jueves, 15 de abril de 2021

PINEAL :::::LA ANTENA QUE TE CONECTA CON EL TODO.....



Para entender la Guerra en el cielo, primero debemos establecer qué se entiende por "cielo" y quiénes y cuáles fueron los principales actores en realidad. En la mitología popular, el cielo a menudo se concibe como un lugar de nubes blancas ondulantes y luz solar que fluye, y podría verse así si los habitantes lo desearan, de hecho, podría parecerse a cualquier cosa. "Cielo" simplemente significa la sexta y séptima densidad. Los habitantes de estos reinos son...

Los arquetipos divinos: simplificados por muchos con el término “Dios”, la Divinidad existe en realidad como cuatro fuerzas distintas pero inextricablemente unidas; Los Principios Masculinos y Femeninos, la Energía del Corazón (Cristo) y el Cuerpo.

Los Arcángeles y los Ángeles: Estas son manifestaciones inmortales de lo Divino. Eternos seres de luz con vasta inteligencia y poder.
Los Maestros Ascendidos: Encarnados que han ascendido a la 6ª Densidad y actúan como grandes guías y maestros para toda la Creación.
Lucifer (Faetón) era el más brillante de los Arcángeles. No estaba de acuerdo con la idea de que todo se moviera hacia la Unidad,  y la Unidad que es el plan de la Divinidad y el destino general del Multiverso, porque temía que esto no llevaría a ninguna individualidad. No entendía que podía ser Uno Con todo. y también conserva su singularidad y esto también se debe a la herida en el centro de su creación.

Lo que realmente temía era volverse uno con su creador porque eso significaría tener que resolver su trauma central. Para ser justos, la divinidad no entendió en este punto la responsabilidad que tenía en la formación de este trauma en primer lugar.
Este conflicto llegó a un punto crítico y estalló en la "Guerra en el cielo", con Lucifer y la hueste de los Ángeles que había logrado persuadir de un lado, y el Arcángel Miguel dirigió al resto de las fuerzas celestiales contra él.





Porque, al final, ‘The Game’ es una metáfora del mundo del cine. Nosotros, al entrar en una sala, firmamos un ‘contrato’ en el que sabemos que lo que vamos a ver es mentira, es ficción, pero según avanza la historia, nos vemos envueltos, nos metemos tan dentro de la trama que llegamos a olvidar que estamos viendo una película… hasta que llega el pitido final que nos recuerda aquel contrato que firmamos al principio: ‘Oye, esto es una peli’.








 



















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