que leían y escribían en su casa y por su cuenta. En cambio, el Liceo era un centro de investigación que reunía y estudiaba materiales documentales, libros, colecciones de plantas y animales. Por ejemplo: obtuvo y comparó las constituciones de 158 ciudades griegas. Esto requería patrocinio, y lo tuvo del general Antípatro, regente de Alejandro (ambos macedonios, como Aristóteles, que fue tutor de Alejandro).
     Cuando Alejandro sacó a los persas de Egipto, fundó Alejandría (331 a.C.) como capital de un nuevo reino, a cargo de su general Tolomeo y sus descendientes (también macedonios). El proyecto político, urbano, portuario, militar, comercial, era una nueva Atenas, en grande y mejor. Su faro fue una de las siete maravillas del mundo. Bajo los primeros Tolomeos, Alejandría fue la capital comercial e intelectual de su época. La cultura estuvo a cargo de los discípulos de Aristóteles, que se inspiraron en el Liceo y su biblioteca para crear el Museo y una biblioteca como nunca se había visto. El Museo (o casa de las musas) alojaba a los sabios de la casa real, generosamente sostenidos para investigar, escribir y conversar. Los Tolomeos (desde el primero hasta Cleopatra) acudían con frecuencia y participaban en las discusiones y banquetes. El Mouseion no era lo que hoy es un museo, aunque tenía colecciones de objetos, sino una especie de real academia; de igual manera que la biblioteca no era una biblioteca pública, sino la biblioteca de la casa real, con investigadores que reunían, cuidaban y estudiaban libros de todo el mundo, comprados o confiscados. De toda nave llegada a Alejandría, se requisaban los libros, para quedarse con aquellos que no se tenían, y entregar a los dueños una copia o compensación (Mustafá el-Abbadi, La antigua biblioteca de Alejandría).
     Los primeros monasterios cristianos aparecen en el siglo III (cuando todavía existen la Academia, el Liceo y el Museo) en Egipto. Pero no en Alejandría, sino en el desierto. Lejos de la urbe, el poder y el lujo; en la extrema independencia, solitaria y austera, de los ermitaños. Sin embargo, los solitarios, buscados como maestros por los que quieren seguir su ejemplo, acaban organizando redes de ermitaños y, finalmente, comunas. Bajo la regla de San Basilio (siglo IV), los monjes se entrenan como cristianos profesionales. Los ideales griegos de perfección (la paideia educativa, la askesis deportiva) se vuelven caminos de perfección evangélica: ascética y mística. La búsqueda monástica recibe el nombre de philosophia (Barbara Cassin, Vocabulaire européen des philosophies). El monasterio transforma el elitismo platónico de la bios theoretikós (la comunidad en busca de la verdad más alta) en elitismo espiritual (la comunidad en busca de la perfección cristiana). Prefigura la Ciudad de Dios, en la que sueñan los cristianos radicales, insatisfechos con la normalización del cristianismo, cuando deja de ser perseguido (313) y hasta se vuelve religión oficial, bajo el emperador Constantino.
     Con San Benito (siglo VI), los monasterios pasan de la cristiandad oriental a la occidental. Son comunidades contemplativas, más platónicas que aristotélicas. Dan mucha importancia a la lectura, el canto, la liturgia y la vida espiritual. Arraigan en parajes aislados y remotos, donde tienen que producir lo que necesitan, desde alimentos hasta copias de libros. Se vuelven polos de desarrollo agrícola, que acaban enriquecidos, porque consumen poco, trabajan mucho y reciben donaciones y legados de los señores feudales. Se vuelven polos de resistencia cultural, en medio de la barbarie que llega con las invasiones germanas.
     La nueva paideia se extiende a los simples cristianos. Además de las escuelas internas para los novicios, los monasterios crean escuelas externas (elementales) para la población que empieza a vivir cerca. Esto se imita después en las ciudades, donde los canónigos (eclesiásticos de las catedrales que en parte viven como monjes) crean seminarios diocesanos y luego escuelas adjuntas. Pero las escuelas catedralicias -apartes de los centros arabes-  no son elementales. Son, de hecho, el embrión de las universidades. La de Chartres estudia a los griegos (en latín, traducido del árabe), y ya en el siglo XII tiene la conciencia progresista de superarlos: "Somos enanos encaramados en los hombros de gigantes. De esta manera, vemos más y más lejos que ellos" (Bernardo de Chartres). "Nunca encontraremos la verdad, si nos contentamos con lo que ya se ha hallado" (Gilberto de Tournai). "Aprendí de mis maestros árabes a tomar la razón como guía", no las autoridades; pero la gente no quiere "admitir lo que parece proceder de los modernos. De modo que, cuando encuentro una idea personal", se la atribuyo a alguna autoridad, para que me crean (Adelardo de Bath). (Jacques Le Goff, Los intelectuales en la Edad Media.)
     La rotación de cultivos, las mejoras en los arados y carretas, las herraduras, los molinos de agua y de viento, venían aumentando la productividad en la agricultura y el transporte. Los monasterios y feudos empiezan a tener excedentes comercializables de un nivel hasta entonces desconocido, en cualquier parte del mundo. Esto favoreció el desarrollo de las ciudades como centros de intercambio. (Lynn White, Tecnología medieval y cambio social.) Con las escuelas catedralicias, aparece el mercado educativo: profesores que no viven de la Iglesia, ni de los príncipes, sino que cobran a sus alumnos, como los antiguos sofistas. Primero los estudiantes, luego los maestros y finalmente ambos, se asocian para pagar locales y bedeles, reglamentar la actividad educativa y las pruebas que hay que pasar. La Universidad de Bolonia, la más antigua de Europa (1088), es una cofradía de estudiantes, hijos de familias con dinero, que quieren colocarlos en la Iglesia y la corte. Es decir, los administradores y bedeles estaban subordinados a los estudiantes y profesores, no al revés, como sucede donde mandan los patrocinadores, la administración, los sindicatos.
     Las universidades no descienden de la tertulia de Platón, sino de los seminarios eclesiásticos y el mercado, próspero en las ciudades medievales del siglo XII. Son cofradías religiosas, como todos los gremios artesanales, comerciales y de servicios que operan en el mercado y lo regulan. Compran y venden servicios educativos, aunque sintiéndose por encima de las otras cofradías. Durante siglos, después de que Justiniano cerró la Academia, el Liceo y otras instituciones no cristianas, no hubo más letrados en Occidente que los monjes y canónigos. Para revestirse de ese prestigio, los cofrades universitarios (que tenían fueros y privilegios eclesiásticos, pero no estaban obligados a hacer votos de pobreza, castidad y obediencia) se tonsuran y se hacen llamar clericus. Esto produce un desplazamiento en el significado de las palabras clerici y laici, que distinguían a los cristianos profesionales (los que hacían votos) de los comunes y corrientes. Con el surgimiento de las universidades, clerici y laici pasan a distinguir entre letrados e iletrados. (Olga Weijers, Terminologie des universités au XIIIe siècle.) En español, laici se desdobla en laicos y legos. En francés, clericus da dos significados de clerc: clérigo y letrado.
     En el Renacimiento italiano, aparecen los letrados independientes que no se identifican con la universidad, sino con la tertulia de Platón. La toman como modelo institucional. Organizan academias, que llegan a tener más prestigio que las universidades. Tanto, que las universidades se hacen llamar academias. Ya en 1516, según Nebrija (Vocabulario de romance en latín), el centro educativo que en español se llamaba universidad podía llamarse en latín academia; un término que no aparece en la documentación del siglo XIII, según Weijers. ¿Qué había sucedido? Que Marsilio Ficino funda en 1452 la famosa Academia Platónica de Florencia, y la nueva institución entusiasma. El siglo XVI se vuelve "el siglo de las academias": se fundan centenares por todos los países de Europa (Frances A. Yates, Les académies en France au XVIe siècle). Los universitarios no pueden ignorarlo, y, aunque siguen perteneciendo a la institución medieval, se hacen llamar académicos, para adornarse, como antes se adornaron llamándose clérigos.
     Se ha dicho que, después del apogeo del siglo XIII, las universidades medievales declinan. Jacques Verger (Les universités au Moyen Age) arguye que, más bien, se orientan a "la participación creciente de los universitarios en el desarrollo universal de las burocracias eclesiásticas y laicas". Ya en el siglo XIV, la mitad de los cardenales tenía grados universitarios, sobre todo en derecho. Entre los altos funcionarios de la curia, la proporción era mayor. Después, los universitarios se apoderan, no sólo de la Iglesia, sino del Estado; y, finalmente, de las grandes empresas. El deseo de ascender a la verdad más alta desemboca en ascensos a puestos cada vez más altos.
     La culminación de este proceso es la universidad millonaria, que no sólo vende las credenciales, identidad y legitimidad que demandan las burocracias y su personal, sino que se vuelve burocracia, y la más legítima de todas, porque es santa: supuestamente dedicada a la bios theoretikós. Disfrazándose de académica, domina el mercado del saber para subir. -



MAYO DE 2010

La institución invisible

por Gabriel Zaid

http://www.letraslibres.com/index.php?art=14630

Suele olvidarse que las universidades, así presuman de ser de avanzada, reproducen el orden jerárquico de las instituciones medievales. En este ensayo Gabriel Zaid vuelve a poner los puntos sobre las íes, al tiempo que hace una lúcida vindicación del saber libre.

Las instituciones de la cultura fueron naciendo en distintas épocas: la prehistoria, la Antigüedad, la Edad Media, el Renacimiento; y en distintos espacios: la memoria colectiva, la corte, el campus, la vida pública.

La primera fue la tradición. Es una institución que conserva y recrea de memoria las innovaciones (generalmente anónimas) de la cultura popular. Sigue vigente en el habla, las creencias y muchas prácticas de la vida cotidiana.

La cultura superior aparece en las cortes de Mesopotamia, Egipto, China. Refina la cultura popular y acelera la innovación. Nace libre, pero queda bajo la tutela del monarca.

La educación superior también nace libre, en la Edad Media, pero queda bajo la tutela de la Iglesia. Las primeras universidades fueron cooperativas de consumidores: grupos de estudiantes que, en vez de tomar clases particulares en casa del maestro, contratan una casa, bedeles que la cuiden y maestros que vayan a dar clases. Las cosas se complican cuando se vuelven gremios (primero de estudiantes y luego de maestros) que definen quiénes saben y quiénes no, quienes tienen derecho a ejercer y quienes no. Este monopolio gremial se vuelve un poder vertical bajo la tutela de la Iglesia.

El Estado combate la tutela eclesiástica de la educación, no para liberar el saber, sino para imponerle su propia tutela: un monopolio que autoriza o no los libros de texto, los programas de enseñanza y la cultura oficial.

La cultura libre nace en el mundo comercial. Gutenberg era empresario, Leonardo contratista, Erasmo freelance. Nace al margen de la universidad, y hasta en contra. Erasmo, Descartes y Spinoza rechazan cátedras universitarias. No quieren ser profesores, sino autores. Frente al saber jerárquico, autorizado y certificado que se imparte en las aulas, prefieren la conversación entre personas presuntamente iguales.

La cultura libre prospera en la animación y dispersión de la lectura libre y la conversación (las imprentas, librerías, editoriales, revistas, cafés, tertulias, salones, academias), los teatros, grupos de músicos, cantantes y danzantes, casas de música, galerías, talleres de arquitectos, pintores, escultores, orfebres. Prospera en las microempresas de discos, radio, cine y televisión, mientras son artesanales: no integradas a monopolios mediáticos. Prospera en los blogues y otras formas de publicación en la internet, que nace del Estado, pero se vuelve un instrumento de la cultura libre, a pesar de los esfuerzos de control vertical.

Por esta misma diversidad y fragmentación, la cultura libre no es vista como institución. Y, sin embargo, es la principal institución creadora y difusora de innovaciones desde que apareció la imprenta y la lectura libre. Es el centro sin centro de la cultura moderna, más importante para la innovación que la universidad.

Las influencias dominantes del siglo XX (Marx, Freud, Einstein, Picasso, Stravinsky, Chaplin, Le Corbusier) nacieron de la libertad creadora de personas que trabajaban en su casa, en su consultorio, en su estudio, en su taller. Influyeron por la importancia de su obra, no por el peso institucional de su investidura. Tenían algo importante que decir y lo dijeron por su cuenta, firmando como personas, no como profesores, investigadores, clérigos o funcionarios.

La cultura libre no tiene campus o edificios que manifiesten visiblemente su importancia, como la Iglesia, el Estado, la universidad o las trasnacionales. No puede ofrecer altos empleos, ni emprender por su cuenta proyectos que requieran grandes presupuestos. No tiene representantes autorizados, ni los avala con investiduras oficiales. Opera en el mundo de los freelance, las microempresas y las microinstituciones, en el espacio dialogante de la sociedad civil.

Los altos empleos aparecen con el Estado y se extienden a la Iglesia, las grandes empresas y las grandes instituciones. Desde el siglo XIV se legitiman con certificados de saber, y el saber universitario se orienta a hacer carrera trepadora. Los graduados se apoderan, en primer lugar, de la Iglesia; después, del Estado; y, finalmente, de todas las estructuras de poder.

Algo tienen las burocracias (militares, cortesanas, eclesiásticas, estatales, universitarias, mediáticas, empresariales y sindicales) que desanima la creatividad. Las estructuras jerárquicas se llevan mal con la libertad. Tienden al centralismo y la hegemonía. Desconfían de las iniciativas que complican la vida by the book. La animación creadora prospera sobre todo en microestructuras que andan sueltas, y que las burocracias tratan de integrar, atrayéndolas o intimidándolas.

La Academia Francesa proviene de una tertulia a la cual se hizo invitar (a fuerza) Richelieu, que le dio un carácter oficial, presupuesto y un proyecto por demás razonable: hacer un diccionario de la lengua. Cien años antes, Francisco I retrasó la creación del Collège de France (concebido desde el Estado contra la hegemonía de la universidad) porque veía la importancia de reclutar a Erasmo, que finalmente prefirió seguir suelto.

Justo Sierra, deseoso de coronarse y coronar el régimen de Porfirio Díaz con las fiestas del Centenario, integró verticalmente un paquete de escuelas que ya existían y declaró fundada la Universidad Nacional. A su vez, la Universidad ha ido infiltrando academias sueltas hasta integrarlas a su órbita.

Einstein fue reclutado por la Universidad de Berna cuando ya había publicado su primera teoría de la relatividad. El marxismo y el psicoanálisis no salieron de las universidades: entraron, después de acreditarse en el mundo de la lectura libre. Tampoco la obra de Picasso, Stravinsky, Chaplin y Le Corbusier salió de las universidades: entró.

Recientemente, John Craig Venter, impaciente con la burocracia del Human Genome Project (que el gobierno de los Estados Unidos inició con un grupo de universidades), se lanzó como empresario para demostrar lo que rechazaron: que se podía lograr en menos tiempo y con menos dinero. Sus innovaciones científicas entraron a las universidades una vez que su empresa (Celera Genomics) las estableció, fuera del mundo universitario.

El poder económico de las universidades, sus grandes presupuestos y edificios, su capacidad monopsónica para reclutar talentos que no tienen mercado en el mundo comercial y sus campañas de relaciones públicas les sirven para presentarse como la institución central de la cultura. Y no faltan los convencidos de que la institución medieval, paradójicamente, es el centro de la cultura moderna.

No lo es. En primer lugar, porque la enseñanza superior no es lo mismo que el desarrollo de la cultura superior. La universidad puede generar innovaciones en sus departamentos de investigación y extensión cultural, si los tiene y los apoya, pero está centrada en la educación. En segundo lugar, porque la institución del saber jerárquico, autorizado y certificado no es el medio ideal para la creatividad; menos aún si la institución es gigantesca, burocratizada y sindicalizada. En tercer lugar, porque la universidad conserva el eclesiástico desprecio del mundo comercial, que está en el origen de la cultura moderna. ~

LETRAS LIBRES /  (De click para agrandar)
MAYO DE 2010

La escolaridad como inversión

por Gabriel Zaid

Alguna vez en El Colegio de México, Alfonso Reyes, Daniel Cosío Villegas y el joven Antonio Alatorre hablaron de los estudios de derecho abandonados por éste. Don Alfonso consideraba prudente que terminara la licenciatura; don Daniel, innecesario: Usted y yo la terminamos, y ¿para qué nos ha servido?

No hace falta añadir que la obra de tan ilustres mexicanos debe poco a su licenciatura, completa o incompleta; y que sus libros reflejan ante todo lo que aprendieron por su cuenta. Cabe decir lo mismo de Octavio Paz y de tantos otros que han hecho cosas admirables sin licenciatura alguna.

Hay una multitud de casos menos ilustres, igualmente significativos. Hace años hubo un escándalo notable. La Secretaría de Salubridad descubrió una banda de falsificadores y se puso a investigar 80,000 títulos de médicos y enfermeras (El Sol de México, 11 de febrero de 1977). Pero lo más extraño de todo es que los falsos graduados no saltaban a la vista, aunque trabajaban en un medio médico: los consultorios y hospitales de la secretaría. La investigación se hizo verificando firmas, sellos y registros: como se investiga un título de propiedad, porque en la práctica profesional no se veía la diferencia entre graduados y no graduados.

Diez años antes, se realizó el primer transplante de corazón y el doctor Christiaan Barnard se volvió famoso y rico. Pero, antes de morir (en 2001), tuvo la honestidad de confesar que el transplante lo habían hecho entre dos cirujanos, y que el otro era mejor. ¿Por qué el secreto? Porque era un negro que no pasó de la primaria. Hamilton Naki era jardinero en la Universidad de Ciudad del Cabo cuando fue asignado al laboratorio de medicina experimental para barrer y limpiar las jaulas de los animales. Lo hizo tan escrupulosamente que pronto le encargaron pesarlos; después, rasurarlos cuando los iban a operar; luego, inyectarlos. Con el paso del tiempo, fue ayudante de anestesia; después, de cirugía; y, finalmente, participó en los transplantes de corazón (en perros), en el transcurso de los cuales sugirió algunas técnicas que fueron aceptadas. Así llegó a ser el número dos en el transplante histórico.

Esto se mantuvo en secreto (aunque hay una foto) porque todos hubieran terminado en la cárcel. Era ilegal que un negro operara a un blanco, y más aún sin título profesional. De hecho, Naki siguió en la nómina como jardinero. Más de treinta años después, un reportero de The Guardian (25 de abril de 2003) lo buscó esperando encontrar a un hombre resentido, pero lo encontró feliz en su pobreza (jubilado con 70 libras esterlinas al mes) y dedicado al servicio médico de su comunidad, a los 77 años.

Hay mucha gente así, pero no sale en los periódicos, precisamente por su forma de ser. Una inteligencia dedicada a resolver problemas interesantes, con más ganas de entender la realidad y resolverlos que de sacar un título profesional, y más espíritu de servicio que de lucro y celebridad, puede ser feliz, aunque lo desprecien los trepadores que no se interesan en las cosas mismas (limpiar bien esta jaula, entender este síntoma, sanar a este enfermo), sino en ganar puntos (graduaciones, dinero, puestos, celebridad).

Para los vivales, Barnard fue infinitamente superior a Naki, porque se quedó con los puntos. Afortunadamente, Barnard sí sabía quién era superior. Tuvo el sentido práctico de aprovecharlo y la grandeza final de reconocerlo.

En México, Naki no hubiera tenido ni la oportunidad de barrer, porque en muchas partes se exige cuando menos preparatoria para ser barrendero. Esta discriminación parece un progreso laboral y un incentivo a la escolaridad, considerada buena por sí misma.

Nadie ha demostrado que exista alguna conexión entre la escolaridad media superior y el arte de barrer. La conexión clara (no sólo en los casos de Barnard y Naki, sino en los censos de población y en múltiples encuestas) se da entre la escolaridad y el nivel de ingresos. Las personas que tienen menos escolaridad ganan menos, aunque sepan más.

Las familias ricas son las más escolarizadas, ya sea porque disponen de tiempo y dinero para prolongar los años de estudio; o porque los títulos universitarios (como los antiguos títulos nobiliarios) producen rentas; o porque la educación formal aumenta la productividad de las personas (no sólo lo que ganan). Suponer esto último es bueno para vender escolaridad, pero implica que un barrendero con preparatoria barre más que un barrendero que no pasó de la primaria, cosa difícil de probar.

Que las familias con mayores ingresos hagan mayor consumo de escolaridad es congruente con la llamada Ley de Engel (no Engels): la distribución del consumo cambia con el nivel de ingresos. El consumo de alimentos en las familias de menores ingresos absorbe la mayor parte del gasto, y el porcentaje disminuye en las que tienen ingresos mayores. Por el contrario, el gasto en clubes de golf, cruceros en el Caribe y escolaridad universitaria es nulo en las familias pobres y máximo en las ricas.

Los vendedores de conspicuous consumption (un concepto acuñado por Thorstein Veblen en The theory of the leisure class, 1899) hacen notar discretamente que sólo las familias distinguidas pueden darse tales lujos. Pero, además, los justifican: los viajes ilustran, las universidades también; en los viajes, los clubes de golf y las universidades se hacen muy buenas relaciones, que luego fructifican en destacadas posiciones y espléndidos negocios. No son realmente gastos, sino inversiones para consolidar y mejorar la posición familiar.

Veblen fue profesor de la Universidad de Chicago y editor de su Journal of Political Economy. Años después, en esa misma universidad y revista, Gary S. Becker también fue profesor y publicó estudios igualmente debunking de muchos buenos sentimientos: la educación puede ser sublime, pero es un buen negocio. Sus investigaciones estadísticas dieron nuevos argumentos de ventas a la escolaridad. No hay que verla como gasto, sino como "inversión en capital humano" (Human capital: A theoretical and empirical analysis with special reference to education, 1964). Este concepto tuvo mucho éxito y pesó en que le dieran el premio Nobel de economía en 1992.

Desde el primer momento, hubo señalamientos del punto débil. Lester Thurow (Investment in human capital, 1970, pp. 17-22): "Para que el capital humano sea un concepto útil, el trabajo debe pagarse de acuerdo con lo que produce. En particular, debe pagarse de acuerdo con su producto marginal." "Prácticamente no hay información directa sobre si se paga al trabajo su producto marginal. Los economistas lo toman como un artículo de fe o alegan que es la mejor hipótesis nula. La teoría económica de hecho lo supone, y sin este supuesto se vendría abajo mucho del análisis económico." "En el resto del libro supondré que se paga al trabajo su producto marginal, a menos que explícitamente indique otra cosa. Sin embargo, en todo momento, el lector debe tener presente que se trata de un supuesto no verificado, que se conserva porque es esencial para el concepto de capital humano y sus usos."

Cuarenta años después, la verificación sigue en veremos. Según Philip Oreopoulos y Kjell G. Salvanes ("How large are returns to schooling?", National Bureau of Economic Research Working Paper 15339, September 2009), los rendimientos financieros de la escolaridad han sido muy estudiados, pero no la escolaridad misma: qué hace para producirlos. "Los años de escolaridad y el grado alcanzado no son medidas particularmente buenas de la educación. Una mejor comprensión de cuáles habilidades en particular generan los rendimientos, y de cómo se adquieren de hecho esas habilidades, llevaría a mejores mediciones de la calidad escolar. Aunque esto ha despertado mucho interés, el avance ha sido sorprendentemente escaso."

Curiosamente, no citan las conclusiones de Milton Friedman y Simon Kuznets publicadas por el mismo National Bureau of Economic Research (Income from independent professional practice, 1945): "La entrada a una profesión y el éxito en la misma se facilita mucho teniendo la extracción social y conexiones adecuadas" (p. 391). Nada parecido a suponer que los mayores ingresos derivan de una mayor productividad.

Cuando se mide el valor de la educación por su resultado en los ingresos, se toma el rábano por las hojas. Se considera que las hojas son un indicador visible y medible que, de alguna manera, representan lo que no es visible y medible. Si Barnard gana mucho más que Naki es porque produce más. Y produce más porque la educación formal se acumula como un capital que vuelve más productivas a las personas, aunque no se sabe cómo. Se trata de una creencia piadosa.

Aprender es fundamental para el desarrollo personal y social. Se aprende de los otros y por sí mismo de muchas maneras: viviendo, observando, experimentando, razonando, copiando, innovando, criticando y autocriticándose. También conversando, viajando, leyendo, apreciando obras de arte, viendo televisión. También trabajando como ayudante de alguien que sabe. También tomando clases particulares o en grupos para aprender algo específico, en prácticas guiadas o en exposiciones teóricas de salón. Incluso en los paquetes de escolaridad obligatoria que tienen que comprarse completos para graduarse.

Abundan los graduados que no saben, pero creen que saben, porque su alma máter les extendió un certificado de saber (falsificación que ninguna ley persigue). Para efectos de saber, los certificados no valen el papel en que están escritos. Pero son importantes para no ser excluidos de oportunidades negadas a quienes no los tienen.

La verdadera razón para pagar el costo (cada vez mayor) de una licenciatura, una maestría, un doctorado, no es aprender, sino evitar la discriminación. Se puede aprender lo mismo de maneras menos costosas y más divertidas, dejándose llevar por el apetito intelectual, las circunstancias que obligan a echarse al agua, la oportunidad accidental de ejercer, la suerte de toparse con un gran maestro, las amistades que suben de nivel la conversación, las grandes obras de arte, los grandes libros. Así aprendieron Alfonso Reyes, Daniel Cosío Villegas, Octavio Paz, Antonio Alatorre y muchos grandes maestros. ~


Penes que encogen, creencias que matan

En septiembre de 2003, miles de varones sudaneses acudieron a los puestos de socorro de la ciudad de Jartum convencidos de que una terrible enfermedad estaba haciendo encoger sus penes. El mal, que se transmitía por el mero hecho de dar la mano a un extranjero, adquirió tales proporciones que obligó a actuar a la policía y al ministerio de Sanidad. Este curioso fenómeno, conocido como Koro, es frecuente en otras zonas de África y especialmente potente en China, donde miles de hombres acuden cada año al médico con el convencimiento de que una rara enfermedad está haciendo desaparecer sus penes.

Los antropólogos han bautizado estas epidemias imaginarias como síndromes culturales, término que engloba a aquellas enfermedades propias de determinados grupos étnicos que en realidad no presentan más síntomas ni otra aparente causa que las propias creencias de quienes las padecen. En el mismo caso de la histeria ártica de los Inuits, la niebla cerebral del África occidental, el Hwabyeong coreano, la enfermedad del espíritu de las tribus norteamericanas o el famoso "mal de ojo" del que hablaban nuestras abuelas.

El denominador común de todos estos "males" es que sus poseedores enferman por la propia creencia, un hecho que entronca con lo que en Medicina se conoce como efecto Nocebo. Este fenómeno, una especie de reverso tenebroso del efecto placebo, provoca que un paciente empeore por el mero hecho de saber que está enfermo o porque se convence de que lo que tiene va a acabar con su vida.

La revista New Scientist documentaba hace unos meses el caso de un paciente llamado Sam Shoeman a quien, en los años 70, le fue diagnosticado un cáncer de hígado que le dejaba pocos meses de vida. Al cabo de unas semanas el paciente empeoró y murió, pero la autopsia reveló que los médicos se habían equivocado: el tumor era muy pequeño y no se había extendido. De algún modo, como dice la revista, Shoeman no había muerto de cáncer sino de saber que tenía cáncer.

Otro paciente, llamado Derek Adams, acudió a urgencias después de haber ingerido un bote de antidepresivos y estuvo al borde de la muerte hasta que el psicólogo que le trataba en un programa de pruebas indicó que aquellas pastillas en realidad no contenían nada dañino. Apenas quince minutos después, Adams se había recuperado milagrosamente de sus síntomas.

Para comprobar este particular resorte psicológico, Giuliana Mazzoni, de la Universidad de Hull, en el Reino Unido, hizo un experimento con estudiantes a los que pidió que inhalaran una muestra de aire normal y les dijo que podía contener una toxina que provocaba dolores de cabeza y náuseas. Al cabo de unos minutos, buena parte de ellos desarrollaron los síntomas de una enfermedad inexistente, multiplicado por el hecho de ver a otros compañeros enfermando.

El efecto nocebo es conocido por los médicos, que a menudo notan cómo los pacientes refieren molestias antes incluso de haber comenzado el tratamiento. Queda mucho por saber sobre el impacto de las creencias o falsas ideas en la salud, pero la realidad nos dice que somos capaces de convencernos a nosotros mismos de casi cualquier cosa. Un ejemplo reciente lo dejan los habitantes de la ciudad sudafricana de Craigavon, que llevan semanas pidiendo la retirada de una torre de telefonía a la que atribuyen todo tipo de alteraciones de la salud: desde dolores de cabeza a quemaduras y problemas para dormir. Y la compañía acaba de certificar que la torre lleva apagada desde octubre.



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